Durante más de dos años, tres hombres atormentaron a una joven de 25 años que vive con retraso madurativo en Ciudad Oculta, uno de los asentamientos en Villa Lugano. La hostigaron por su identidad de género, por ser una mujer trans, por ser migrante, oriunda de Paraguay, según la causa investigada por la jueza Paula González y su equipo.
Le lanzaron insultos homofóbicos, la denigraron, la asediaron en cada encuentro. Luego, en un domingo de julio de ese año, la interceptaron en un pasillo y la llevaron a un terreno baldío en el interior del barrio. La sujetaron con fuerza, le taparon la boca para bloquear sus gritos. La golpearon en la cara, la patearon en el abdomen y las costillas y la amenazaron todavía más. Luego, a punta de pistola, apuntada a la cara, la violaron.
Se turnaron los tres, uno por uno. Intentaron garantizar su silencio.. Hubo un remate: un golpe de culata en la cabeza. Perdió el conocimiento, se desvaneció. Con el tiempo, casi un año después, apoyada por una organización barrial, la joven hizo la denuncia.
A mediados de marzo, la división Delitos Contra la Salud Pública de la Policía de la Ciudad detuvo a Juan Manuel Nieva y Nicolás Alejandro Nieva, dos de los sospechosos. Quedaba un tercero. El hombre cayó esta semana. Su nombre es Facundo Agustín Torrez, 23 años, vecino de Lugano. Lo encontró la División Capturas y Prófugos de la fuerza porteña. Descubrieron que había dejado el barrio, pero que lo frecuentaba de todas formas. Cayó en Fonrouge y Eva Perón, a pocas cuadras de su vieja parada.
La jueza González lo indagará hoy por la mañana. La calificación del expediente en su contra es larga: abuso sexual agravado por su comisión con acceso carnal, con arma de fuego y pluralidad de intervinientes, amenazas coactivas, lesiones leves agravadas por cometerse mediante odio a su identidad de género.
El tormento al que sometió a su víctima fue largo también. La infamia no terminó con el golpe de culata en la cabeza.
Fuentes del caso confirmaron a Infobae que la historia siguió en el tiempo y que se sostuvo durante meses. Los tres sospechosos la amenazaron en persona en las inmediaciones de su casa y en el cruce de 2 de Abril y General Paz. Volvieron a agredirla físicamente, con al menos dos incidentes registrados ocurridos a fines de septiembre y a comienzos de octubre de 2021. Llegaron, incluso, a golpearla frente a su sobrino mientras lo llevaba al jardín de infantes, literalmente la atacaron a golpes de puño frente al chico. “Puto de mierda, puto chupapija, si decís algo te vamos a matar”, le gritó uno de ellos
El 7 de octubre del año pasado, la víctima tuvo que correr por su vida otra vez. La cruzaron cerca de la cancha de Nueva Chicago. “Mirá, vamos a cagarla a palos”, dijo uno de ellos.
La víctima, apoyada por una organización comunitaria, realizó la denuncia en 2021, con un largo proceso de declaraciones. Así, la fiscal González ordenó el 10 de marzo los arrestos de tres de los sospechosos y su allanamiento, pidió especialmente que busquen la pistola con la que amenazaron a la victima.
Torres está imputado por participar en cada una de estas agresiones, como la violación grupal y la golpiza frente al chico. Incluso, se dictó en un momento una restricción de acercamiento. Según la acusación en su contra, no le importó. El 21 de febrero de este año, la víctima denunció cómo los tres imputados, a pesar de la medida en su contra, se acercaron a ella en un auto bordó sobre la calle Perón. Mostrándole una pistola, le dijeron que le iban a cortar los dedos.
La defensa de Torrez, incluso, pidió su eximición de prisión mientras estaba prófugo. La jueza González se la denegó y su abogado apeló dos veces ante la Cámara de Casación. La Sala IV argumentó que cuando la Policía lo fue a buscar, su madre dijo que no sabía dónde estaba, que andaba “buscando un alquiler”.
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