La Policía Federal detuvo en las últimas horas al cabecilla de una organización dedicada a una sofisticada estafa vinculada con el autorobo de semirremolques. Se sospecha que la banda robó cerca de 90.000.000 millones de pesos mediante el fraude. Por el hecho, hay otros dos detenidos. El líder, identificado como J.R. F. de 71 años, fue arrestado en su casa en un country en la localidad bonaerense de Quilmes. Estaba junto a su novia, 49 años más joven y rodeado de lujos.
La investigación contra J.R.F comenzó hace un año, cuando una información anónima llegó a la UFI Nº12 de Quilmes, a cargo de la fiscal Ximena Santoro. El dato decía que desde una fábrica dedicada a la manufactura de semirremolques, ubicada en la ciudad de Chacabuco, se producían brutales estafas. La firma tenía el nombre “La casa del acoplado”. Ahí, según la información anónima, comenzaba la logística del robo.
La fiscal Santoro, entonces, ordenó a la división Delitos Contra el Automotor de la PFA que comenzara la investigación. De esta manera se inició un caso que derivó en las 11 redadas en simultáneo producidas ayer en distintos puntos del conurbano y en Chacabuco. En los operativos se secuestraron cinco semirremolques en pleno proceso para ser adulterados, también hallaron un camión blindado a punto de ser desarmado,12 automóviles sin documentación, autopartes de origen ilegal y patentes.
La investigación contó con escuchas entre los miembros. De ese modo, los detectives lograron determinar cómo era la mecánica criminal orquestada por J.R.F y sus cómplices. De acuerdo a la información que recabó Infobae, la logística de la estafa efectivamente comenzaba en la fábrica de Chacabuco.
Ahí, ponían a punto un semirremolque para que saliera a la calle. Luego, comenzaban los trámites para su patentamiento. Las hacían en otras provincias para ganar tiempo. La idea era sencilla: enviaban la documentación del supuesto nuevo semirremolque que iba a salir a la calle. Como ese papeleo tarda unos meses, tal vez un año, depende los tiempos de cada provincia, los sospechosos sabían que ese lapso era propicio para ejecutar la estafa.
El siguiente paso, después de enviar los papeles, era hacer circular el vehículo con la excusa de que la patente estaba en trámite. Así, pasaban los meses, y de repente un día, el semirremolque era robado. Los investigadores sostienen que simulaban los atracos, que nunca ocurrían. Rápidamente, hacían la denuncia e informaban a la empresa de seguros para que les diera el dinero por lo ocurrido. Luego, según la acusación, ese semirremolque, supuestamente robado, era llevado a la fábrica de Chacabuco para ser otra vez adulterado y así aparentar que era un nuevo vehículo y no el denunciado, para que el círculo comenzara de vuelta.
De esta manera, se sospecha que concretaron más de 40 autorobos en un año. Incluso se investiga si existía un empleado infiel en la aseguradora, ya que el dinero por el robo “se lo reintegraban en pocos días”, indicó un detective del caso a Infobae. Y agregó: “El dinero les llegaba antes del mes, lo cual es raro dado los tiempos que manejan ese tipo de empresas”. Sin embargo, por ahora, es una hipótesis.
Por el momento, la acusación recae sobre J.R.F, quien tendría antecedentes por estafas. El hombre está señalado como el líder de la banda. Era, según los investigadores, el encargado de recibir el dinero del seguro, ya que en un principio todos los semirremolques estaban a su nombre. Luego, el dueño de la firma en Chacabuco: J.D, de 65 años. Y por último, C.C, de 52 años, señalado como el tercer integrante de la banda, con quien el líder en muchas ocasiones hacía ventas ficticias de semirremolques y articulaba como su presunto socio.
De esta forma, el fiscal Santoro ordenó los allanamientos que concluyeron con los tres miembros de la banda detenidos. También allanaron distintos predios que manejaba la banda, donde hallaron diversas pruebas que los comprometen. Incluso secuestraron teléfonos celulares. Ahora, los detectives peritaran los aparatos para saber si hay más cómplices en la estafa supuestamente cometida por los tres detenidos.
Por estas horas, los hombres se encuentran encerrados en un calabozo a la espera de ser llamados a declarar por la fiscal Santoro.
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