Facundo Collado Padín, “El Facu”, vio al policía que lo seguía caliente en su camioneta, pero no iba a regalarse como un pichón. Aceleró y aceleró a través de Moreno, su barrio, intentando perder a quien lo perseguía.
Con 27 años, “El Facu” ya tenía una historia larga de escapar de la ley, desde chico, cuando en 2016 lo declararon rebelde en un juzgado de Mercedes por tentativa de robo y terminó emplazado a presentarse en el Boletín Oficial. Con el tiempo se encontró otra banda, una mucho más lucrativa y complicada. Y por ser parte de esa banda estuvo dos años prófugo, hasta que el Departamento Inteligencia Contra El Crimen Organizado de la Policía Federal recibió la orden de rastrearlo y capturarlo enviada por el ayudante fiscal Walter Velázquez, del Registro Único de Capturas de Moreno.
El detective que le aceleraba detrás exigió su motor al máximo mientras enviaba señales a sus compañeros. Facundo serpenteaba, nunca quedándose en una calle por más de dos cuadras, doblaba y doblaba otra vez, hasta que perdió. Otro auto tripulado por un hombre del Departamento lo atravesó y cortó su fuga. Así, lo esposaron.
Su captura fue, en parte, el fin de una vieja historia.
Según la acusación en su contra, la banda que integraba era encabezada por Walter Barcía, alias “El Pollo”, al que la Bonaerense arrestó en 2020. Barcía era martillero en Moreno, y uno bastante conocido, con amigos futbolistas y una inmobiliaria que llevaba su nombre. “El Pollo”, según la acusación en su contra llevada por la UFI N°7 de Leandro Ventricelli, le robaba a personas que buscaban vender sus casas, con datos precisos sobre dólares ocultos.
Se los acusa de ocho hechos, una imputación de asociación ilícita dedicada al robo agravado. Operaron a lo largo de 2019. A un hombre le robaron tres armas de fuego de alto calibre. Un policía también fue víctima: le volaron la caja de seguridad para quitarle seis mil dólares y papeles de una operación inmobiliaria, además de su pistola reglamentaria.
El caso de un transportista de Paso del Rey fue particularmente dramático. Le violentaron la reja trasera de la cocina para llevarse una PC gamer, su televisor smart y algo que indica cierta inteligencia previa: 50 mil dólares que ocultaba bajo una maceta. Ese hombre luego declaró en la causa. Según un documento del expediente, recordó que “mantuvo una conversación a través de mensajes de texto con Walter Barcia con motivo de una compra de propiedad, que en dicha conversación el dicente le refirió que poseía ochenta mil dólares estadounidenses”.
El dato de los alias de la banda llegó a la Policía Bonaerense. El factor aglutinante sería Damián D., alias “El Vasco”, el presunto nexo entre el martillero y el resto de la banda, entre ellos “El Facu” Collado. Según la causa, Barcía llegó a él a través de un amigo, dueño de una parrillera, le dijo que necesitaba “un pesado” para mover “algunos cobros”. Ese hombre, supuestamente, fue Damián D.. Finalmente, ambos se conocieron en la parrilla.
Allí, la boca floja del martillero lo traicionó. Según información del caso, Barcia dijo sin tapujos que “necesitaba gente para hacer trabajo de robos en casas a las que iba a entregar ya que en su función de martillero contaba con datos precisos, con llaves en copias y datos de fechas de pago por movimientos fuertes de dinero, razón por lo cual le especificó si tenía mas gente para hacer ese tipo de hechos”.
“El Vasco” dijo que sí, que tenía gente. Luego, salieron a la calle.
Ahora, queda solo un prófugo por encontrar, otro de los hombres del “Vasco”. Es Yair Luciano Durán, “El Turco”, de 23 años.
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