El relato de cómo habrían sido las últimas horas de Matías Ezequiel Chirino, el joven subteniente cordobés del Ejército Argentino que perdió la vida tras participar de la fiesta de iniciación en un cuartel de Paso de los Libres, es estremecedor.
Según se pudo establecer en la investigación de la Justicia, el soldado de 22 años presuntamente fue maltratado y obligado por varios oficiales superiores a ingerir grandes cantidades de alcohol, a sumergirse con poca ropa en una pileta de agua sucia y fría. Cuando estaba inconsciente, fue dejado en un colchón sobre el piso de una de las habitaciones del complejo militar. Tal como se estableció en la autopsia, el joven murió ahogado en su propio vómito.
De acuerdo con lo que comprobó el fiscal Fabián Martínez, este es apenas un resumen de lo que aparentemente tuvo que sufrir Matías antes de perder la vida. Una violenta sucesión de hechos en la que intervinieron nueve militares y por la que ayer fueron imputados por el juez Federal de Gustavo Fresneda por los delitos de homicidio simple y abuso de autoridad.
Se trata de los capitanes Claudio Luna, Rubén Darío Ruiz y Hugo Reclus Martínez Tárraga, el teniente primero Darío Martínez, los tenientes Exequiel Aguilar y Franco Grupico, y los subtenientes Facundo Acosta, Gerardo Bautista, y Claudia Cayata. Todos ellos fueron nombrados en las declaraciones testimoniales que reunió el fiscal Martínez por los hechos que derivaron en la muerte del joven, en la madrugada del 19 de junio último, tras el absurdo “ritual de iniciación”.
Según el requerimiento del funcionario judicial al que accedió Infobae, cada uno de ellos cumplió un rol que contribuyó para que Chirino muriera. En la investigación, el fiscal estableció que hubo alguien encargado de la la planificación previa de la fiesta y otros de darle las órdenes para que bebiera y cumpliera con otras tareas. En lo que sí coinciden todos es que lo abandonaron a su suerte, en medio de un estado lamentable.
En el expediente, el representante del Ministerio Público Fiscal describió que el subteniente Acosta instruyó a Chirino para que llegara a la unidad del Grupo de Artillería Nº 3 de Paso de los Libres el 18 de junio pasado, cuando en realidad se debía presentar dos días después, para celebrar lo que denominaron como “bienvenida, bautismo y/o ritual de iniciación”. Además de Matías, al festejo también fueron convocados los también novatos Rufino Ezequiel Meza y Jorge Manuel Chaile. Ellos también fueron obligados a tomar bebidas alcohólicas y sufrieron maltratos. De hecho, la acusación por abuso de autoridad es por lo que le ocasionaron a los dos compañeros de Chirino.
Acosta le indicó al joven y sus compañeros que debían invitar una cena. “Lo maltrató al ordenarle que ingiriera bebidas alcohólicas y que se sumergieran a la pileta con agua sucia y a bajas temperatura, para finalmente cuando perdió el conocimiento, dejarlo en un colchón colocado sobre el suelo de la habitación, destapado y sin ningún medio de calefacción”, aseguró el fiscal.
Después, Martínez se refirió al subteniente Bautista, quien se aprovechó de su autoridad superior para maltratar a Chirino y le ordenó que consumiera alcohol. En ese sentido, sostuvo que cuando perdió el conocimiento, también fue cómplice en dejarlo en un colchón, “mientras se hallaba de oficial de servicio donde además de dar órdenes arbitrarias no se opuso a los maltratos que le dispensaron los demás oficiales”.
En tercer lugar, señaló a la subteniente Cayata por no haberse opuesto a los maltratos que le ocasionaron los demás oficiales al joven de 22 años. Además también sabía que lo habían dejado tirado en una habitación fría. Continuó en su relato con el teniente Grupico, “a quien también acusó de no haberse opuesto a los maltratos que le dispensaron los demás oficiales”. Sobre él, el fiscal indicó que fue quien impartió la orden para que se cocinaran fideos hervidos, para luego obligarlo a Matías a que los comiera con la mano, mientras el resto disfrutaba de un asado y una picada.
El teniente Aguilar también se aprovechó de su autoridad y maltrató al joven y sus compañeros. Le exigió a Chirino que tomara alcohol y que se dirigiera a comprarle cigarrillos. Finalmente lo dejó, cuando perdió el conocimiento, abandonado en el colchón donde perdería la vida.
En cuanto al teniente primero Martínez, también lo acusó de maltratos, de ordenarle que comprara más trago y cigarrillos y de que tomara sin parar. También instó al joven que se arrojara a la pileta y le exigió que hiciera flexiones y corriera alrededor de la pileta cuando se equivocaba en los cantos militares. También lo dejó tirado sobre el colchón.
Sobre el capitán Luna, además de aprovecharse de su autoridad, fue quien habría creado el grupo de Whatsapp donde se gestó y organizó el evento. Allí “se impartieron las órdenes arbitrarias, como así también maltrató a Chirino ordenándole que ingeniera bebidas alcohólicas, máxime cuando durante el evento habría expresado que se iban a desquitar con Chirino porque había tomado de menos”, sostuvo el fiscal. También ordenó que dejaran los teléfonos sobre la mesa de los oficiales, con el argumento de que los subtenientes supuestamente “cuentan todo”.
Respecto al capital Martínez Tarraga, aseguró le habría ordenado que fuera a comprar otras bebidas al referirle que “habían comprado una bebida de negro” y que “ni cuando era pobre tomaba esa clase de marca”. Al igual que el resto, también supo que al joven lo arrojaron sobre un colchón, destapado y sin ningún medio de calefacción.
Finalmente está la acusación contra el capitán Ruiz, que impartió la orden de que consumiera más bebidas alcohólicas. Fue él quien le ordenó beber whisky mientras comía fideos con la mano. De acuerdo con el expediente, sabían que Chirino no estaba acostumbrado a tomar este tipo de alcohol.
En una resolución de siete fojas a la que también accedió este medio, el juez Fresneda determinó avanzar en la investigación para determinar las responsabilidades de cada uno de los imputados, así como exhumar el cuerpo de Chirino, inhumado en la provincia de Córdoba, donde el instituto Médico Forense de la justicia local deberá practicar una segunda autopsia sobre el cuerpo.
Para esta medida, la familia contará con un perito de parte, Martín Subirash, indicó el dictamen. En el texto, el magistrado dejó algunas medidas de prueba solicitadas por el fiscal en stand by. Todo dependerá de cómo avance la investigación. Además ordenó el secuestro de los teléfonos celulares de los imputados.
Según explicó a Infobae el abogado de la familia, Enrique Fernando Novo, el pedido para un segundo estudio forense es para que se evacuen alguna dudas que todavía están presentes. “No es que la autopsia esté mal hecha. Es un estudio complementario para que la familia se quede tranquila”, dijo el letrado, quien destacó el trabajo del fiscal Martínez por la celeridad. En cuanto a la calificación, Novo aseguró que podría cambiar para alguno de los implicados de acuerdo a lo que se compruebe en el expediente.
De acuerdo con el resultado de los exámenes forenses, o la autopsia que la muerte se produjo por “asfixia mecánica por obstrucción de la luz de la vía aérea” producida por “broncoaspiración de contenido gástrico regurgitado”.
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