Un agente de la Policía Federal Argentina fue condenado este miércoles a dos años de prisión en suspenso por balear en una pierna a un limpiavidrios en plena avenida 9 de Julio en junio de 2021. También deberá realizar un taller de convivencia urbana.
Se trata de Sergio Darío Aquino, quien fue hallado culpable del delito de “abuso de arma” por la titular del Juzgado Penal, Contravencional y de Faltas N°21, Cristina Lara, a horas de que se cumpliera un año de la agresión.
El ataque al limpiavidrios ocurrió a las 23 del jueves 3 de junio del año pasado en el cruce de avenida 9 de Julio y Venezuela, en el barrio porteño de Monserrat. Toda la secuencia quedó grabada por una de las cámaras de tránsito del Gobierno porteño.
En las imágenes se observa a un Volkswagen Gol detenido con el semáforo en rojo, cuando un limpiavidrios se le acerca, primero, por el lado del acompañante; y con un gesto le pide al conductor permiso para lavar el parabrisas.
De acuerdo al video, desde el interior del coche el conductor, que luego se supo que era un agente de la División Central de Datos de Drogas de la PFA, le hizo un gesto con el dedo para que no limpie el vidrio. Cuando el joven cruzó por delante del auto, el automovilista le tiró el VW encima.
Dicha maniobra generó una discusión en la que el limpiavidrios se acercó por la ventanilla del lado del conductor para recriminarle por lo que había hecho. El policía, entonces, le lanzó una trompada que el joven contestó con otro golpe.
Fue en ese momento que el oficial de la PFA extrajo un arma y efectuó un disparo: el balazo dio en una de las piernas del joven, al que en las imágenes se ve alejarse herido y rengueando por detrás del auto. Mientras tanto, el VW arrancó y se alejó del lugar.
A raíz de la intervención del Centro de Monitoreo Urbano (CMU) porteño, se irradió el alerta policial y así se logró localizar e interceptar el Volkswagen Gol implicado. Fue entonces que se detuvo a su conductor y allí se descubrió que era policía.
En cuanto al limpiavidrios baleado, fuentes policiales informaron en ese entonces que fue derivado al Hospital Ramos Mejía por la herida de arma de fuego en una de sus piernas pero que no corría riesgo su vida.
Dos semanas después del ataque, el juez Damián Ignacio Kirszenbaum, a cargo del Juzgado Nacional en lo Criminal y Correccional N°26, procesó con prisión preventiva al policía y le trabó un embargo de 500 mil pesos sobre sus bienes, medida que fue ratificada posteriormente por la Sala VI de la Cámara de Apelaciones en lo Criminal y Correccional.
El policía llegó al juicio en libertad luego del pedido de su abogado defensor, Jorge Alfonso, quien solicitó en una audiencia el cese de la prisión preventiva. En su argumento, el letrado sostuvo que ya no existían “riesgos procesales”, como el peligro de fuga y de entorpecimiento de la investigación, ya que la investigación estaba completa.
Esa decisión fue resuelta por el Juzgado N°14 del Fuero Penal Contravencional y de Faltas de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, a cargo de Gonzalo Viña, y el fiscal Walter López estuvo de acuerdo con la decisión final del magistrado.
Tras la condena, la Justicia le impuso al policía fijar residencia y someterse al cuidado del Patronato de Liberados de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires por el plazo de la pena. También deberá comparecer a las citaciones realizadas por la Fiscalía y el Juzgado, como así también realizar un taller de convivencia urbana.
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