Vanesa Soledad Núñez, Juliana Zelaya, Adrián Osvaldo Nuñez, Pamela Di Bin y Leandro Fhur, los policías de la provincia de Buenos Aires acusados y detenidos por el crimen de Daiana Abregú, ocurrido el 5 de junio pasado en la comisaría de Laprida, en la que la joven madre de un chico de 9 años había estado detenida por disturbios, brindaron declaración indagatoria ante el fiscal Ignacio Calonje.
De acuerdo con las declaraciones, a las que accedió Infobae, cada uno dio su versión de los hechos y contó el rol que tuvo desde el comienzo de la secuencia hasta el trágico final. Todos coincidieron en que no tuvieron nada que ver con la muerte de Abregú. En ese sentido señalaron que la joven se quitó la vida. Jamás mencionaron maltratos por parte del personal oficial e indicaron que antes del fallecimiento, la detenida comenzó a mostrar comportamientos extraños.
Para Fabiana San Román, la jueza de Garantías del caso, los acusados asfixiaron a Daiana en una forma que todavía se desconoce y luego fraguaron la escena para hacerla parecer un suicidio. Tras ello, aseguraron que la joven se había ahorcado con su campera, pero una segunda autopsia no encontró las lesiones correspondientes y desbarató la coartada, o por lo menos, le dio suficiente causa a la Justicia para arrestarlos.
Las casas de los policías fueron allanadas: se les secuestraron los teléfonos a los cinco, que podrán ser analizados. También, se ordenaron una serie de nuevas pericias a la campera que llevaba Daiana, que según los policías usó para ahorcarse. Se buscará un rastro epitelial en la tela, también se estudiarán muestras de pulmón. Los resultados, confiaron investigadores, estarán disponibles en el curso del próximo mes y servirán para corroborar a la segunda autopsia, o a la primera.
Si los policías son hallados culpables, podrían ser condenados a prisión perpetua. Según reza en el expediente están imputados por homicidio triplemente agravado por su comisión con alevosía, por su comisión con el concurso premeditado de dos o más personas y por tratarse de miembros de la fuerza de seguridad policial.
La oficial de guardia Juliana Zelaya
La primera declaración indagatoria fue la de la oficial de Guardia, Juliana Zelaya (35). Dijo que comenzó su turno a las 8:30 de la mañana. Allí le informaron de la detención de Daiana, completó el libro de guardia -que es un protocolo que deben cumplir- y continuó la mañana sin mayores problemas.
“A las trece horas me voy a comer. Doce y media del mediodía la imaginaria del calabozo me dice que haga un conste que Daiana no había querido comer, el cual yo me olvide de hacerlo después. A las trece me retiro a comer, vuelvo a las catorce, porque nos tomamos una hora, vuelvo a agarrar la guardia y me quedo en la guardia”, dijo.
Entre las 14:15 o 14:30 -sostuvo- la llama su compañera Pamela Di Bin desde la puerta del calabozo para decirle que se acercara porque le iban a retirar el colchón a Daiana porque lo había roto.
Hacia las 15:25, cuando salió del baño, su compañera Vanesa, exaltada le pidió ayuda porque supuestamente Abregú se había ahorcado. “Cuando voy pasando el sector de buzón del calabozo, es decir el locutorio, justo en ese momento Vanesa venía de la oficina de guardia y ella mira para el locutorio y me dice ayudame boluda que esta pelotuda se ahorcó”, detalló.
Dio vuelta la mirada y presuntamente vio a Daiana con su campera del cuello.
Zelaya llamó al servicio de Emergencias. Cuando le preguntaron si la presa estaba viva, Zelaya, sin haberse acercado siquiera al cuerpo, dijo que sí. En ese momento ingresaron su compañera Carina Bustos y el agente Fuhr. Se quedó en la comisaría hasta las 2:30 AM. Además, aseguró que nunca observó que Daiana estuviera alterada y señaló que en total concurrió al calabozo cuatro veces.
Qué dijo Vanesa Núñez
Vanesa Núñez, una de las que le practicó RCP a la víctima, dijo que comenzó el servicio a las 13:00 horas. Cuando comenzó a trabajar, su compañera (Yazmina Larios) le dijo que Daiana había estado rompiendo las paredes del calabozo, aunque no estaba en sí alterada. Simplemente que había ocasionado daños.
Sostuvo que estaban ellas tres solas en la comisaría en ese momento. Le sacaron el colchón, cerraron la reja y Di Bin le preguntó si quería almorzar. La detenida dijo que no.
“Estaba ahí sentada raspando las mismas piedras del calabozo, raspaba no sé si la pared del calabozo. Cuando yo la miraba lo dejaba de hacer igualmente. Después Di Bin me preguntó qué estaba haciendo porque se sentía ruido que estaba raspando la pared. Yo le dije que estaba raspando las paredes, y ella decidió ingresar para cerrarle la reja de ese calabozo, porque había piedras en el piso, todo el revoque tirado”, reveló.
Ingresaron con Di Bin nuevamente mientras que Zelaya se quedó en la reja principal. “Le cerramos la reja con pasador y candado, y quedó nuevamente en el sector del patio del calabozo.
“La vi que estaba atada, le grite a Pamela Di Bin que estaba en la cocina en ese momento, que me ayude, que nada, que se había ahorcado. Busco las llaves del calabozo que estaban en mi escritorio, abro el candado, saqué el pasador, le dije a Pamela que me la tenga porque no podíamos desatar los nudos, fui corriendo para el lado de afuera del locutorio, le desaté los nudos a la campera que estaba atada por las mangas, le dije a Pamela que la tenga, vuelvo a ingresar al calabozo, Pamela la apoya sobre el piso, la corremos un poquito porque el locutorio es bastante angosto”, señaló. Empezó a hacerle las maniobras de RCP.
Estuvieron hasta las nueve de la noche encerrada en una oficina. Dijo que entre otras cosas que al momento del presunto suicidio en la comisaría estaban ella, Di Bin y Zelaya. Luego aparecieron en escena Carina Bustos y Fuhr, quien continuó con las maniobras de RCP.
La declaración de Pamela Di Bin
Dijo que a las 08:30 horas tomó el servicio junto al oficial Subinspector Adrian Núñez. (...) “Después de eso no fuimos con Adrián hacia el sector de calabozo donde estaba el relevo hecho de la imaginaria, se encontraba Larios Yazmina, del tercio nuestro, en ese momento estaba Abregú, hicimos la inspección y Yazmina le hizo entrega de un colchón”, contó.
La policía dijo que se retiró hacia las 12:30 a almorzar y que quedó a cargo el oficial Núñez. Declaró que regresó después de las 14 y en ese momento, Núñez se retiró en el auto.
Relató que después de las 15 horas la imaginaria Núñez le avisó que Daiana estaba rompiendo el colchón. Por eso decidió entrar en el sector de calabozos junto a Zelaya y se lo sacó. Poco tiempo después -siempre de acuerdo a su declaración -volvió a escuchar ruidos desde la celda. Le preguntó a Zelaya qué ocurría y esta le dijo que probablemente se encontraba golpeando la pared.
“Decido nuevamente ingresar al calabozo. Ingreso con (Vanesa) Núñez y queda afuera Zelaya. (...) Cierro la puerta reja de esa habitación con candado. Ella se queda bien, no se manifestó, nunca se demostró agresiva ni hacía mi persona ni al resto de los efectivos”, agregó.
Poco después de las 15:15, Núñez le avisó exaltada que Diana estaba ahorcada. Di Bin entró al calabozo y la vio “con la campera como si fuera un babero, desde las mangas hacia la reja del locutorio”. Lo primero que hizo fue tratar de desatarla pero no pudo porque los nudos estaban atados fuertemente. “Cuando la levanto, lo primero que siento es que ella estaba orinada”, detalló Di Bin. Lograron desatarla. Según declaró, le hizo maniobras de primeros auxilios pero en seguida fue Vanesa Núñez quien tomó su lugar y continuó con las maniobras.
“Yo estaba angustiada, shokeada, por la situación. (...) La escuchaba a Vanesa que entró en llantos. Yo me quedé desde afuera y desde ahí la veían a Vanesa que hacía la reanimación. En ese momento ingresa personal nuestro, hacia el sector de calabozo, era la Subteniente Bustos Carina y el Oficial de policía Fuhr Leandro”, sostuvo Di Bin.
Las atendieron en el hospital debido al impacto psicológico por lo ocurrido con Daiana. Cuando el fiscal le preguntó por el estado de la víctima cuando la vio, dijo: “Cuando yo la vi estaba pálida, con la cabeza hacia su costado izquierdo, con la boca semiabierta”.
El oficial Adrián Osvaldo Núñez
Lo primero que dijo el oficial Adrián Núñez antes de relatar su versión de los hechos es que considera que es inocente y que “es un error lo que se le imputa”. Dijo que al momento de entrar en servicio a las 8:30 de la mañana, la oficial que estaba por relevar le informó acerca de la detención de Abregú.
En su declaración, el oficial dijo que mantuvo un breve contacto con Daiana para ver cómo estaba y porque la mujer había solicitado un colchón. Cuando Núñez se acercó, Abregú supuestamente le contestó de manera agresiva. “Con vos gato no voy a hablar nada”, le habría dicho la joven. En ese momento, Núñez se alejó para evitar problemas y autorizó que le dieran un colchón. Antes de retirarse inspeccionó el calabozo.
A las 15:15 aproximadamente, Di Bin le mandó un mensaje en el que le dijo que Abregú rompía el colchón. Le ordenó que lo retirara pero minutos después, nuevamente su compañera le escribió con la trágica novedad de que Daiana se había ahorcado.
Finalmente llegó a la comisaría, entró al sector de los calabozos y vio cómo los médicos trataban de reanimar a la víctima con todos los métodos posibles. Minutos después se retiró a su despacho, informó a su superior lo que estaba pasando y luego dio la orden de que ningún efectivo se acercara a la joven muerta.
Aseguró que la conocía de vista porque había tenido otros ingresos a la comisaría como contraventora. Reveló que en las oportunidades que la vio a Abregú detenida, estaba tranquila.
Lo que dijo el imputado Leandro Fuhr
El oficial Fuhr dijo que comenzó el servicio a las 8:30 de la mañana, cuando le asignaron un móvil. Debía manejarlo. Cuando estaba por salir, le informaron que en uno de los calabozos estaba la joven que después moriría. En medio de su recorrida por la zona, le indicaron que debía retirar una vianda de comida en el hospital que era para Daiana. El policía cumplió la orden y le entregó la comida a una imaginaria. Era poco después del mediodía. Antes de retirarse nuevamente, escuchó cómo la joven se había negado a comer.
A las 15:25, escuchó por radio que había una urgencia en la comisaría. Escuchó la voz de Zelaya un poco quebrada y en ese momento ingresó a toda velocidad hasta la zona de los calabozos.
“Llego a los calabozos, que estaba una puerta abierta del calabozo, mi compañera atrás mío. Me encuentro con la escena, la chica tirada en el piso, dentro del calabozo, con Vanesa Núñez realizando maniobras de RCP, llorando, y a los gritos de que está muerta. Dentro del calabozo estaba Pamela Di Bin llorando, agarrándose los brazos sola. El corpiño lo tenía levantado con su torso al descubierto. Automáticamente yo me paso adentro del calabozo, la corro a mi compañera Núñez (...), me arrodillo, en seguida inicio las maniobras de RCP”, relató.
Le pidió su compañera que le acomodara la cabeza para no obstruir la respiración hasta que llegó el personal médico. Se retiró de la escena y luego le avisó a más compañeros lo que había pasado.
Vanesa Núñez, Zelaya, Adrián Nuñez y Pamela Di Bin son los acusados más complicados en el expediente, de acuerdo con el pedido de arresto. Sin embargo, se desconoce quién podría ser el autor material del crimen de Daiana. Hasta ahora, la única versión es la de los imputados, que fue vertida en los sumarios policiales. En el caso de Fuhr, la jueza cree que sería un encubridor.
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