Los jueces del Tribunal Oral en lo Criminal Nº2 de La Matanza, que este mediodía condenaron a perpetua a Leandro Daniel Suárez por el crimen del kiosquero Roberto Sabo, fueron contundentes. No solo entendieron que el imputado era reincidente, ya que contaba con una condena previa por robo, y que esa agravante demostraba “su insensibilidad”; si no que sostuvieron que aquel 7 de noviembre de 2021 estaba dispuesto a matar.
“El imputado no solo realizó cuatro disparos –seguidos y a corta distancia-, con un arma de fuego, hacia las zonas más vitales de la víctima, sino que, conforme las particulares características del arma empleada, llevó a cabo dicha faena, con un plus mayor al simple accionamiento de la cola del disparador de aquella. Es por ello que, toda esta actividad, en procura de terminar con la vida de la víctima, deviene subsumible en el ‘animus necandi’ (deseo de matar) que reclama el tipo penal pretendido por la acusación”, dice la sentencia firmada por los magistrados Diego Burgueño, Arturo Gavier y Lucila Pacheco.
Es decir, que Suárez, según el fallo en su contra, tuvo la intención de asesinar a Roberto.
Por otro lado, los jueces entendieron que sus antecedentes probaban que el condenado no había aprendido nada del pasado y que, por eso también, la pena era a prisión perpetua: “Lo que interesa, en este aspecto, es que el autor haya experimentado el encierro que importa la condena, ante lo cual reincide, demostrando su insensibilidad ante la amenaza de un nuevo reproche penal de esa naturaleza cuyo alcance ya conoce”, sostuvieron en una sentencia de 68 páginas a la que accedió Infobae.
De esta forma, Suárez, alojado en la Unidad Carcelaria N°1 Lisandro Olmos, fue condenado por los delitos de homicidio criminis cause con la participación de una menor de edad, robo calificado por el uso de arma de fuego y portación ilegal de arma de fuego de uso civil y de guerra.
La sentencia se conoció a través de Zoom pasadas las 14 de este martes, luego de los alegatos del fiscal del juicio, Sergio Alejandro Antín, quien pidió que el acusado de 29 años sea condenado a prisión perpetua. De igual modo lo hicieron Humberto Próspero y Fernando Burlando, que representan a la familia de Sabo como particular damnificada.
“Por fin terminó este calvario, los días sin poder dormir ni comer, los dolores de espalda, de cuerpo. Se siente como un baño caliente que te limpia todo. Creo que por fin vamos a poder, al menos, dormir o estar un poco en paz”, dijo Nicolás, uno de los hijos de Sabo tras conocer la sentencia en diálogo con el canal de noticias TN.
Tomás, el otro hijo de la víctima, agregó: “Anoche no pude dormir. Hasta conocer la sentencia fueron todos nervios y ansiedad. Pero bueno, ahora es como ponerle un punto final al tema”. Los hijos vieron el fallo de los jueces en el estudio de Burlando del barrio de Puerto Madero.
Durante el juicio, el asesino de Sabo no negó su responsabilidad en el crimen, pero en la cronología de lo ocurrido intentó presentar un nuevo detalle. Según su versión, cuando escapaba del kiosco, Sabo se le abalanzó y lo tomó de las piernas. En ese momento, y siempre en base a los dichos del imputado, se produjo un forcejeo y fue ahí que disparó en cuatro oportunidades contra el comerciante. Los jueces no le creyeron.
La autopsia determinó que uno de esos proyectiles, calibre .22 y disparado a corta distancia, lesionó el lóbulo de la oreja izquierda y después ingresó por el costado izquierdo del cuello y en la clavícula de la víctima. La bala quedó en el hombro. Otro de los disparos entró por el labio superior y salió por la encía. El tercero también fue desde cerca: le dio en el tórax y le perforó los pulmones y en el corazón, donde quedó alojado. Finalmente, el último tiro lo encontraron cerca del colon.
Ahora, se espera que la defensa de Suárez apele la sentencia. Sin embargo, la familia de Roberto agradeció a la Justicia por el fallo contra el asesino del kiosquero.
SEGUIR LEYENDO