El 22 de septiembre de 2019 Nahuel Zacarías (23) salió de su trabajo en el Abasto Shopping y se subió a su moto. Lo esperaban su esposa, su hija -que por entonces tenía meses-, sus padres y sus hermanos en Bernal para una cena familiar. Pero nunca llegó. En el camino, un delincuente le arrojó una piedra para robarle el vehículo, él perdió el control, impactó contra una columna y murió. Más de mil días después de la tragedia, condenaron a su homicida.
El fallo del Tribunal Oral en lo Criminal N°1 de Quilmes recayó sobre Héctor Coronel por el delito de “homicidio simple con dolo eventual” de Nahuel: lo condenaron a la pena unificada de 17 años de prisión.
Fuentes judiciales informaron este martes a la agencia de noticias Télam que los jueces Cecilia Maffei, Marcela Vissio y Fernando Celesia condenaron a Coronel a 14 años de prisión por el crimen de Nahuel y le unificaron la pena con una anterior de tres años en suspenso.
La fiscal María de los Ángeles Attarian Mena había solicitado en su alegato la misma pena tras escuchar las declaraciones de peritos y de un testigo de identidad reservada.
Ese 22 de septiembre de 2019 fue domingo. Nahuel se retrasó en el local de ropa donde trabajaba en el shopping y para llegar a la reunión familiar más rápido decidió cambiar la ruta que hacía diariamente hacia el partido de Quilmes. En vez de ir por el Puente Pueyrredón, tomó la autopista Buenos Aires-La Plata y el Acceso Sudeste.
Fue en ese camino alternativo que Nahuel fue agredido por un sospechoso que lanzaba objetos contundentes a los conductores para que frenaran su marcha y así poder robarles: el ataque ocurrió en la bajada conocida como “El Triángulo de Bernal”.
El video que ilustra la nota fue registrado por una de las cámaras de seguridad de la zona. Allí se ve cómo Nahuel quiso esquivar el piedrazo y perdió el control de la moto.
Nahuel fue trasladado de inmediato en una ambulancia del Sistema de Atención Médica de Emergencias (SAME) al hospital Iriarte de la localidad bonaerense de Quilmes. En el centro de salud, sufrió un infarto y, tras ser reanimado, fue operado: tenía lesiones en el hígado y en el bazo, lo que produjo una hemorragia interna.
Según contaron sus familiares, finalmente, fue operado por segunda vez, volvió a tener un paro cardiorrespiratorio y falleció.
“Él no era un chico que viajaba por esos lugares porque sabía que era peligroso”, comentó en ese entonces la prima de la víctima, Florencia, en la puerta del hospital. Y agregó: “Se ve que para llegar rápido a casa y poder compartir la cena con la familia, intentó tomar ese acceso. Los domingos era el momento para juntarse toda la familia entera a cenar. Él era muy atento con su familia y ese día se había retrasado”.
En un principio, la fiscal del caso Ximena Santoro, a cargo de la Unidad Funcional de Instrucción N° 7 del Departamento Judicial de Quilmes, investigó el crimen como un “homicidio preterintencional” pero luego se optó por un delito más gravoso. Y ahora se conoció finalmente la sentencia.
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