“Observo con mucho dolor y preocupación que el crimen de quien fuera mi compañera de vida parecería no poder llegar a dilucidarse a través de un juicio justo e imparcial”, reza Carlos Carrascosa en una carta que lleva su firma y que acompaña los pedidos de recusación y nulidades presentados por los fiscales contra un juez que fue parte del proceso que llevó a juicio a Nicolás Pachelo por el crimen de María Marta García Belsunce y los actuales integrantes del Tribunal Oral Criminal N°4 que juzgan al ex vecino y a los ex vigiladores del country Carmel por el asesinato ocurrido el 27 de octubre de 2002.
“Hubo un juez, que se excusó antes de que comenzara el juicio, que había sido parte de la investigación del caso en 2007, y pudo haber afectado la imparcialidad del tribunal. Su reemplazo fue elegido a dedo, sin sorteo, como marca la Ley; además, quieren imponerle a la acusación la teoría del caso. Ninguno de esos planteos fueron resueltos aún. Y en caso de fallar a favor de la fiscalía se podría continuar con los reemplazos”, explicaron varias fuentes del caso consultadas por Infobae. Sería un escándalo. Otro más.
Lo cierto es que detrás del juicio a Pachelo hay una batalla judicial que debe dirimirse en la Cámara de Casación y aún no se ha resuelto. ¿La excusa? “Ha costado conseguir jueces que puedan actuar, ya que muchos se han excusado por haber sido parte del proceso anterior en alguna instancia. Ya se ha completado una vacante y ahora se requiere la conformación con integrantes de la Cámara de La Plata para el cupo que resta”, detallaron.
En realidad, la cuestión debería haberse resuelto antes de que el juicio comenzara, ya que el planteo de los fiscales Patricio Ferrari, Andrés Quintana y Federico González va al corazón del tribunal que encabeza este tercer juicio por el asesinato de María Marta a casi 20 años del crimen: piden un tribunal imparcial.
Para entender el intríngulis que se dirime tras bambalinas, y que se cuela en las audiencias, hay que comenzar por el principio. Para juzgar a Pachelo por los ocho robos en countries, por los que está preso desde 2018, y por el crimen de María Marta en el marco de un robo, fue designado el Tribunal Oral Criminal N°4.
Así, luego de la designación, el trinomio que participó en las audiencias de prueba previas al debate estaba integrado por los jueces originarios Federico Ecke y Osvaldo Rossi, a los que se sumó Alberto Gaig del Tribunal Oral Criminal N°7. Sus decisiones fueron clave sobre la prueba.
“Cierto es que su actuación conjunta con Alberto Gaig ha formalizado en ellos una inoportuna contaminación horizontal, que impide su prosecución como jueces hoy hábiles... Así, han tomado contacto directo con uno de los magistrados que integraba las filas de este Ministerio Público Fiscal en el presente caso y resuelto, como juez, sobre cuestiones dirimentes en una deliberación que ha sellado su suerte para su continuidad en este expediente”, reza parte del pedido de recusación al tribunal que juzga a Pachelo.
Es que, según el planteo de los fiscales, en 2007 Gaig fue parte de la acusación que llevó adelante el fiscal Aquino y participó de una inspección ocular a la casa de María Marta, “realizó valoraciones sobre Pachelo”; e, incluso, les tomó declaración testimonial a Norberto Glennon y José Ortiz, hoy coimputados junto al ex vecino. “Poco tuvo de imparcial cuando tiempo atrás estuvo involucrado como parte del Ministerio Público Fiscal”, remarcaron las fuentes.
Pero no sólo eso. Cuando Gaig se excusó de formar parte del juicio por “motivos de agenda”, la elección de su reemplazo fue Esteban Andrejín, quien había sido secretario del TOC N°4 y de los jueces Ecke y Rossi. Aunque, lo que más cuestionan los fiscales es que “no puede haber un juez no sorteado”.
El 13 de abril de 2020 Gaig pidió excusarse del juicio. Tres días después, Ecke y Rossi se lo aceptaron y pidieron la designación de un nuevo magistrado, que, por Ley, debe ser sorteado. Fue entonces que ellos propusieron al tercero: “Se han recabado entre los colegas hábiles de los tribunales con integración completa la disponibilidad para ajustar la agenda de debates a las exigencias de los procesos que nos convocan, habiendo manifestado su anuencia el juez integrante del Tribunal en lo Criminal N°2 Esteban Andrejín”. No era un desconocido para ellos.
Y, entonces, el juez del TOC N°7 fue designado para completar el trinomio que ahora juzga a Pachelo, “antojadizamente”, para los fiscales que hicieron el planteo ante la Cámara. Y agregaron: “El método de designación del magistrado Andrejín no ha resultado válido y coloca en riesgo la vigencia de la garantía constitucional de juez natural… y podría derivar, en el futuro, en la invalidez del juicio”.
Las fuentes consultadas por Infobae advirtieron que “esa puede ser una carta que utilice el abogado de Pachelo, Roberto Ribas, para el caso de que lo condenen”.
Para los fiscales que llevan adelante la acusación en el juicio, Ferrari, Quintana y González, la teoría del caso es que Pachelo mató a María Marta cuando ella lo descubrió robando en su casa. En ese contexto, la serie de robos por la que el acusado está detenido es clave en la plataforma fáctica: es que muestra el modus operandi del imputado, copia fiel de lo que se sospecha ocurrió ese 27 de octubre de 2002 en el Carmel.
“Sin embargo, y si bien antes de la pandemia se había decidido juzgar primero a Pachelo por los robos y luego por el crimen, ahora los jueces cambiaron la lógica y comenzaron por el crimen, cambiando la teoría de la acusación”, se quejaron desde la Fiscalía con vehemencia tras la primera audiencia del juicio.
Lo cierto es que, en este marco, la tensión entre los fiscales y los jueces hace volátil el ambiente en cada jornada del juicio a Pachelo. Por caso, también critican la actividad del juez Rossi, “quien dijo en una de las últimas audiencias que se sentía agraviado por haber sido recusado”, confiaron.
Este martes, se reanuda el juicio con la sexta audiencia de presentación de testigos ante un tribunal que fue recusado y en el que se pide la nulidad de la designación de Andrejín. Algo que acompaña el mismo Carrascosa.
“Habiendo pasado 20 años desde la muerte de mi querida esposa, no puedo permitir que el juicio que va a llevarse a cabo contra los autores del hecho se vea teñido de sospechas injustificadas y reiteradas”, escribió el viudo en la carta donde adhirió a los planteos de nulidad y recusación.
Y concluyó: “Lo expuesto por la fiscalía me hace temer que existan, aún en aquellos magistrados provinciales que jamás han intervenido en el caso, prejuicios y/o preconceptos instalados y difundidos justamente por aquellos otros que tanto daño judicial han causado... Sigo expectante a que, finalmente, una justicia seria y comprometida en la búsqueda de la verdad cierre definitivamente esta tragedia de la cual fui y sigo siendo víctima”.
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