Cuando el cuerpo de Bomberos Voluntarios de la localidad quilmeña de San Francisco Solano finalmente pudo sofocar el incendio que se había desatado ayer en una casa ubicada sobre la calle 843 en pleno centro de esa loalidad, se encontraron con una escena escalofriante: en una de las habitaciones estaba el cadáver de una mujer calcinada, maniatada y tendida sobre una cama.
El nombre de la víctima lo sabían, ya que un vecino se los dijo antes de entrar. Se trataba de Emilia Carlomagno, una mujer de 77 años que vivía sola y era muy conocida por todos en el barrio porque además de tener buen trato con sus vecinos, era dueña de una de la propiedades más importantes del lugar. Su salvaje muerte, por ahora, es un misterio.
Según confirmaron fuentes policiales a Infobae, el macabro descubrimiento se produjo poco después de las 5 de la mañana tras ver el llamado al 911 de los vecinos, al ver que las llamas consumían la propiedad. Las imágenes del incendio, que se viralizaron en redes, dan cuenta de la magnitud del fuego que terminó por dañar gran parte de la casa y prácticamente carbonizar a su dueña.
El cuerpo de Emilia estaba parcialmente calcinado, sus manos atadas hacia adelante con un buzo y las piernas con una frazada, lo que hizo presumir desde un primer momento que se trataba de un asesinato. Desde entonces, el foco de la investigación, que lleva adelante el fiscal Jorge Saizar, de la Unidad Funcional de Instrucción Nº5 de Quilmes, es determinar las circunstancias del asesinato.
No va a ser una tarea simple. Por el momento no se pudo determinar si le robaron algo o si intervinieron una o más personas. De hecho, ninguna de las puertas de la casa fue forzada. Los policías que concurrieron al lugar creen que el agresor entró por la tercera puerta lateral o por una terraza, cuyo ingreso apenas estaba bloqueado con una escalera. Pero no tienen certezas.
Sin embargo, se conocieron datos a partir del testimonio de vecinos y de personas que conocían a la víctima que podrían direccionar la investigación, aunque todavía no hay nada claro. De acuerdo con altas fuentes de la investigación consultadas por este medio, por estas horas se recopilan más testigos y se analizan las cámaras de seguridad de la zona para establecer si el incendio fue motivado por un robo o si se trató de una venganza personal contra Carlomagno.
La hipótesis que apunta a un hecho de inseguridad pierde algo de fuerza. Es que los investigadores todavía no saben si falta algo de la vivienda y la explicación que dan para esto se basa en tres motivos. El primero indica que la jubilada vivía sola y no hay nadie que pueda certificar si robaron alguna pertenencia. Otra de las razones es que el incendio afectó gran parte de lo que estaba adentro y la tercera fue la declaración de la hermana de la víctima, quien ratificó que no había ningún faltante.
La otra hipótesis es que el hecho estaría vinculado a cuestiones personales de la víctima. Para sustentar esta teoría hay dos detalles que sí están comprobados. Uno de ellos es inquietante. Después de entrevistarse con vecinas de la jubilada, los investigadores obtuvieron la información de que hacía una semana alguien había intentado entrar a robar a la vivienda y que en esas circunstancias envenenaron el perro a Carlomagno.
Ese fue un detalle que alertó al fiscal Saizar, que lo analizará con más profundidad. El investigador pretende establecer si los asesinos ya habían hecho un trabajo previo para luego entrar a la casa. “Lo que le llamó la atención fue que una cosa ocurrió después de la otra. Lamentablemente los hechos de violencia son cada vez más mayores. No se sabe si fue al voleo o si fue algo premeditado”, aclaró la fuente.
Ahora deberá establecer si hay relación entre los dos hechos, aunque desde el ámbito judicial aclararon que todavía hay dudas y no hay nada firme. Una fuente asevera: “La verdad es que si envenenaban al perro capaz entraban a los dos minutos. Era muy simple”.
Con esta salvedad, los investigadores creen que al ser una persona de 77 años que vivía sola y sus medidas de seguridad eran casi nulas, era sencillo entrar para robarle. “Era viuda, no tenía hijos. Sólo su hermana y una sobrina que vivían en Capital. Igual se está viendo la línea del perro envenenado”, señaló la fuente. Además, tanto su hermana como una vecina íntima declararon que no tenía problemas con nadie. No había sospechas de que alguien quisiera hacerle algún daño.
Otra de las líneas que consideran en la Justicia y que también está vinculada al ámbito personal de la víctima es que detrás de todo podría haber un interés por quedarse con la casa de Carlomagno, una propiedad de grandes dimensiones.
Ubicada en el centro de San Francisco Solano, tiene 15 metros de frente de terreno y tiene salida por otra calle con 10 metros de frente más, además de 100 metros de fondo y una de sus entradas queda sobre la calle 844, que es una de las calles más importantes de esa localidad.
Por eso se investiga si hubo ofertas por la casa en los días previos al ataque. En ese sentido, recordaron que no hace mucho hubo en la zona una banda dedicada a ejercer presiones o llevar adelante trampas para quedarse con propiedades.
El resultado de la autopsia todavía no está disponible. Los médicos de la Morgue esperan a que el cuerpo se enfríe completamente para llevar adelante el estudio. El fiscal Saizar calificó el expediente como homicidio agravado por alevosía.
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