Hilario Ramón Aguirre (63) es un coronel retirado del Ejército Argentino y, dentro de la fuerza, es probablemente la persona que más lamenta la muerte de Matías Ezequiel Chirino, el subteniente de 22 años que murió tras participar de su fiesta de iniciación en un cuartel de la localidad correntina de Paso de Los Libres.
Su dolor por la tragedia se explica de manera simple: fue una de las personas en las que Matías se inspiró para entrar en la vida militar. Gracias a su experiencia fue una suerte de tutor durante la carrera.
Al igual que la familia de la víctima, el ex coronel vive en la pequeña localidad cordobesa de Holmberg. Tuvo su primer contacto con Matías durante los días en los que todavía estaba en el secundario y estaba por definir qué iba a hacer en el futuro. Como la trayectoria de Aguirre es conocida en el pueblo, fue el propio joven y su padre, Ernesto Chirino, quienes se acercaron hasta su casa para pedirle asesoramiento, ya que había decidido que quería ingresar en la vida militar. Quería conocer todos los detalles, estaba lleno de entusiasmo, y el coronel Aguirre no tuvo problemas en explicarle de qué se trataba. A partir de ese momento, comenzó un vínculo que perduraría durante los siguientes cuatro años.
Infobae dialogó con el militar retirado para conocer al joven que protagonizó un hecho fatal dentro de las FFAA. Lo primero que recordó es que Matías siempre quiso ser parte del Ejército. Cuando estaba por terminar el colegio no tenía otra opción de vida y estaba decidido en que ese era el camino. “Era un chico como todos en el pueblo. Tuvo interés por sumarse a la fuerza y me consultó a mí porque vivimos en el mismo pueblo y lo asesoré, lo acompañé y después durante toda su estadía en Colegio Militar de El Palomar compartimos junto con el padre las alegrías de sus logros”, resaltó Aguirre.
En ese sentido, el veterano militar le explicó los beneficios pero también el sacrificio que demanda elegir esa carrera. Desde que comenzaron a hablar, le dejó en claro que pertenecer a la fuerza es algo más que el uniforme y que lo más importante es estudiar. Chirino, casi al pie de la letra, siguió sus consejos y se recibió de subteniente.
“Hice hincapié en que tenía que estudiar. Lo hizo y pudo superar las condiciones para ingresar primero, porque viene de una familia humilde y trabajadora. Es una carrera muy linda. Le expliqué de la mejor manera posible cómo es esa función, por dónde iba a andar, sus metas, sus objetivos y cómo debía prepararse y estudiar”, recordó.
De hecho, por su capacitación como oficial durante los cuatro años de carrera, el Colegio Militar destina seis meses de instrucción para que conozcan el funcionamiento de las unidades militares y después lo trasladan a sus unidades. Él tenia que presentarse en el Grupo de Artillería Nº 3 de Paso de los Libres y a partir de esta semana iniciaba su carrera como oficial del Ejército.
Pero algo pasó en ese cuartel correntino: Matías murió ahogado en su vómito.
Conocedor de la vida en el Ejército, Aguirre no le escapó a la polémica que se generó a partir de las muerte de Chirino en cuanto a las fiestas de iniciación, o “bautismos”, como se le conoce, dentro de la fuerza. Alrededor de esos eventos persistió un rumor histórico de excesos, en donde los nuevos oficiales son sometidos a pruebas violentas y fuera de los límites. Sin embargo, el coronel retirado fue claro y dijo que no siempre es así. Explicó que depende de la unidad y que nadie está obligado a hacer algo que no quiera.
“En todas las unidades siempre se hacía las recepciones a los nuevos oficiales con cenas de estas características. Es como cualquier reunión donde están todos alegres divertidos y seguramente algunos se pasan de la línea. No es la regla en absoluto. Por supuesto, está bien que se investigue y que se suspenda a los que participaron. Y más si existió algún tipo de directiva de que esto no ocurriera”, opinó.
Sobre el tema, afirmó que es muy difícil que los superiores puedan controlar la vida dentro de los casinos militares, lugares donde generalmente viven los oficiales que son solteros. Hay reuniones, cenas, asados y lo que pasa allí -dice- “son decisiones individuales”. No obstante, pidió que el Ejército investigue internamente lo que ocurrió para castigar a los responsables.
Lo cierto es que más allá de la explicación de Aguirre, la denuncia que el padre de Matías elevó ante la Gendarmería sobre supuestos malos tratos es grave. En diálogo con Radio Dos, el hombre aseguró que “le hicieron tomar alcohol, y lo obligaron a tirarse a la pileta... y se ahogó”. Al respecto, Ernesto Chirino contó el doloroso momento cundo se enteró lo que había pasado. “Me llamaron por teléfono y me dijeron: ‘Usted es el padre de Matías Chirino?... Venga que murió su hijo’. Así, con una frialdad absoluta”, agregó.
Tras recibir la información, el padre, que se encontraba en la localidad de Paso de los Libres para acompañar a su hijo, exigió explicaciones. Inmediatamente se dirigió al hospital San José donde encontró a su hijo muerto y totalmente desnudo en una camilla, solamente llevaba su camisa, la cual estaba rota. “Le pregunté si tenía corazón porque nunca en mi vida conocí a un tipo tan frío, que en lugar de contenerme, porque yo estaba solo con mi hijo muerto, tuvo una frialdad total“, se quejó.
“Le dijeron que tenían que hacer la bienvenida y le exigen a él y a dos más, comprar bebidas en exceso, carne, cigarrillos, whisky, postre y llevárselo a sus superiores”, y agregó: “A la noche comienza el protocolo, comer y exigirle a mi hijo que tome, porque en el Ejército eso es una tradición, cualquiera lo sabe”, denunció.
Aguirre, a su turno, recordó que antiguamente, cuando él estaba en la fuerza, se acostumbraba a hacerle determinado tipo de bromas a los recién ingresados y rememoró el día que él entró al Ejército. Relató que junto a sus compañeros, lo pusieron junto en una carpa para que conviviera durante días. En en el medio, les asignaron misiones para hacer exploraciones en algún tipo de terreno.
“No era un regla ni una imposición. Lo puedo comparar en nuestra época con la despedida de soltero que había unas muy lindas y divertidas pero en otras se pasaba de la raya”, ejemplificó el coronel retirado, quien se mantiene en contacto con la familia del joven muerto.
Es muy poco lo que pudo decirles para darles algo de apoyo en este momento. Lo único que pudo hacer para paliar en algo el dolor es recordarles que por lo menos, Matías cumplió su sueño de ser militar. “Que se queden con eso”, concluyó.
La extraña polémica en la Justicia por la muerte de Matías
De la investigación por la muerte del subteniente sólo se conocen las causas del fallecimiento. Tal como reveló este medio ayer, el joven de 22 años murió por una broncoaspiración por alimentos. Sin embargo, el padre de la víctima denunció que su hijo fue víctima, además, de maltratos. Pero el resultado de la autopsia, por el momento no acompaña esa versión. En el cuerpo de Chirino no se encontraron heridas ni señales de que fue golpeado.
Pero más allá de eso, el expediente por el momento sufre una especie de estancamiento. Apenas se dio a conocer el caso, primero intervino el fiscal Mauro Casco, titular de la UFI de Paso de Los Libres, quien ordenó la autopsia. Por ahora, se investiga el caso como averiguación de causales de muerte.
Pero a partir de aquí comienza una contradicción dentro del Poder Judicial que hoy tiene enfrentados a la Justicia Federal y a la Justicia de la provincia Corrientes. Es que al haberse descompensado -presuntamente- en un destacamento del Ejército tras la fiesta de iniciación, el expediente debería quedar en manos del fuero Federal de esa ciudad. Es por eso que se informó que el expediente quedó a cargo del fiscal Fabián Martínez.
Fuentes judiciales del ámbito federal señalaron a este medio que la investigación de los hechos como tal todavía está a cargo del fiscal Casco. Es él- sostienen- quien lleva adelante las medidas para tratar de conocer dónde y cómo ocurrieron los hechos que derivaron en la muerte de Chirino. Lo único que tiene a su cargo Martínez es la denuncia que hizo el papá del subteniente y que se incorporaría a la causa de Casco. “Para que pase el fuero federal primero hay que determinar si ocurrió dentro del predio militar y que el fiscal de la provincia le diga al juez que se declara incompetente”, explicaron.
La polémica no termina acá. Desde el lado provincial aseguraron a Infobae que la causa “es federal” y que de hecho el legajo ya fue transferido. Es decir, a esta hora no se sabe con certeza quién asumirá la responsabilidad para saber si hay algún responsable de la muerte.
Por el momento el único que tomó una medida fue el propio Ejército, que decidió suspender a once oficiales que participaron de la fiesta. Además, la institución se puso a disposición de la Justicia para brindar toda la información que sea requerida.
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