El Departamento Antisecuestros Norte de la Dirección General de Delitos Contra La Libertad Personal -que depende de la Superintendencia de Investigaciones Federales- detuvo a cinco policías de la fuerza tucumana, algunos en actividad y otros retirados, acusados de integrar una banda que en febrero pasado secuestró a un hombre y lo liberó tras cobrar un rescate en la ciudad de San Miguel de Tucumán. En los operativos, encontraron dinero en efectivo, indumentaria policial, documentación oficial, armas y celulares. Uno de los sospechosos logró escapar y continúa prófugo.
El secuestro fue investigado por el fiscal Agustín Chit, titular de la Fiscalía Federal de San Miguel de Tucumán, quien contó con la ayuda de la Unidad Especializada en Secuestros Extorsivos (UFESE), a cargo del fiscal federal Santiago Marquevich, que envió personal a la provincia para colaborar con el caso. Los funcionarios judiciales acusaron a los policías por los delitos de secuestro extorsivo, asociación ilícita y robo agravado por el uso de arma de fuego.
El secuestro que dio inicio a la investigación ocurrió el 19 de febrero pasado, cerca de las 14.30, cuando la banda, con indumentaria oficial de la Policía de Tucumán, captó a una víctima simulando un operativo en su domicilio.
Patearon la puerta y gritaron: “Al piso, somos policías, esto es un allanamiento”. De esta manera, sin ninguna orden judicial, los sospechosos fueron por el hombre y lo esposaron. Según la acusación en su contra, en ese momento le dijeron: “Tu libertad tiene precio”. Y se lo llevaron.
Con la víctima secuestrada, los delincuentes llamaron a los familiares para negociar la entrega. La banda pidió $200.000 y un auto. Hasta que se realizó la operación del pago del rescate, los policías trasladaron a la víctima por varios lugares de la capital tucumana, siempre con los ojos vendados.
Pocas horas después del secuestro, se concretó la entrega y la víctima fue rescatada por sus familiares. Tras el violento secuestro, la víctima realizó la denuncia, que recayó en la fiscalía de Chit. El funcionario judicial dio intervención a los detectives del Departamento Antisecuestros Norte de la Policía Federal. También contaron con apoyo de la Unidad UNIPROJUD, de la Gendarmería Nacional para el desarrollo de las tareas de campo.
De esta manera, comenzó con la investigación para identificar a los responsables del secuestro. El primer dato que surgió fue a los pocos días, cuando otro hombre denunció un ataque similar en una localidad cercana.
En ese segundo secuestro se logró observar el ingreso de los sospechosos mediante las cámaras de seguridad del interior de la vivienda. Allí pudo verse cómo se movían dentro de la propiedad. Y de la misma forma que en el primer secuestro, vestidos de policías.
Sin embargo, esa segunda víctima no fue secuestrada porque había logrado escaparse por los techos de las casas linderas.
Incluso, se relacionó a la banca con un tercer caso, cometido en junio de 2021, cuando un grupo integrado también por policías fue detenido por secuestrar a un taxista para que un supuesto narco pagara un rescate para su liberación.
De esta forma, tras siete meses de seguirles el rastro, con escuchas telefónicas, datos callejeros y tareas de inteligencia, los investigadores lograron identificar a los sospechosos. Una vez que los individualizaron, descubrieron que tres de ellos eran policías en actividad y los otros tres estaban retirados.
Así, el fiscal Chit pidió los allanamientos para detener a las seis policías acusados como coautores del delito de secuestro extorsivo agravado por la participación en el hecho de tres o más personas, asociación ilícita y robo agravado por uso de armas de fuego y por haber sido cometido en despoblado y en banda. Cinco de los cuales se concretaron. Uno de los policías sospechosos logró escaparse. Los detectives lo buscan intensamente.
Este lunes otro policía tucumano fue detenido por la Gendarmería. Ocurrió en Salta, cuando fue sorprendido trasladando más de 46 kilos de cocaína junto a un cómplice, según publicó el diario La Gaceta de Tucumán.
La detención del oficial se produjo durante un control que efectuaban sobre ruta 34. Los gendarmes del grupo “Senda Hachada” frenaron cerca de las 3.30 del lunes en Tartagal a un Volkwagen Vento en el que viajaban el agente Brian Marcelo Barraza y un hombre identificado como Nelson Adrián Moyano.
La primera cuestión que les llamó la atención a los gendarmes fue que el conductor no era titular del vehículo, que estaba registrado en la localidad bonaerense de González Catán. Ese detalle pasó a segundo plano cuando la perra adiestrada en detección de narcóticos “Luna” comenzó a ladrar insistentemente. Y fue, en ese momento, que descubrieron la droga que ambos trasladaban. Quedaron detenidos.
SEGUIR LEYENDO: