Cinco días después del allanamiento a una secta de Villa Crespo dedicada a la trata de personas, se produjo una nueva detención. Así lo informó la policía bonaerense, que detuvo en la localidad de Berazategui a un hombre de 49 años que tenía pedido de captura a raíz de sus actividades en esta banda.
El detenido es una de las 24 personas sobre las cuales el juez federal Ariel Lijo, pidió su captura y que permanecía prófugo desde el viernes pasado cuando se detuvo a los cabecillas de la secta.
Según la información que surge del expediente, el detenido fue identificado como Gabriel Armando Sorkin. La acusación que recae sobre Sorkin es por integrar esta secta de trata de personas que sometía a sus víctimas a explotación sexual y laboral, de acuerdo a la información difundida por Télam. Otro de los apresados es Juan Percowicz, un hombre de 84 años, líder de la organización quien ya había estado vinculado con una investigación similar, tres décadas atrás y por hechos similares.
La instancia actual en la investigación se da luego de que la Justicia ordenara unos 50 allanamientos por parte de la división de Trata de Personas de la Policía Federal. En el transcurso de los mismos unos 19 imputados terminaron con inhibición general de sus bienes y con el embargo de 37 inmuebles y 13 autos.
Por su parte, los imputados se negaron a declarar ante el juez Lijo, en los tribunales de Comodoro Py, y pidieron su excarcelación. Sin embargo, desde la fiscalía se pidió rechazar las mismas. Las medidas cautelares de aseguramiento de bienes habían sido solicitadas por el fiscal Carlos Stornelli, y sus colegas Alejandra Mángano y Marcelo Colombo, titulares de la Procuraduría contra la Trata y la Explotación de Personas (Protex).
Al mismo tiempo fueron embargados los domicilios allanados en Estado de Israel 4453/57, donde funcionaba la Escuela de Yoga Buenos Aires en Villa Crespo, y el de Guardia vIeja 4072, de Almagro, donde se encontraba la clínica “CMI-Abasto”.
Mediante una resolución, el juez también ordenó la inhibición general de bienes, la inmovilización y congelamiento de las cuentas y productos bancarios y el franjado de las cajas de seguridad que registrasen los imputados.
Otra de las decisiones de la Justicia fue disponer el bloqueo de los productos que pudieran registrar los imputados en el mercado de capitales. Para esto se libraron oficios a los Registros de la propiedad inmueble y automotor correspondientes, al Banco Central de la República Argentina (BCRA) y a la Comisión Nacional de Valores (CNV).
La organización de la banda:
Según los agentes a cargo de la investigación, Juan Percowicz era el creador y líder de la organización, pero bajo su orden había una línea de, al menos, 18 personas que lo acompañaban y que a su vez tenían a su cargo los diferentes ‘emprendimientos’.
La banda tenía tres ejes: uno era el sector de salud, que incluía la internación por adicciones, el suministro de psicofármacos, y el funcionamiento de una clínica en donde se prometía la “sanación”. El segundo se trataba del ‘sobre ceremonial’, el cual consistía de un pago mensual de USD 200 dólares por parte de los ‘alumnos’ para formar parte de la organización. La suma de dinero podía llegar hasta los USD 10.000, dependiendo de la persona. Por otra parte, a los “alumnos” se les apropiaban sus bienes y se los colocaba a disposición de la organización, haciéndolos firmar, en algunos casos, testamentos a favor de sus miembros.
Como tercer eje la organización se enfocaba en la explotación sexual de alguna de sus “alumnas”, esta era una de las principales fuentes de financiamiento. Dentro de la jerga de la organización se denominaba “geishado VIP” o “palomear”, que consistía en enviarlas “a mantener encuentros sexuales con personas de elevado poder económico para obtener dinero, protección y/o influencias”.
Su objetivo era, de acuerdo a esta línea de investigación, captar a empresarios o personas de poder para “obtener grandes sumas de dinero para la organización”.
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