La empleada doméstica del abogado de José Enrique del Río, de 75 años, jubilado, y su pareja María Mercedes Alonso se encontró con el horror cerca de la 7 de este jueves. Ambos habían sido asesinados a balazos dentro de su auto Mercedes Benz estacionado en el garaje de su casa, ubicada en la esquina de Melo y Gaspar Campos, en Vicente López. La mujer, desconcertada, llamó al 911. Luego, comenzó la investigación para determinar lo ocurrido en esas últimas horas previas del escalofriante doble crimen.
Al lugar llegó el fiscal Martín Gómez junto a un grupo de peritos de la división de Científica de la Policía Bonaerense y comenzaron a rastrear pistas. Ante la complejidad del caso, el fiscal general de San Isidro, John Broyad, decidió sumar para la investigación a un segundo fiscal del mismo distrito, Alejandro Musso.
De esta manera, los detectives del caso comenzaron a atar cabos. Cuando ingresaron a la propiedad descubrieron que la casa se encontraba totalmente desordenada. Ese primer indicio marcó que los crímenes podrían estar relacionados con un robo. Luego, llegaron hasta la caja fuerte de la pareja: estaba abierta y completamente vacía. El análisis era lógico, los asesinos se habían llevado el dinero que había allí.
Del resto de las pertenencias, por el momento, se cree que los presuntos ladrones no se llevaron nada, ya que la pareja tenía la mayoría de sus muebles embalados porque en pocos días iban a mudarse al lujoso edificio Chateau ubicado sobre la Avenida Del Libertador en el barrio porteño de Núñez.
Así, el caso comenzó a ser investigado como un homicidio en criminis causa, es decir, matar para ocultar otro delito, por ejemplo, el robo, que se transformó en la principal hipótesis.
Luego, los detectives comenzaron a reconstruir el derrotero de la pareja hacia atrás, sobre los minutos antes de ser asesinados. Y es ahí donde aún quedan dudas sobre lo ocurrido. El interrogante a develar es si los sospechosos se encontraban dentro del domicilio cuando la pareja regresó de hacer unas compras y los asesinaron; o si en el momento en que ingresaban a su casa por el garaje, los responsables fueron detrás de ellos y luego dispararon a matar.
Lo cierto es que Del Río y Alonso fueron asesinados de forma escalofriante: el abogado recibió tres disparos; dos en el pecho y uno en la pierna. Mientras que a la mujer la balearon en el rostro. Incluso, tras analizar las heridas de muerte que sufrieron las víctimas, fuentes del caso aseguraron a Infobae que en el hecho se utilizó un “arma de grueso calibre”.
Otro de los aspectos que se investiga es que los responsables por los crímenes no dejaron rastros. Se llevaron los archivos DVR de las cámaras de seguridad de la casa. Eso hace pensar a los investigadores que eran experimentados.
En la escena del crimen trabajaban los fiscales, agentes de la Estación de Policía Departamental de Seguridad (EPDS) de Vicente López y peritos de la División Casos Especiales de la Superintendencia de Policía Científica.
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