Un sospechoso fue detenido hoy como uno de los presuntos autores del homicidio de Adrián Bustamante, el hombre asesinado a golpes y piedrazos en la cabeza durante una pelea ocurrida el 10 de este mes en una estación de servicio del partido bonaerense de José C. Paz.
Se trata de Gonzalo Herrera, alias “Owen”, de 21 años, quien fue capturado esta mañana en uno de los diez allanamientos ordenados por el fiscal Carlos Hermelo, titular de la UFI 18 de Malvinas Argentinas, confirmaron fuentes del caso a Infobae. El funcionario judicial reemplazó a la fiscal que había iniciado la investigación, Silvia Bazzani, tras las quejas de la familia de la víctima en las demoras en la investigación.
“Es un primer paso en la búsqueda de Justicia, pero vamos por todos los responsables de este salvaje asesinato”, dijo Matías Morla, abogado de la viuda, querellante en el expediente. Y agregó: “Esta detención es fundamental en la búsqueda de Justicia, pero no son los únicos responsables de la muerte de Adrián. Vamos a seguir trabajando para encontrar a todos los culpables y que su familia tenga Justicia”.
Morla remarcó que solicitaron el agravante de la “alevosía” porque los videos de las cámaras de seguridad son “contundentes” y muestran que a “Adrián le pegaron en el piso entre varias personas e incluso le siguieron pegando cuando ya estaba inconsciente”.
El hecho ocurrió el domingo 10 de julio por la madrugada en el cruce de la avenida Hipólito Yrigoyen (Ruta 197) y la calle Julián Martel y casi toda la secuencia quedó filmada tanto por la cámara de seguridad del lugar como por las del Municipio. Así, todos los implicados quedaron captados por las imágenes.
Además, en el kiosco donde presuntamente paraba la patota asesina antes del crimen (que se ubica del otro lado de la Ruta 197), las cámaras de seguridad registraron a muchas personas durante el día.
En una entrevista que brindó a Infobae, Ada, la viuda de Adrián, relató que recuerda con profundidad los momentos previos al ataque. A la absurda discusión que dio origen a la tragedia y que, según dijo, su marido siempre quiso evitar que hubiese una pelea entre sus amigos y los jóvenes.
Esa noche la pareja fue a festejar un cumpleaños. El lugar elegido fue una pizzería propiedad de un amigo de Adrián. Era un grupo de siete personas la que se había reunido por la celebración. Cuando estaban por irse a su casa, uno de los amigos fue increpado por dos jóvenes arriba de una moto. Ada y su marido estaban algunos metros atrás y no llegaron a escuchar el motivo. Intercambiaron palabras de manera agresiva y —siempre según el relato de la mujer— en ese momento Bustamante intervino y les exigió que se fueran. Ada señaló que su pareja era una persona temperamental y no estaba dispuesta a dejar a sus amigos en ese momento. Sin embargo, la tensión fue en aumento.
“Él trabajó como custodio. Siempre fue de defender a sus amigos. Ni digo lo que era con la familia. En ese momento observa que empujaron a Emanuel (uno de los integrantes de su grupo)”, dijo. “Flaco, váyanse ya”, le dijo Adrián. “Pero ahí uno de los chicos le tiró un vaso de cerveza a mi marido en el pecho y en la cara. Eso lo enojó mucho”, detalló la mujer.
La reacción del hombre no se hizo esperar. Empujó en el pecho al agresor y lo tiró para atrás. El joven salió corriendo y cruzó la ruta hasta el kiosco donde estaba el resto del grupo. Hasta ese momento, pensaron todo había terminado. No tenían claro si el par de la moto quería robar o sólo pelear.
Pasaron algunos minutos hasta que de repente el gesto de una amiga del grupo alertó a todos de lo que estaba por pasar. “Se tomó la cabeza y nos dijo ‘por favor chicos vámonos porque estos chicos nos van a matar. Mirá lo que tienen en la mano’. Me doy vuelta. Eran como 15 o 20. Todos tenían algo en la mano corriendo hacia nosotros”. Ada describe el momento como “una cacería”. Se sintieron atrapados porque el grupo —cuenta— los cercó. Hizo una suerte de barrera para que no pudieran escapar.
Luego vino la lluvia de piedras, palazos y golpes de puño. Pese a todo y al ruego de su mujer para que se fueran, Bustamante decidió quedarse. “Me dijo,´yo me quedo’ y me dijo ‘andate’. Yo ahí recibí una piedrazo en la espalda y me cubrí de la lluvia de piedras con una campera. Me volví al auto”, recordó.
Apenas pudo observar lo que pasaba porque se refugió en el local de vuelta junto al resto de mujeres del grupo. En el campo de batalla se quedaron Diego, Julio, Emanuel y Adrián enfrentados contra al menos 15 jóvenes con piedras y palos en la mano. “Mis amigos buscaban para agarrar algo y defenderse pero no encontraron nada. No teníamos nada. Eran cuatro contra veinte”, dijo. Y luego, llegó el horror y asesinaron a Bustamante a golpes.
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