Una tonelada y media de cocaína: el empresario argentino detrás de la droga y el misterioso español detenido

Gustavo Diego Marano, preso por narco en España, es señalado como uno de los principales sospechosos en la investigación de la PROCUNAR y la fiscal Cecilia Incardona. Su cómplice hallado en Belén de Escobar representa otro enigma

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Gendarmería y Prefectura en Belén de Escobar, luego del hallazgo del primer lote.
Gendarmería y Prefectura en Belén de Escobar, luego del hallazgo del primer lote.

A lo largo de este mes, luego de una investigación de cuatro años, la PROCUNAR a cargo del fiscal Diego Iglesias, la fiscal federal Cecilia Incardona y el Juzgado Federal N°2 de Lomas de Zamora bajo el magistrado Luis Armella lograron derribar a una organización narco que planeaba la jugada de cocaína más osada de la historia criminal argentina: mover una tonelada y media hacia Europa. La maniobra era sencilla. Llevarían el polvo en un velero, desde el Paraná de las Palmas hacia aguas internacionales, donde sería supuestamente cargada en un buque.

La pista original vino gracias a un histórico delator: el financista Diego Guastini, asesinado a tiros en Quilmes por un sicario en octubre de 2019, un crimen irresuelto hasta hoy. Guastini ya había vendido ante la PROCUNAR a sus clientes estrella como el clan Loza, una familia salteña condenada por mover cocaína a España. Sin embargo, no queda claro si el financista trabajaba para la banda del velero ordenando su plata turbia. Algunos en la Justicia creen que, simplemente, tenía el dato y los entregó.

El velero, llamado Quo Vadis, fue incautado en un operativo de Prefectura y Gendarmería. El polvo, también. 1549 kilos fueron incautados en dos operativos, primero en un complejo de cabañas turísticas en Belén de Escobar y luego en un allanamiento en el country El Centauro, de la zona de Canning.

El cálculo de ganancia era fabuloso: un kilo que al por mayor puede conseguirse a 1500 euros en Bolivia termina vendido por 30 mil euros o más en Barcelona. Sin embargo, no es tan sencillo. Conseguir una tonelada y media requiere de cierta energía, contactos aceitados y una cadena sucia de actores con un amplio margen de error para deslices y traiciones. También, requiere de un presunto cerebro.

El velero tras ser incautado por Prefectura.
El velero tras ser incautado por Prefectura.

Para la PROCUNAR, el jefe de toda esta trama sería Gustavo Diego Marano, un hombre bonaerense de 48 años, con un viejo domicilio en San Justo, que se había registrado como empresario en la AFIP y se reinventó como empresario en Málaga. En 2009, Marano figuró en los papeles como socio en el directorio de una firma minera en Santa Cruz. Tuvo una condena en la Argentina, por la cual terminó preso en un penal federal.

Hoy, Marano está preso en España desde 2020, también por una causa narco.

Hubo seis detenidos en las redadas de este mes. Entre ellos está Gabriel Fuentes, primo de Marano. Junto a Fuentes, y junto al velero, se arrestó también a un español. Su nombre, de acuerdo a documentos de la causa, es Mohammed El Asri Klaloussi. Ingresó a la Argentina el 10 de junio de manera legal. Cuál es su rol en esta historia queda por verse. Fuentes, por ejemplo, se habría encargado de alquilar la cabaña de Belén de Escobar donde encontraron más de 880 kilos de cocaína. También, se lo acusa de haber comprado el velero a mediados de mayo de este año, una compra hecha ante escribano.

La embarcación, según documentos de la causa, fue pagada con 5 millones de pesos argentinos.

La cocaína hallada en el country.
La cocaína hallada en el country.

Necochea también es parte de la historia. El 15 de junio, en la víspera de los operativos donde se encontró la droga, el portal local 4V reveló una serie de redadas de Prefectura donde se secuestraron 50 mil dólares en efectivo y 40 mil euros que estaban guardados en una caja de seguridad.

Además del dinero, los prefectos incautaron una camioneta RAM, otra Toyota, un Mercedes Benz y tres motos.

Uno de los procedimientos fue realizado en una casa de la calle 46, en una cuadra sencilla de un barrio sencillo, sin lujos ni altisonancias. Allí tiene registrado su domicilio un hombre de 53 mencionado en documentación a la que accedió Infobae. Su nombre es Gustavo F. Los registros relevados no muestran empleos en blanco, deudas bancarias recientes, altas en la AFIP, la planilla de un literal fantasma en el sistema.

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