El fiscal porteño Sebastián Fedullo, que investiga el trágico incendio que le costó la vida a Sofía Kibudi y los cuatro hijos de la familia Jabbaz en su departamento de la calle Ecuador al 1000 en Recoleta, avanza con las pruebas del caso a menos de una semana del hecho. Su preocupación: confirmar o descartar cualquier indicio que hable de un delito. Hasta ahora, confirmaron fuentes del caso a Infobae, nada indica algo por fuera de un accidente.
Las autopsias a las víctimas practicadas en la Morgue Judicial en la calle Viamonte indicaron fallecimientos por inhalación de monóxido de carbono, sin golpes, traumatismos o lesiones de otra índole.
Fedullo recibió de parte de Bomberos de Policía de la Ciudad el informe preliminar que determina que las baterías de litio de un monopatín hallado en el ingreso del living-comedor del departamento comenzaron las llamas con una “súbita reacción exotérmica” que fue “inducida presuntamente por varios motivos sobrecarga o descargas excesivas, golpes en celdas o bien exposición a fuentes de calor, cuyo potencial térmico se transmitiera a los elementos con capacidad de arder, dando lugar a lo ocurrido”.
Esta semana. el fiscal espera dos avances cruciales: la llegada de una ampliación del informe de Bomberos y, luego del comienzo de su duelo y su recuperación, citar a quien pueden ser los testigos claves, los sobrevivientes del fuego en el departamento.
El fiscal contó al menos seis personas que estaban dentro del inmueble y podrá llamarlas en los próximos días para que aporten información al caso. También, se espera que cite a otras personas en el edificio. Por otra parte, se pidió un informe de Edenor sobre el estado del tendido eléctrico.
El padre de cuatro de las víctimas, Isaac Rubén Jabbaz de 55 años, estuvo internado en el Hospital Rivadavia de la Ciudad de Buenos Aires y luego fue derivado por su obra social al Sanatorio Anchorena de San Martín. Sigue internado, en un estado delicado.
El viernes pasado se realizó la despedida íntima de los cinco miembros de la familia que falleció en el incendio. Con dolor y profunda tristeza, familiares y conocidos participaron de una breve ceremonia en la sede de la Ieshivá Jafetz Jaim y luego se dirigieron para el último adiós en el Cementerio Judío Sefaradí Lomas De Zamora Bene Emeth. Sobre la calle Ecuador, 1500 personas se congregaron para un servicio de despedida, según estimados de la propia comunidad.
Según información del expediente, las primeras llamas se registraron en un ambiente de 3x10x2,8 metros y rápidamente abarcaron la cocina, tres dormitorios y un baño. Los testigos presenciales en las calles linderas señalaron que en un comienzo se vieron chispas a la altura del balcón e inmediatamente después llegaron las primeras llamas a la altura del séptimo piso.
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