Un ciudadano estadounidense de 47 años fue detenido por la Policía de Seguridad Aeroportuaria (PSA) en el Aeropuerto Internacional de Ezeiza cuando intentó abordar un vuelo y salir del país con droga oculta en su equipaje: llevaba cuatro kilos de cocaína disimulados en paquetes de jabones.
El arresto se concretó en las últimas horas, pero el sospechoso ya estaba en la mira de la Justicia desde hacía tiempo. Hace poco más de un mes la fuerza federal había sido alertada sobre el posible ingreso a la Argentina de un pasajero extranjero con antecedentes que podría estar vinculado a la venta de estupefacientes.
En el marco del intercambio de información a través del Proyecto de Comunicaciones Aeroportuarias (AIRCOP) de la Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito (UNODC), las autoridades tomaron conocimiento que dicho pasajero llegaría a suelo argentino con el objetivo de buscar droga y luego trasladarla otro país. Según AIRCOP, el destino final de la cocaína era India.
Por orden judicial, los agentes de la PSA pusieron en marcha las investigaciones hasta que el hombre finalmente se presentó ante los mostradores de la empresa aerocomercial Air France en la Terminal A. El personal policial lo requisó y encontró en su equipaje de mano 24 cajas rectangulares de jabones cuyo contenido resultó ser un polvo blanquecino que dio positivo para clorhidrato de cocaína.
Durante el procedimiento se secuestraron en total 4.025 gramos de la mencionada sustancia y el estadounidense quedó bajo arresto, a la espera de ser indagado.
Hace dos semanas, en otra causa por contrabando de estupefacientes, personal de Aduana detectó más de 1600 gramos de cocaína escondidos en aros y que iban hacia Oceanía.
En este caso, el alerta que disparó las investigaciones provino desde operarios del depósito de la firma UPS en Constitución, que señalaron a la Aduana algo que les había llamado la atención: una joven argentina realizó dos envíos, uno a India, el siguiente a Australia, a lo que parece ser una sencilla casa de familia en Sunshine West, un pequeño suburbio de Victoria.
Así, personal de Aduana inspeccionó con canes detectores de droga la carga que viajaba a Australia, una serie de baratijas, 86 pares de aros con gemas de plástico. Allí había 1655 gramos de cocaína.
Exportar droga a Australia, particularmente de alta pureza, es una jugada narco maestra. Diversos estudios de organizaciones globales como el Global Drug Survey demuestran que ese país tiene el segundo gramo de cocaína más caro del planeta, dada su distancia geográfica. Un gramo puede superar los 200 dólares, hasta 300, con pureza reducida. Un kilo de cocaína en la selva boliviana puede costar entre dos mil y 1500 dólares.
Tras el hallazgo comenzó la investigación sobre quién intentó realizar la exportación. El domicilio registrado está ubicado en Munro, pero el teléfono que la joven entregó parece ser un número descartable, sin aparecer en aplicaciones de mensajería, El primer nombre -no se registró con un segundo- y el apellido de esta joven se repiten decenas de veces en los registros, una virtual fantasma.
Mientras se indagaba en esa identificación, Aduana de India fue alertada por el paquete enviado a su país.
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