La historia era desgarradora. Era inhumano no conmoverse. Se volvió viral en 2017. J., de cuatro años, padecía una rarísima enfermedad diagnosticada en una de cada 500 mil personas. Es una enfermedad congénita en la que los vasos sanguíneos o linfáticos no se forman adecuadamente. Produce manchas en la piel, hipertrofia de los tejidos que lleva a gigantismos o disminuciones de tamaño en el cuerpo. No era lo único que la nena sufría. Le habían diagnosticado otros tres síndromes, según su madre, Flavia Desiree W., con domicilio en Ramos Mejía, y le afectaban la columna, la vista y otros órganos.
“Desde que nació, sufre cuatro síndromes. Tiene afectados los dos miembros inferiores, el brazo y la cara”, explicó a Infobae su madre en 2017, y agregaba. “Ya pasamos por 18 quirófanos en los que le hicieron tratamientos paliativos con láser y otro para que el sistema de flujo sanguíneo sea menor”. Hablaba también de un tratamiento que podría salvarla en una clínica alemana.
Así, Flavia compartió su CBU para recibir donaciones.
Hoy, cinco años después, la mujer está imputada en una causa a cargo del fiscal porteño Hernán Biglino, su casa en Ramos Mejía fue allanada por la Policía de la Ciudad y el Cuerpo de Investigaciones Judiciales (CIJ) del MPF. La acusa, precisamente, de estafa: usar la enfermedad de su hija como artimaña para meterse dinero de una fundación solidaria en el bolsillo.
La clave fue, supuestamente, robarle la identidad y el sello a una médica dermatóloga. Así, escribía recetas de medicación muy costosa con drogas generalmente usadas en pacientes adultos psiquiátricos, y poco compatibles con su especialidad. Se incluían, por ejemplo, opioides como codeína y tramadol.
Así, se presentaban estas recetas falsas ante una ONG que le donaba el dinero para su compra, a contraentrega de las recetas: fuentes de la causa relataron a Infobae que se cree que le quitó a esta organización al menos 1,2 millones de pesos.
La víctima pudo corroborar que durante un tiempo había atendido a la menor en el Instituto Argentina de Diagnóstico y Tratamiento, pero que en ningún caso le había recetado los medicamentos prescriptos.
El desorden era evidente en la casa allanada en Ramos Mejía, donde se apilaban regalos para la menor sin abrir. Además, los policías encontraron seis sellos de distintos médicos, más de 100 talonarios de recetas en blanco, algunos retirados recientemente de la imprenta, tabletas de medicamentos, así como dispositivos electrónicos y documentación. Se encontraron tres armas a nombre de la pareja de Flavia Desiree, con documentación vencida desde 2008.
La menor también fue hallada en la casa y evaluada por una médica. La madre no fue detenida.
La medica a la que se le falsificó la firma dijo que el medicamento Rapamune, que figura entre los remedios detectados, es una droga que se utiliza en adultos, es costosa, y que genera efectos adversos en los pacientes, y que, además, requiere de un monitoreo constante, motivo por el cual la especialista no lo receta en niños, lo mismo con los opioides.
Qué hacía con esos remedios que su hija no usaba es otra incógnita. Se cree que podría haberlos revendido.
SEGUIR LEYENDO: