La compañía de danza con oficinas en Lanús anunciaba un trato a bailarinas. Ir a trabajar al exterior era el anzuelo. Harían shows todos los días, 30 minutos por noche, luego una “presencia” en la discoteca. El casting completaba la puesta en escena y después llegaba la hora de firmar el contrato, donde los beneficios deslumbraban: pago en dólares, tickets de avión, hospedaje, comidas, asistencia médica y visas de trabajo.
Luego, las cosas cambiaban. Italia era el primer destino. Luego, irían a Ankara, en Turquía. La verdadera finalidad, sin embargo, era supuestamente forzarlas a ejercer la prostitución. Pero eso lo descubrían cuando llegaban a destino, con hombres que se aflojaban el nudo de la corbata, en dos cabarets, mostradas en Instagram, con un contrato centrado en la explotación, sin francos pagos, casi sin descanso.
Con el tiempo, en 2021, llegó una denuncia a la PROTEX, el ala de la Procuración que investiga delitos de trata de personas, con los fiscales Alejandra Mangano y Marcelo Colombo. Se convirtió en una causa penal. Se determinó que, por lo menos, nueve mujeres fueron enviadas a Turquía. Para marzo de 2022, todas estaban fuera de la Argentina.
Hoy, hay tres personas detenidas por esta trama, en una causa a cargo de la Fiscalía Federal N°1 de Lomas de Zamora, a cargo de Sergio Mola, la Policía de Seguridad Aeroportuaria (PSA)
Los operativos se hicieron el sábado pasado. Un hombre y una mujer fueron capturados en Lanús y en territorio porteño. Luego, con la colaboración de la Gendarmería Nacional, apresaron a otro hombre en la Ruta Nacional 12, a la altura del peaje Zárate.
La mujer, que tenía la jerarquía de “talent manager”, vivía con lujo en un piso sobre la avenida Del Libertador al 5.000, en la zona de Belgrano; tenía un Mercedes Benz C250 a su nombre y en su perfil de Instagram se mostraba en viajes por todo el mundo, un estilo de vida difícil de acreditar.
El estudio posaba, básicamente, como una compañía de danza. Subían fotos a su perfil de Instagram con sus “pupilas” antes de abordar los vuelos en Ezeiza. Fue la mujer del Mercedes Benz quien, supuestamente, intentó captar a la denunciante por Instagram. Allí, la “talent manager”, envió un mensaje a la víctima. Le prometió 700 dólares a la semana.
La denunciante comenzó a sospechar de lo que ocurría cuando cotejó la oferta con otras colegas. En su mayoría le dijeron que la suma era baja y que tenga cuidado. Sin embargo, el intento de captación continuó. Tras la aproximación de la “talent manager”, fue el turno de otro de los detenidos, R.R., quien hacía de profesor de baile y preparaba a las mujeres que enviarían a Turquía para bailar en el club.
En uno de los ensayos, ocurridos en un salón en Lanús, la situación quedó en evidencia. En un parte del ensayo, R.R. hizo ingresar a dos chicas. En ese momento, las mujeres, por orden de ese hombre dieron comienzo a un show netamente erótico. La situación llamó la atención de la denunciante, quien nunca había visto algo así dentro ese tipo de trabajos.
Pero R.R. fue por más. Cuando concluyó lo que había ordenado, pidió a las aprendices que se quitaran las remeras de manera sensual y quedaran al desnudo, como si estuvieran haciendo un striptease. Según él, era parte del show.
De acuerdo a su denuncia, la mujer, en una situación incómoda, se quitó la remera debido a que el resto de las participantes del ensayo lo hacían y no quería sentirse fuera de lugar. Lo más inquietante, dijo, fue que había alguien que las filmaba. Ahora, lo que nunca comprobó es si efectivamente ese video circula por algún lado. Otro de los detalles que terminó por evidenciar que la situación era sospechosa, fue que R.R. no quería a ningún hombre en el ensayo: solo mujeres. Incluso, la denunciante relató que las maltrataba verbalmente si se equivocaban.
Con la denuncia en la mano, el fiscal Mola solicitó a la PSA que comenzara las tareas investigativas sobre los responsables de la compañía de danza. Así, se logró determinar la identidad de los acusados y luego se descubrieron los viajes a Ankara.
“Luego de los shows debían hacer ‘presencias’ en el lugar. Se pagaría un dinero extra por cada 10 o 15 minutos en el caso de permanecer en compañía de los clientes, subiendo el precio los días domingos”, asegura un documento de la causa.
En los procedimientos, se secuestraron 14 teléfonos celulares, cuatro notebooks, dos tabletas, una CPU y otros dispositivos electrónicos. Del mismo modo, decomisaron pasaportes, dinero en efectivo y numerosa documentación de interés para la causa.
SEGUIR LEYENDO: