El centro de la localidad de General San Martín, en la provincia de Mendoza, fue escenario de incidentes entre la Policía y manifestantes que marcharon para reclamar justicia por el crimen de Carla Agostina Trigo, la niñera de 22 años que fue asesinada cuando salió a buscar trabajo el domingo pasado.
La manifestación, que fue impulsada por agrupaciones feministas en las redes sociales, comenzó poco después de las 16 en el Palacio Judicial ubicado en 9 de julio y Chubut. Desde allí, los concurrentes se movilizaron hasta la sede del Ministerio Público Fiscal, en 25 de Mayo y Arjonilla. Allí se produjeron los disturbios.
Según medios locales, cuando los manifestantes llegaron a la unidad fiscal Nº 12, un grupo empezó a cantar contra los policías que custodiaban el lugar y arrojaron piedras contra el edificio. Comenzaron así las corridas y golpes que terminaron con varios detenidos y heridos.
“Tengo policías heridos, el edificio está destrozado y se han utilizado métodos disuasivos como gases de humo no nocivos. Son de humo, no son gases lacrimógenos ni nada”, aseguró el comisario local a la radio Cuartetomanía que en ese momento estaba transmitiendo en vivo.
La marcha estuvo encabezada por familiares y amigos de la joven madre víctima de femicidio, quienes con bombos y carteles reclamaron justicia y, luego, repudiaron los incidentes.
Al principio todo se había desarrollado de manera pacífica. La abuela de Agostina, Gladys Domínguez, fue recibida por un ayudante fiscal que la hizo ingresar a las oficinas para informarle sobre los avances de la investigación. En ese momento empezaron los hechos de violencia: un grupo de personas comenzó a arrojar piedras contra la fachada del edificio. La situación se controló gracias a los allegados de la niñera, que intervinieron y pidieron calma.
Poco después, al salir de la reunión, la abuela de la joven comunicó a los medios presentes en el lugar que no darían más notas ni información sobre la causa “para no entorpecer la investigación”. “Quiero que se haga justicia”, resaltó entre lágrimas la mujer, que estaba acompañada por un amigo de la familia. Luego refirió que su nieta “era una madraza”.
Durante la manifestación, la multitud que acompañó la protesta cantó: “¡Señor, señora, no sea indiferente. Nos matan a las pibas en la cara de la gente!”. Mientras, en las redes sociales, desde Ni Una Menos Mendoza señalaron que “el Estado es responsable. Necesitamos más presupuesto, fiscalías, oficinas de género y áreas municipales funcionando”.
Tras las palabras de Domínguez, la marcha parecía diluirse. Sin embargo, cuando los familiares ya se habían retirado y se realizaba la desconcentración, otra vez surgió la tensión: un grupo de jóvenes se enfrentó a la Policía arrojando piedras y escombros en las inmediaciones, por lo que intervinieron efectivos de infantería con gases para controlar la situación.
El cuerpo de Agostina fue hallado en un galpón ubicado en las calles Robert y Carril Norte. Fue personal de la Unidad Ciclística de Acción Rápida (UCAR) el que observó el cadáver mientras realizaba un rastrillaje en la misma zona donde se la buscaba desde hace tres días días. Si bien la identidad no fue confirmada oficialmente, ya que deben esperar a la constatación científica, la abuela de la joven reconoció la ropa.
Entre otros de los datos que trascendieron, se supo que los restos presentaban a primera vista una herida de arma blanca en la espalda y golpes en la cara. También tenían heridas provocadas por animales, lo que indicaría que el cuerpo llevaba varias horas en el lugar y tenía toda su ropa puesta. Por el momento, no hay sospechosos ni detenidos.
Trigo había sido vista por última vez el domingo, cuando alrededor de las 20.30 salió de su domicilio hacía una supuesta entrevista de trabajo. Al no regresar, sus familiares alertaron a las autoridades policiales. Tras ello, los investigadores realizaron operativos de rastrillaje en la zona rural del distrito de Buen Orden, donde se halló el cuerpo.
De acuerdo con lo informado por Domínguez, un camionero la había contactado por Facebook para que cuide a su hijo. Poco después, su celular se apagó: la última vez que se comunicó con su abuela fue después de que se bajara de un colectivo en la plaza principal de la ciudad. Hasta el momento, no se pudo identificar al presunto camionero, ni dar con su paradero.
SEGUIR LEYENDO: