Un comisario y otros tres oficiales de la Policía Bonaerense fueron detenidos en las últimas horas durante un allanamiento a una seccional del partido de San Martín: los acusan de cobrarles dinero a comerciantes de la zona a cambio de una supuesta protección.
Los arrestos se produjeron este lunes por la tarde y fueron realizados por agentes de la DDI de San Martín luego de un requerimiento de la fiscal de Delitos Complejos Verónica Pérez. El operativo tuvo lugar en la Comisaría 8ª de Villa Concepción, ubicada en la calle 4 de Febrero al 500.
Según informaron fuentes del caso a Infobae, los detenidos fueron identificados como José Norberto Encina, jefe de la Comisaría 8ª, de 43 años y con más de 22 de antigüedad en la Fuerza; el capitán Javier Aguilar (50), con más de dos décadas en la Bonaerense; el teniente 1ª Pablo Humberto Rodríguez (49), de 27 años de carrera; y el oficial César Daniel Juárez (36), que viste el uniforme desde hace 6 años.
Una denuncia anónima, realizada en mayo pasado, los señaló como autores de estafas a comerciantes.
Durante el allanamiento, además, los agentes de la DDI secuestraron las armas de los policías involucrados y el auto de uno de ellos. Este martes, los cuatro acusados eran indagados por la fiscal Pérez. Aunque, cuando la Auditoría General de Asuntos Internos de la Policía Bonaerense tomó conocimiento de la causa decidió desafectar a los implicados mientras dure la investigación. A su vez, se inició un sumario interno.
No es la primera vez este año que policías de la Bonaerense son investigados por la Justicia. En abril pasado, en el marco de una causa por narcotráfico, otros nueve integrantes de la fuerza provincial fueron detenidos en el marco de una causa que es un desprendimiento de una anterior por “robo agravado en poblado y en banda, por el uso de arma y por ser integrantes de una fuerza de seguridad”, “falsedad ideológica” y “tenencia de estupefacientes con fines de comercialización”.
Esa investigación tras el homicidio de José Gutiérrez (32) en General Rodríguez. Dos hombres en moto le dieron dos balazos y huyeron sin robar nada. De inmediato, la Justicia apuntó la investigación del caso a un ajuste de cuentas y lo vinculó a venta de estupefacientes. La sospecha es que fue asesinado porque había delatado a un capo narco de la zona, y le habían jurado venganza.
Ante esa situación, la fiscalía solicitó una serie de procedimientos y detenciones y, en ese contexto, se sospecha que fue secuestrada una cantidad de cocaína que no fue informada a la Justicia y que los agentes acusados se habrían ocupado de esconder en un galpón.
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