Por la muerte de cinco bebés que habían nacido sanos en el Hospital Materno Neonatal Ramón Carrillo, efectivos policiales de Córdoba detuvieron a una enfermera de 27 años. Si bien la joven no tenía entres sus funciones entrar en contacto estrecho con los bebés, una serie de indicios llevaron a que los funcionarios judiciales a cargo de la investigación la consideraran sospechosa. Sin embargo, su familia aseguró que la acusada es inocente y cuestionó la falta de pruebas contra ella.
Por orden del fiscal Raúl Garzón se llevó a cabo un allanamiento y detención la enfermera. Además, se imputó a la Directora del establecimiento, al Jefe de Departamento y a la Jefa del Servicio de Neonatología como supuestos autores del delito de omisión a los deberes de funcionario público.
Al momento de su arresto, la enfermera estaba rodeada de su familia y sabiendo que podría ser detenida. Días antes, los rumores ya indicaban que sería imputada en la causa y por eso, su mamá Cristina se mantuvo atenta a dar su versión de los hechos ante la inquietud de los medios en la provincia de Córdoba.
La joven nacida en 1995, vivía con su mamá y dos hermanas en una casa humilde en las afueras de Río Ceballos. Antes de la llegada de los efectivos, Cristina aseguró que su hija “no mató a ningún bebé, ella deslomó para estudiar Enfermería, es lo que la apasiona”.
Fuentes de la causa reconocen que la investigación por la muerte de los bebés es compleja y con pocos indicios, de hecho, no hay registros en las cámaras del hospital ni testigos que hayan visto que los recién nacidos fueron pinchados con sustancias desconocidas.
Entre las escasas pruebas, la justicia busca determinar cómo se produjeron los presuntos pinchazos letales contra los recién nacidos, y el secuestro de jeringas o ampollas. En ese marco, la familia de Brenda, la trabajadora señalada, aseguró que la enfermera no inyectaba a los bebés “ni los tocaba”. Y explicaron, además, que su trabajo en Neonatalogía consistía en asistir a las mamás, de modo que “no hay nadie que pueda decir que la haya visto con una jeringa en la mano”.
De manera similar, sus compañeros avalan los dichos de la madre y tildaron a la acusada como “una joven dedicada, sumisa y muy trabajadora”. De hecho, aclararon que no colocaba vitaminas ni vacunas a bebés. Como parte de ese perfil, su mamá recordó que Brenda trabajó en el Sanatorio Allende en 2018 y “nunca tuvo ningún problema”. Además, aclaró que en medio de la pandemia ingresó en Neonatal de modo que “trabajaba todo el día en los dos lugares. No daba más. Hasta que dejó el Allende”.
Fuentes de la fiscalía, comprobaron su rol en el área de neonatología y reconocieron que la joven no debía estar en contacto con los bebés. Aún así, algunos testimonios confirmaron que en algunas oportunidades alzó a los menores para acercárselos a las mamás.
En ese marco, el fiscal observó que la enfermera fue quién tuvo mayores coincidencias con los casos investigados y por eso fue señalada como la principal sospechosa. Ante posibles versiones, Cristina aseguró que la joven no sufrió la pérdida de un bebé o niño cercano ni tiene antecedentes psiquiátricos, informó el sitio Cadena 3.
Por otra parte, los familiares de las víctimas fatales se concentraron afuera del hospital para pedir justicia y plantearon que no solo quieren pensar en que la responsabilidad es de una sola enfermera sino que “tiene que dar explicaciones el poder, el ministro, es mucho más grande lo que hay detrás de esto”, sostuvo Fran, el papá de un bebé que murió el 18 de marzo.
Mientras avanzan las investigaciones, este viernes por la noche el gobernador Juan Schiaretti recibió a madres de bebés sanos fallecidos en el Hospital Neonatal de Córdoba. Los familiares de los recién nacidos se mostraron conformes con la reunión dado que se planteó un compromiso por avanzar con la causa. “Fue un encuentro muy emotivo y nos dio un compromiso serio. A partir de hoy, un nuevo camino: empatía, sensibilidad, cumplir con la ley de parto respetado”, remarcó el abogado, Carlos Nayi.
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