Son 1.513 días los que Nicolás Pachelo (46) lleva preso por una serie de robos en barrios privados de Pilar, Tigre y Berazategui por los que espera para ser juzgado no bien finalice el juicio por el crimen de María Marta García Belsunce, por el que, desde este miércoles, afrontará en el banquillo de los acusados junto a dos ex vigiladores del country Carmel, donde ocurrió el crimen en 2002.
Serán los mismos jueces del Tribunal Oral Criminal N°4 de San Isidro que lo empezarán a juzgar este miércoles los que decidirán su suerte en la causa por los robos. Los fiscales que lo acusan, que también son los mismos en ambos expedientes, abogaron desde el inicio del proceso para que se unifiquen las causas en un solo debate, ya que el modus operandi en los ataques en barrios cerrados fortifica la teoría que envuelve la acusación por el asesinato de María Marta: que estaba robando en la casa del matrimonio Carrascosa-García Belsunce cuando la socióloga llegó, descubrió a los ladrones y por eso la mataron. Pero los magistrados nunca lo aceptaron.
Lo cierto es que hace cuatro años, un mes y dos días que Pachelo entró al Servicio Penitenciario Bonaerense (SPB) imputado por la causa de los robos, aunque no tiene medida de detención dispuesta por el crimen, por eso los ex vigiladores llegan libres al juicio.
Desde su ingreso al SPB, Pachelo pasó por la Unidad N°24 sus primeros días de estadía y luego fue trasladado a la N°23, que está al lado, hasta el 18 de febrero de este año. Allí parecía haber encontrado cómo pasar mejor sus días recluido, incluso en el marco de la pandemia.
Considerado un preso ejemplar por las autoridades de la Unidad N°23 de Florencia Varela en abril del año pasado, trabajaba y estudiaba. Sus días los pasaba en el vivero, entre los plantines y el compost, pero además hacía tareas como administrativo en la división de Formación Técnica. También se anotó en varios cursos.
Pero el 18 de febrero de este año todo cambió. Según pudo saber Infobae de fuentes del SPB, fue trasladado a la Unidad N°9 de La Plata: los primeros tres días estuvo en la celda 8 del Sector A, Pabellón 2. Luego, lo instalaron en el calabozo 12 del Sector A pero del Pabellón 3. Allí festejó sus 46 años el 21 de junio pasado, pero parece que no le cayó bien la mudanza.
“Tiene una conducta normal, pero no hace nada: no estudia ni trabaja”, confiaron las fuentes consultadas por este medio. En poco más de un año, pasó de ser un preso ejemplar, con trabajo y estudios, a un detenido “común” que espera en una celda que los juzguen por los delitos que le imputan. La pena en expectativa por el crimen de María Marta, al que llega acusado de “robo agravado por el uso de arma en concurso real con homicidio criminis causa agravado”, es de prisión perpetua.
Lo cierto es que Pachelo lleva preso más del tiempo que debería por los robos, en base al plazo máximo que prevé la Ley para que esté detenido sin condena: eso venció el 7 de abril de 2021, o sea, hace 460 días. ¿La razón? La pandemia y diversas cuestiones procesales previas: en 2020 se pospusieron dos veces los juicios que debía afrontar porque no podían hacerse de manera virtual.
En este 2022, el debate al que llega imputado por los robos -y por el que está preso- ni siquiera tiene fecha y el que lo encuentra acusado por el asesinato debería haber empezado el 1° de junio pasado, se suspendió porque un juez se contagió de coronavirus, luego se dilató por diversas nulidades solicitadas por los fiscales y, finalmente, este lunes se confirmó que arrancará el miércoles, más allá de que varias de las cuestiones planteadas contra los jueces del TOC N°4, por “pérdida de imparcialidad” aún deben resolverse en la Cámara de Apelaciones.
Pachelo no es un preso más, y no se ganó en este tiempo el beneplácito de una domiciliaria incluso cuando su abogado alegó que sufría de asma en plena pandemia, causa por la que han liberado a más de un preso. Es que sobre su espalda tiene una condena de 2019 a dos años de prisión en suspenso por vender drogas sintéticas en fiestas VIP que se hacían en el Conurbano y el uso identidades falsas en el expediente que lo tiene recluido hace más de cuatro años por ocho robos en countries.
Pachelo fue detenido el 7 de abril de 2018 por haber robado en cinco casas del country Tortugas de Pilar a la que luego se sumaron otros tres asaltos: dos en un mismo departamento de Nordelta, en Tigre, y otro en el Club de Campo Abril, de Berazategui.
Para el fiscal Andrés Quintana, de la UFI N°3 de Pilar, quien lo acusa de los robos y también del crimen de María Marta, la forma de operar de Pachelo era un calco y las cámaras de seguridad fueron la clave: aprovechaba los torneos de golf que se hacían en los countries y entraba como acompañante de los golfistas con un DNI trucho. Claro que no sabía ni cómo habían salido sus cómplices en el certámen, tampoco le importaba. Él aprovechaba para recorrer el barrio privado y entrar a robar en casas donde no había nadie.
Así, según la acusación, en esos ocho robos que ocurrieron entre el 9 de noviembre de 2017 y el 29 de marzo de 2018, se hizo de un total de 32.000 euros, 249.000 pesos, 8.820 dólares, más de 40 relojes, entre ellos un Cartier; diez camperas y zapatillas, varias joyas, tres barras de oro, un toallón, una chomba azul y otra blanca, una cruz, una pistola Glock y acciones de empresas de la víctima del robo.
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