El pasado 5 de junio Daiana Abregú, de 26 años y mamá de un niño de 9, fue encontrada muerta en la comisaría de la localidad bonaerense de Laprida. Frente a dicha situación cinco policías quedaron detenidos, pero en las últimas horas una pericia integral avaló la hipótesis de suicidio y se solicitó la liberación de los acusados. Sin embargo, el resultado de una nueva autopsia sostiene que la joven murió por “asfixia mecánica” y en su cuerpo se detectaron lesiones de autodefensa.
Desde el inicio del caso, los efectivos policiales sostuvieron que la muerte de Abregú fue un suicidio. La familia de la joven se mantuvo incrédula ante dicha hipótesis y junto a la Comisión Provincial por la Memoria iniciaron una investigación que aportó elementos que llevarían a un nuevo giro en la causa.
El informe pericial de la Policía Federal sostiene que Abregú murió a causa de un “síndrome asfíctico” secundario a una “posible ahorcadura”, en una mecánica compatible con un suicidio. Ahora, un nuevo estudio contradice dicha conclusión y retoma la hipótesis de un crimen.
Desde la Comisión de Provincial de la memoria se detalló que para la reautopsia se aplicó el protocolo de Minnesosta y estuvo a cargo de la Asesoría Pericial de La Plata. Allí se asegura que “Daiana Abregú murió por asfixia mecánica por sofocación y descarta la hipótesis de que la joven se haya ahorcado en la celda de la comisaría de Laprida”.
En el nuevo informe se indica que en el cuello y vía superior de Abregú “no se observa surco de ahorcadura ni lesiones traumáticas”. De hecho, se remarcó que “no se constató alteraciones en laringe, hueso hioides indemne, corroborado por examen radiológico”.
Los peritos de la corte provincial también plantearon una serie de irregularidades en la primera autopsia. Al respecto, se indicó que para el primer informe no se examinó la base del cráneo, el corazón ni se realizó una incisión para estudiar el cuello.
Ante la falta de dichos exámenes, peritos judiciales cuestionaron que la muerte se haya producido por paro cardíaco por asfixia mecánica, tal como indicaba el primer informe de la autopsia. Por tal motivo, explicaron que “el paro cardiaco no es una causa de muerte, solo una descripción de que el corazón está detenido”.
En cuanto a la asfixia mecánica, los peritos indicaron que “no se interpreta cómo se llegó a esta conclusión cuando el cuello no fue estudiado, ni fueron descriptas características asfícticas en los demás órganos”.
Por otra parte, el nuevo informe plantea que en el cuerpo de la joven se hallaron lesiones compatibles con autodefensa. Al respecto se indicó que si bien puede ser habitual que no se observe el surco de ahorcadura en la reautopsia ni en las fotografías de la primera autopsia, se advirtió que en el cuerpo de la víctima no quedaron marcas de la trama de la tela de jean de la campera con la que presuntamente se había ahorcado, informó la Comisión Provincial por la Memoria.
De esa manera, se contradijo a la primera versión de la policía, la cual indica que Abregú se había ahorcado con su propia campera en el sector de calabozos. Además, se remarcó que en el cuerpo se “aprecian excoriaciones en la cara anterior del cuello que podrían corresponder a lesiones de defensa de la víctima”.
La reautopsia también determinó que ubicación del cuerpo resulta clave dado que las nuevas pericias señalan que las livideces en la espalda respetan las zonas de apoyo. Es decir, que al momento de su muerte estuvo acostada boca arriba y por ende, no coincide con la “posición de semi-suspensión o suspensión de la víctima”.
Ante las pruebas halladas a partir del análisis del cuerpo de Abregú, los médicos legales concluyeron que la muerte “se produce a consecuencia de un edema hemorrágico pulmonar a partir de un Síndrome general asfíctico provocado por una asfixia mecánica por sofocación”.
El resultado de la nueva autopsia efectuada al cuerpo de Daiana Abregú, vuelve a poner en debate la primera hipótesis del suicidio y reafirma el pedido de nulidad del informe realizado por peritos de la Policía Federal al considerarse que presentaba “valoraciones carentes de fundamentos científicos” y que permitió el pedido de liberación de los policías detenidos en la causa.
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