La caída de “Dany”, el estafador que acordaba compras por redes sociales y pagaba con dólares falsos

Tiene 47 años y varios perfiles en Facebook, donde captaba a sus víctimas. Está acusado de cometer al menos 15 engaños bajo la misma modalidad

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La Policía de la Ciudad detuvo a un estafador que engañaba a sus víctimas con billetes falsos

Un ladrón de “guante blanco” apodado “Dany” fue detenido en su vivienda del barrio porteño de San Nicolás acusado de cometer una serie de estafas bajo la misma modalidad: pactaba compras por redes sociales y, al momento del encuentro con sus víctimas, pagaba con dólares falsos.

El sospechoso tiene 47 años y es de nacionalidad peruana. En Facebook se hacía llamar “El peruano Dany”, “Dani Avila” o “Dany Esposito”. A través de esos perfiles falsos, captaba a sus víctimas en Marketplace, la plataforma de Facebook donde se venden o compran artículos nuevos o usados. Así, acordaba las transacciones para luego consumar el engaño con los billetes apócrifos.

El caso comenzó a ser investigado por la división Falsificaciones de la Policía de la Ciudad. Con los datos aportados por los damnificados y el rastreo de las IP de las computadoras, los agentes de la fuerza porteña llegaron hasta el domicilio de Dany, un departamento ubicado en la calle Tucumán al 1.500.

El Juzgado Nacional en lo Criminal y Correccional Federal Nº1, a cargo de la jueza María Servini, autorizó el allanamiento en el lugar, donde los policías finalmente detuvieron al acusado y encontraron dinero. A simple vista se advirtía que los billetes eran truchos: eran 20 de 100 dólares en total y cuyas numeraciones se repetían.

"Dany" tras ser detenido
"Dany" tras ser detenido

Durante el operativo, además, los policías secuestraron dos celulares y varios chips telefónicos de distintas compañías, dispositivos electrónicos varios y agendas con anotaciones de interés para la causa.

El detenido fue trasladado a una alcaldía de la Policía de la Ciudad y quedó a disposición de la Justicia por infringir el artículo 282 del Código Penal, que sanciona “con reclusión o prisión de tres a quince años a quien falsificare moneda que tenga curso legal en la República y el que la introdujere, expendiere o pusiere en circulación”.

Recientemente hubo un caso de estafa que llamó la atención por el mecanismo empleado y, sobre todo, por el nombre del imputado: Fernando Alberto Falsetti.

Los elementos secuestrados en la vivienda del acusado
Los elementos secuestrados en la vivienda del acusado

Falsetti tiene 56 años y vive en la localidad bonaerense de Villa Madero. Trabaja en un puesto de diarios, también en La Matanza. Básicamente, lo que hizo fue descubrir, siguiendo patrones, cómo identificar números de tarjetas -todos de una misma entidad bancaria- y sus códigos de seguridad, a través de un algoritmo propio que le permitía compatibilizar los datos.

Así, con los datos de las tarjetas se cargaba crédito en sus cuentas prepago. Eso mismo hizo en las 169 ocasiones, entre el 12 de mayo y el 27 de septiembre de 2021. Luego revendía los servicios a terceros y obtenía las ganancias. De esa forma, logró robar, al menos, más de un millón de pesos.

La estafa salía a la luz cuando los legítimos titulares de los plásticos desconocían sus pagos, lo cual le produjo un perjuicio patrimonial a la empresa de TV satelital damnificada, que debió asumir los cargos.

Falsetti logró identificar los números de tarjetas de crédito con sus correspondientes códigos de seguridad. Su método estaba explicado en un cuaderno que guardaba en su casa
Falsetti logró identificar los números de tarjetas de crédito con sus correspondientes códigos de seguridad. Su método estaba explicado en un cuaderno que guardaba en su casa

El caso quedó en manos del fiscal Alejandro Musso, a cargo de la Unidad Funcional de Instrucción de Vicente López Oeste. Falsetti fue aprehendido y notificado de la causa, aunque luego recuperó la libertad por orden del juez de San Isidro Esteban Rossignoli, a pesar de que el fiscal había solicitado efectivizar la detención.

En el allanamiento a su casa, se encontró un cuaderno anillado de 32 hojas en el que se explicaba su algoritmo para descubrir los códigos de seguridad de cada tarjeta.

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