El viernes pasado, Irma Vera fue ejecutada de un disparo en el pecho, frente a su hijo de 7 años y su pareja, tras una presunta disputa vecinal por su perra pitbull, en la localidad bonaerense de Mariano Acosta, partido de Merlo. Dos días después del crimen, los investigadores recaratularon la causa como “femicidio”, al considerar que los asesinos la mataron “por su condición de mujer”.
“La fueron a buscar y eligieron matarla a ella”, aseguraron a Infobae fuentes de la investigación.
A medida que pasan las horas se van conociendo más detalles del caso que tiene aterrados a los vecinos de este barrio precario y sin nombre, alejado de la zona céntrica de Mariano Acosta.
Según pudo saber este medio, el homicidio de Irma Vera poco tiene que ver con el ataque de su pitbull al perro de un vecino, sino que involucra a una mafia vinculada a la toma de tierras. Sus integrantes pertenecen a una familia numerosa de apellido Ovejero que, hace un mes, había amenazado de muerte a la mujer y su pareja, Leonardo Cisnero.
La amenaza, explicaron allegados al caso a Infobae, fue concreta. Los Ovejero se plantaron en la puerta de la casa de la víctima y de su pareja, en el cruce de Emilio Frers y la avenida de la Rivera, y les gritaron: “Los vamos a matar”. Para no dejar lugar a dudas les mostraron un fusil FAL y escopetas.
En ese momento Leonardo hizo la denuncia, pero nadie tomó cartas en el asunto. Ahora el hombre está asustado. Incluso siguió recibiendo amenazas después del crimen y tuvo que abandonar su casa.
A pesar de su estado de shock, este lunes, declaró durante más de cinco horas ante Claudio Oviedo, titular de la Unidad Funcional de Instrucción N° 5 del Departamento Judicial Morón. Fue después de escuchar su testimonio y el de otros vecinos que el fiscal decidió recaratular el caso.
De acuerdo con el relato de varios testigos, los Ovejero son integrantes de la agrupación piquetera “29 de Mayo” y tenían atemorizados a los vecinos de la zona.
“Decían que iban a construir un merendero, manipulaban gente y ocupaban casas. Después aseguraban que se las habían regalado”, explicaron a Infobae fuentes de la investigación.
Esas mismas fuentes lograron reconstruir lo que pasó la tarde del crimen. Ese viernes 8 de julio, los Ovejero fueron a esperar a Cisnero a la parada del colectivo y, cuando bajó, lo provocaron con un cuchillo. Después, lo siguieron hasta la esquina de su casa y pidieron “refuerzos”.
“Traigan los fierros”, gritó uno. En ese momento Irma salió junto a su hijo para ver qué sucedía y se encontró con su pareja. Una vez que estaban los tres afuera, los rodearon y la ejecutaron a ella de un tiro en el pecho.
Hasta el momento, el único detenido por el hecho, de apellido Ovejero, se negó a declarar y seguirá en esa condición. El arma con la que ejecutaron a Irma nunca se encontró. El domingo por la mañana se hicieron seis allanamientos. Además, la policía científica volvió al lugar de los hechos por más pistas: el resultado fue negativo.
En diálogo con Telefe, la pareja de Irma pidió “justicia” e instó a que “dejen hablar” a los testigos del hecho. ”Pido justicia por mi mujer. Quiero agradecerles a los vecinos por su apoyo. Irma no se merecía esto. Esperamos que agarren a estos vagos. Esperemos que dejen hablar a los testigos”, expresó el hombre.
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