El policía bonaerense Facundo Amendolara, imputado por balear a Santiago “Chano” Moreno Charpentier en su casa de Exaltación de la Cruz en el marco de una crisis del músico el 25 de julio de 2021, presentó un escrito con su declaración a la Justicia y sostuvo que disparó “como último remedio” para salvar su “propia vida, ante tan desaforado ataque”.
Así, Amendolara llegó este martes espontáneamente, junto a su abogado Fernando Soto, a la UFI N°2 de Campana, a cargo de Alejandro Irigoyen. El funcionario le había imputado el delito de lesiones gravísimas agravadas por el uso de arma de fuego y por ser funcionario policial.
Tras la presentación del escrito con su versión de los hechos, el abogado Soto pidió su sobreseimiento. “Todas las pruebas demuestran que Chano estaba totalmente fuera de sí, que atacó a Amendolara y casi lo mata. Cuando le disparó, estaba entre 1 y 1,5 metros. Se defendió”, indicó el letrado a Infobae.
Según el relato del policía, al que accedió este medio, Amendolara arribó a la casa de Charpentier cerca de las 23 junto a Vanesa Flores y Mariano Giaccio, que prestaban servicio en la Estación de Policía Parada Robles. Los agentes habían sido llamados por un médico psiquiatra de la prepaga OSDE, Gonzalo Caliguri, porque Chano atravesaba un “cuadro psicótico” con “excitación psicomotriz” por probable consumo de sustancias psicoactivas. También les comunicó que había ordenado su inmediata internación en un centro psiquiátrico. En el lugar, además, estaba la madre del músico, Marina Charpentier.
De acuerdo a lo presentado por el policía, la mujer les contó que dos días antes había intentado internar a Chano en una clínica psiquiátrica porque estaba “perdido y desorientado”. Sin embargo, el ex líder de Tan Biónica se negó. De esta manera, la situación empeoró.
La noche del ataque, Chano estaba alterado porque no quería que ser internado. Se había puesto agresivo con su madre, según aseguró Amendolara en el escrito, quien había ido a la casa para finalmente llevarlo a un centro médico. Luego, detalló que cuando el cantante vio a su mamá con Caliguri comenzó lo peor.
“¿Médico? ¿Quién sos vos? ¡Andate de acá! ¡Rajá hijo de puta, te voy a matar! ¡Te voy a clavar un cuchillo en la yugular!” “¡Qué vamos a hablar! ¡Mirá cómo te tiro un cuchillo y te lo clavo!”, relató en su escrito el oficial Amendolara sobre los dichos al médico Caliguri.
Así, el imputado contó que el médico ordenó la inmediata internación de Chano. Ante esto, se necesitaba la ayuda policial para poder trasladarlo. De esta manera, los agentes, según Amendolara, trataron de convencer al músico para que se suba a alguna de las tres ambulancias. Como fue imposible, se vieron obligados a ingresar en el jardín de la casa, ya que la madre del cantante había entrado a la casa sin la autorización policial.
Ahí fue cuando se desató el ataque. El policía contó que Chano salió envalentonado al jardín. El músico, de acuerdo a los dichos del imputado, se enfureció cuando escuchó a su madre decirle: “Calmate, tenemos ya un lugar en el (sanatorio) Otamendi”. Y, entonces, fue que el músico sacó un cuchillo.
“En ese momento, se paró en la tarima de cemento del hall de ingreso a su casa. Tenía puesta una campera y la mano derecha dentro de su bolsillo. Con la izquierda nos hacía señas para que nos vayamos porque, si no, nos iba a matar”, describió Amendolara en el escrito.
Y siguió: “Cuando Chano me vio, vino corriendo hacia mí empuñando en alto la cuchilla, mientras me gritaba, totalmente alterado: ‘Te voy a matar!’. Comencé a retroceder rápidamente, sin sacarle la mirada mientras desenfundaba mi arma reglamentaria y le gritaba: ‘¡Tirá el cuchillo! ¡Tirá el cuchillo!’. Cuidaba de no caerme mientras corría hacia atrás, pero Chano cada vez se me acercaba más. Cuando estuvo aproximadamente a un metro y medio de distancia, a punto de alcanzarme con la cuchilla, le disparé como último remedio para salvar mi integridad física, para salvar mi propia vida, ante tan desaforado ataque. Chano cayó hacia adelante sobre el pasto, con el cuchillo en la mano, mientras seguía gritando que me iba a matar. Lo miré al principal Giaggio, y le dije: ‘¡No tuve otra, Jefe! ¡No tuve otra!’”.
Ahora, tras la presentación del escrito, el fiscal Irigoyen tiene que determinar la situación procesal del policía imputado.
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