Quienes conocen la historia de la Escuela de Yoga de Buenos Aires por dentro repiten a Infobae: “Hablen de Marcelo. Por él pasa todo”. Es el hijo adoptivo de Juan Percowicz, de 84 años, el máximo jefe de la organización, y un jefe nivel 7 con línea directa a su padre, parte de la cúpula suprema en la estructura. Además, los mismos conocedores aseguran que sería designado el nuevo líder, en caso de que Percowicz padre muriera.
Su futuro era, literalmente, el de un príncipe heredero de una de las mayores sectas de la historia argentina reciente. Pero esta semana, Marcelo corrió por su libertad.
El hombre de 56 años comenzó su fuga luego de que la división Trata de Personas de la Policía Federal lo allanara en su departamento de la calle Juramento sin encontrarlo. El juez Ariel Lijo pidió su captura internacional, congeló sus cuentas y embargó sus bienes en la causa que investiga a la organización por prostituir a alumnas con hombres ricos, lavar dinero en Argentina y Estados Unidos tras desvalijar en dólares a sus fieles con “sobres” de hasta diez mil por mes o incluso fraguar sus certificados de defunción y testamentos para quedarse con sus herencias.
No solo eso: bajo la máscara de una clínica sin habilitación sobre la calle Guardia Vieja llamada CMI Abasto, la secta supuestamente disciplinaba a sus miembros drogándolos durante días, una “cura de sueño” para silenciar a miembros críticos. Los torturados incluso tenían que pagar por sus supuestos tratamientos.
La Justicia determinó que Guerra Percowicz, un monotributista registrado en los rubros de contaduría de la AFIP, sería uno de los titulares de esa falsa clínica junto con la bioquímica Alicia Arata, detenida en el caso y la presunta jefa operativa.
El organigrama trazado por los investigadores lo ubica a Guerra Percowicz en colaboración directa con Marcela Sorkin, alias “La Leona”, la principal operadora de otro de los brazos de la Escuela de Yoga: la escuela BA Group, dedicada a simple vista al coaching ontológico, con la venta de cursos de “desarrollo de felicidad personal”, una supuesta trampa de moscas para captar nuevas víctimas con una sede en la calle Bulnes, donde el grupo guardaba un archivo de videos de cine porno sadomasoquista.
En la misma línea de mando se ubica la abogada María Susana Barneix, alias “Barni”, detenida junto a Percowicz en el country Santa Clara de Tigre, con su estudio en la calle Paraguay, que funciona como domicilio fiscal de “La Leona”. Barneix está acusada de ser parte del comando jurídico y contable que controlaba el dinero de la organización, con una recaudación de 500 mil dólares mensuales. Un audio, una conversación entre “La Leona” y Federico Sisrro, segundo al mando de BA Group, la ubica como posible partícipe en la manipulación de certificados de defunción, puntualmente en el caso de una discípula llamada Liliana que había adquirido el “nivel 6″, el extraño rango de apóstol.
Hay un punto donde muchos de los mencionados en esta nota se encuentran. Es una causa que data de 1995, largamente discutida por la Cámara en lo Criminal y Correccional. El delito: tentativa de estafa procesal. Barneix fue la principal imputada. Terminó sobreseída en dos ocasiones, la última en 2008 por la Sala III, a pesar de la apelación del fiscal general del caso. El motivo: la prescripción del delito, había corrido el plazo.
De cara a la historia actual, la vieja causa es sumamente llamativa.
Según un documento judicial “se imputa a Susana Barneix el haber participado en la confección de documentos públicos en acta extraprotocolares ideológicamente falsos, por los cuales representando” a una mujer fallecida “reconoció una deuda a favor del “Consorcio de Avenida Estado de Israel 4457″ de esta ciudad, representado por Marcelo Fabián Guerra Percowicz”. Las deudas ascendían a 47 mil y 27 mil dólares respectivamente. Luego, el hijo adoptivo del líder planteó esas deudas en el expediente por la sucesión de la mujer.
De vuelta al presente, las conversaciones encontradas por la Justicia federal revelan quién es quién dentro de la secta. Hay una en particular, entre Susana Mendelievich, alias “Mendi”, una jubilada de 75 años, y el jefe máximo, Percowicz padre. “Mendi” es una miembro histórica, justo por debajo de la línea de mando de Marcelo, “La Leona” y la abogada.
En la charla, llama “papi” a Percowicz padre, habla del pasado de la secta y de su presente de prosperidad, de ser literalmente “millonarios”, mientras se ríe con guiños. Lo trata al líder como si fuese una especie de gestor de milagros. “Mendi” está acusada de gestionar otra cosa. Junto a otros dos cómplices, la Justicia la considera la cabeza de la captación de víctimas para el “geishado VIP”, prostituir a víctimas con hombres ricos, con un departamento en la calle Corrientes y viajes trimestrales a Estados Unidos.
“Mendi” fue arrestada por la Federal el viernes pasado en el edificio de la calle Estado de Israel ocupado por más de una decena de miembros de elite de la Escuela de Yoga. Allí guardaban dólares, pornografía, documentación y computadoras, además de jeringas y medicamentos.
La estructura del presunto esquema de prostitución se esparce debajo de “Mendy”. Una figura clave es Marcela Arguello, de 47 años, arrestada junto a Mendelievich en la redada del fin de semana pasado, otra vecina del edificio de Estado de Israel. Allí la capturaron el sábado por la madrugada, con pasaportes y cuadernos.
Hay seis mujeres que reportaban a Arguello. El organigrama trazado por la PFA la vincula al departamento de la calle Corrientes y a un conocido hotel porteño donde se harían encuentros sexuales. También hay dos hombres ligados al sexo en ese hotel. Uno es Daniel Trepat Fryd, presunto remisero de las mujeres prostituidas, detenido junto al líder Percowicz en el country Santa Clara.
El otro es un misterio, conocido solo por su alias. Se dedicaba a cazar “palomos”, hombres ricos en la jerga de la secta, o sea, posibles clientes.
En las últimas horas el juez Lijo también sumó el pedido de captura internacional para Gabriel Armando Sorkin, María Beatriz Bugari, Pablo Román Sinigaglia y Verónica Ángela Iacono, miembros operativos de la secta que la Justicia constató que se fugaron a Estados Unidos. Sorkin es el hermano de “La Leona”, quien está sospechado de operar una filiar de la organización en Nueva York.
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