J. tiene 15 años y el video donde se lo ve escapar de los motochorros en Ingeniero Budge registró uno de los salvajes robos a chicos que ocurrieron en los últimos días en el Conurbano Bonaerense. El adolescente fue baleado cuando salió de la escuela y volvía caminando a su casa. Se cruzó con dos ladrones que le dispararon en la pierna y le robaron el celular. Este domingo, Día de la Niñez, sigue internado en el Hospital Bicentenario de Monte Grande y desde allí atendió a Infobae. “Corrí como si no hubiera un mañana. En mi mente decía: ´Corré, te van a tirar´. Lo único que pensé fue en correr. Y ahí escuché los tiros”, recordó qué pasaba por su cabeza cuando vio el arma del delincuente.
A J. lo atacaron el miércoles pasado por la tarde, dos motochorros que lo sorprendieron cuando caminaba por la esquina de las calles Saladillo y Ginebra, en la zona Sur del Conurbano, regresaba a su casa. Había hecho 300 metros y le faltaban 5′' para llegar a su casa. “Cuando llegué a la esquina aparecieron los de la moto y me robaron”, comenzó su relato el adolescente que se recupera del impacto en la pierna que le afectó la rodilla derecha y por el que debió ser operado.
“Casi llegando a la esquina saqué el teléfono para decirle a mi vieja que estaba por llegar a mi casa. Escuché que venía la moto y puse el celular más cerca. Pero, se ve que me habían visto. Frenó la moto frente a mí. No fue ni un ´hola, dame todo´, nada. Sacó el arma y me apuntó de una”, explicó el J., cuyo caso investigado por el fiscal Marcelo Domínguez, de la UFI Nº5 del departamento judicial de Lomas de Zamora.
Y siguió: “Se acercó la moto y vi que el tipo de atrás se puso la mano en la cintura y sacó el arma. Ahí, me di vuelta y corrí como si no hubiera un mañana. En mi mente decía: ´Corré, te van a tirar´. Lo único que pensé fue en correr. Y ahí escuché los tiros. Dejé el celular atrás y él se bajó de la moto, lo agarró y se fue. Yo me quedé en el piso”.
Los minutos posteriores fueron dramáticos, un compañero suyo pasó justo por el lugar y, con la ayuda de su hermano, lo levantaron y lo llevaron al hospital más cercano. Su mamá Carolina contaría luego que lo único que su hijo le preguntaba era si iba a perder la pierna. J. confirmó sus temores al recordar qué pasó tras ser herido: “Cuando caí en el piso me sentía re mal, sentía como la pierna se me movía toda. Era horrible. Fueron dos tiros. Uno en la pared y otro en la pierna. Empecé a gritar pidiendo ayuda en el piso”.
Continuó: “Tenía miedo de perder la pierna. A cada rato decía: ´Me dieron en la pierna´. Me escuchó un amigo y me subieron en la camioneta rápido, y me llevaron”. Quien apareció para ayudarlo fue G., con su hermano O., un compañero de colegio que lo había saludado metros antes de llegar a la esquina donde ocurrió el robo.
“Fue rapidísimo. Llegamos y me empezaron a pedir mis datos. Nunca perdí el conocimiento. Vino el equipo escolar, la directora y estaba la Policía. Me hicieron estudios y me mostraron que estaba la pierna rota”, detalló J., quien primero estuvo en el Hospital Allende de Lomas de Zamora y luego fue trasladado al Hospital Bicentenario de Monte Grande, donde ya fue operado en dos oportunidades.
“El tiro fue en la pierna derecha, entró de atrás hacia adelante, cuatro dedos arriba de la rodilla. En la primera operación me salvaron el tendón y las arterias”, describió, y agregó: “Gracias a Dios fue en la pierna. La bala va a donde apunten y te den. Por las noches me quedo pensando: ‘Mirá si me daban en la espalda o en la panza’. Eso me hace bien porque puedo contarlo”.
J. se sinceró sobre cómo lo avanzaron los ladrones, de imprevisto y sin hablarle: “Si me hubieran pedido el celular, se lo hubiese dado. Es mejor darle el celular que perder la vida. No me hablaron, nada”.
Según informó la Policía y las mismas autoridades del municipio de Lomas de Zamora, los dos delincuentes que asaltaron y balearon a J. fueron detenidos e identificados como Nicolás Eduardo López Vera y Guido Ezequiel Cansino, ambos de 19 años.
La semana pasada, además del ataque motochorro en Ingeniero Budge, a un chico de 17 años lo apuñalaron en Merlo, también cuando volvía de la escuela y para robarle el celular. Se trata de A.M.D., quien recibió una herida de arma blanca en abdomen y le tuvieron que extirpar el riñón en el Hospital Eva Perón. El propio J. contó que vio la noticia cuando estaba internado y que lo impactó: “Te pones a pensar qué puede ser peor. No sé cómo está el pibe. Espero que esté bien y se pueda estar recuperando por el mal momento que pasó”.
Así, J. ahora sólo se enfoca en el alta y su recuperación. Los médicos le dijeron que tienen que esperar un día más para volver a revisar la herida en su pierna. Pensando a futuro y con su vuelta a clase, el adolescente concluyó: “Cuando vuelva al colegio voy a estar con más cuidado, sin sacar el celular. Ahora pienso en la recuperación y en estar bien”.
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