Nicolás Pachelo tardó casi 20 años en dar su primera entrevista. Desde que María Marta García Belsunce fue asesinada, en la lluviosa tarde del 27 de octubre del año 2002, siempre prefirió mantenerse en el anonimato. Nunca sintió la necesidad de dar ninguna explicación porque fue testigo en los dos juicios que se hicieron y que fracasaron porque no condujeron a nada. Ahora, ante un tercer debate oral que comenzó el miércoles pasado y que sí lo tiene como principal acusado, el ex vecino del Country Carmel tomó un teléfono desde la cárcel y habló con Infobae.
“No hay ningún elemento probatorio en contra mía. Los fiscales quieren construir una imagen falsa de mí ante la sociedad. Nunca entré a la casa de García Belsunce. Sólo se fijan en mí, pero nadie investigó, por ejemplo, a la misteriosa dama de rosa que apareció en el velorio. ¿Quién mató a María Marta? No lo sé. Si supiera quién fue, sería el primero en decirlo: yo no fui”, dijo Pachelo con voz firme y decidida ante la consulta de este medio.
Antes de comenzar a hablar de la causa en sí, Nicolas Roberto Pachelo se interesó en explicar por qué nunca brindó una entrevista en su vida y por qué decide hacerlo ahora: “Durante 20 años me callé la boca. Mi única defensa fue ante la Justicia. Ahora me veo en la obligación de hacerlo. Los periodistas sólo refieren lo que escuchan y está bien. Pero nadie me escucha a mí, porque yo no hablo. Hasta ahora”.
A pesar de que los fiscales de San Isidro que llevan adelante la acusación se mostraron firmes en las primeras audiencias y aseguraron tener pruebas “novedosas y de calidad”, para Pachelo no existen evidencias que lo incriminen: “No tienen elementos probatorios directos contra mi persona. No tienen nada. No tiene un arma, ADN, ni huella. El móvil es, además, muy endeble. Ellos dicen que el homicidio se produjo para tapar el robo de una cajita que la víctima guardaba. Pero eso se denunció 50 días después”.
Pachelo se refiere a una caja perteneciente a la asociación “amigas del Pilar”, de la cual María Marta era miembro. Según contó una de las socias cuando hizo la denuncia, en ese cofre había dinero, cheques y la llave de una caja fuerte. Efectivamente, como dice, la denuncia se hizo muchos días después y Carlos Carrascosa siempre aseguró que él no sabía que ese cofre estaba en la casa. “Me acusan de querer robar esa caja metálica que estaba en la habitación en la cual se hizo el velorio y por la cual pasaron 200 personas. No tiene sentido”, aseguró el acusado sobre ese punto.
En la primera jornada del tercer juicio por el homicidio de la socióloga, el fiscal adjunto Patricio Ferrari expuso seis puntos por los que, desde la acusación, sostienen que Pachelo es el asesino de María Marta. El imputado habló sobre varios de esos ejes que, según creen los fiscales, lo incriminan.
El primero tiene que ver con el robo del perro de los Belsunce-Carrascosa. Algunos meses antes del homicidio, desapareció el labrador negro que María Marta quería como a un hijo. Se llamaba Tom y, desde que desapareció, la socióloga siempre tuvo la firme sospecha de que Pachelo lo había robado para luego pedirle un rescate.
En el expediente, un veterinario aseguró que Pachelo, por esos días, le entregó un perro negro que tenía una extraña cicatriz en su cuerpo. Casualmente, el perro Tom había sido cortado con una bordeadora de césped en esa parte de su cuerpo.
Pachelo desmintió este punto y relató otra versión de los hechos: “Es absurdo lo del secuestro del perro. El tipo que dice que le llevé el animal es un vecino de la tosquera nuestra que estaba enemistado conmigo. Teníamos un problema por unos camiones. Es cierto que yo le di un perro, pero era un Rottweiler que había tenido en el Carmel. Se lo llevé porque si lo tenía atado, ladraba todo el día y si lo soltaba, me hacían una multa. Por eso se lo entregué. Además, este hombre dice que se lo vendió a alguien y casualmente no tiene ningún contacto de ese supuesto comprador”.
No es el único punto de la acusación que Pachelo desmintió en diálogo con Infobae. También se refirió a los tres chicos que lo vieron ir en dirección a la casa de María Marta aquella tarde del 27 de octubre del 2002 algunos minutos antes de las 18.30. Se trata de tres menores de edad, que siempre aseguraron haberlo visto trotando con capucha en dirección a la casa de los Carrascosa. Esos chicos, que ahora son hombres mayores de edad, desfilarán por el juicio.
El acusado respondió sobre esto: “Ese día mi mujer había ido a un recital de Diego Torres en una combi y había dejado su camioneta estacionada en el Club House. Yo estaba yendo a buscarla cuando, evidentemente, estos tres chicos se cruzaron. Pero no estaba yendo en dirección a lo de García Belsunce. Todo lo contrario. Ellos salían de ver el River-Boca en el Club House y yo iba en dirección contraria”.
Otro de los puntos centrales de la acusación de los fiscales tendrá que ver con la coartada que Pachelo sostuvo durante estos 20 años y que, por primera vez, aclaró en diálogo con este medio. Desde un comienzo, en el expediente el ahora principal acusado dijo que esa tarde salió a las 17.30 de Carmel y que luego fue a buscar a su madre, Silvia Ryan, a su departamento de Avenida del Libertador. También explicó que luego fueron al shopping Paseo Alcorta y que compraron un juguete para uno de sus hijos. Un ticket de las 19.40, fue lo que siempre esgrimió como principal prueba de eso.
“Yo nunca tuve coartada. Lo que sucedió es que el fiscal Diego Molina Pico me llamó a declaración testimonial 60 días después del hecho y me pidió que haga memoria de lo que había realizado aquel día y me pidió que los horarios tengan un margen de error de 5 minutos. La verdad es que para mi fue un domingo normal por lo que no recordaba absolutamente todo. No cronometré mi domingo”, aseguró Pachelo.
Tal como adelantó Infobae, los fiscales expondrán una serie de pruebas que, según su visión, demuele aquel relato que hizo Pachelo. Esas evidencias tienen que ver, básicamente, con el impacto de la señal del celular del acusado en las antenas de la zona.
Un documento, que será exhibido a los jueces, muestra que Pachelo realizó una llamada ese día a las 19. La celda que tomó esa comunicación es la 394 y está ubicada exactamente en la calle Chacabuco 580, en el partido de Pilar. ¿A quién llamó? A su madre Silvia Ryan. Si bien se desconoce el contenido del diálogo, los fiscales creen que le pidió que vaya a comprar el juguete con la intención de armar su coartada.
No es la única comunicación de interés. A las 19.32, el ahora acusado volvió a usar su teléfono. En este caso fue una llamada entrante, que nuevamente volvió a impactar en la celda 394, ubicada en Pilar. “No es físicamente posible que una persona esté en Pilar y 8 minutos después esté adentro del Paseo Alcorta pagando en la caja de una juguetería”, razonó uno de los investigadores.
Pachelo también tuvo una respuesta ante esto: “Lo que nadie dice es que un perito aseguró que, como ese día llovía, las señales de los celulares impactaban en cualquier antena. Incluso el celular de mi mujer, que estaba en Capital viendo un recital, impactó en una antena de Don Torcuato”.
—Tomando eso como real, ¿justo la señal de tu celular impactó en la antena de Pilar que corresponde al Carmel? —preguntó este medio.
—Esa es una respuesta que no te puedo dar. Pero de todas formas, ¿qué prueba si yo estaba o no en pilar? Yo vivía en ese lugar, ¿donde querés que esté?
Nicolás Roberto Pachelo aseguró una y otra vez que no sabe quién es el asesino de María Marta García Belsunce. Con la misma frecuencia e intensidad repitió que él no fue el asesino y que ni siquiera tuvo trato con la víctima. Sobre Carlos Carrascosa aseguró que no tiene sentido hablar porque “ya fue absuelto”. Sin embargo, de quienes sí tuvo algo para decir, es del resto de los familiares de la víctima.
“El delito de encubrimiento está prescrito pero no me quedan dudas de que ellos encubrieron. Está clarísimo. No es sólo una cosa. No es sólo el pituto. Es el pedido de frenar a la policía, de generar una partida de defunción falsa. No es una cadena de errores y nada más”, señaló.
Nicolás Pachelo cortó el teléfono luego de la charla con Infobae y volvió a su encierro, el cual está cumpliendo por haber robado en distintas casas en countrys de la zona norte del Conurbano y en la Ciudad. Ese encierro sólo se interrumpirá en los próximos meses ante cada una de las audiencias del juicio oral que lo tiene como acusado.
Ese debate continuará el lunes con la tercera audiencia del juicio. Desde ese día comenzarán a desfilar cientos de testigos y los fiscales expondrán las pruebas que tienen preparadas. Todas las fuentes consultadas aseguran que lo que pasará dentro de los Tribunales de San Isidro asombrará a muchas personas.
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