La secuencia dura 18 segundos y quedó registrada por las cámaras de la policía de la ciudad de Buenos Aires. Un Renault Megane azul se desplazaba a baja velocidad sobre la avenida San Martín, en el barrio porteño de Agronomía, cuando chocó contra un poste de la vereda.
Si bien el accidente no involucró a otros vehículos, podría haber desencadenado una desgracia: el conductor manejaba con casi el doble de alcohol en sangre de lo permitido.
Así lo reveló un test de alcoholemia que le practicaron. Según el resultado, manejaba con 0.93 de alcohol por litro de sangre: casi dos veces más de lo permitido.
Tras el impacto, que se produjo a las 6.43 de este lunes 20 de junio, el conductor del rodado, que viajaba acompañado por una mujer, fue abordado por personal policial, que le solicitó la documentación del auto.
El hombre -identificado como Cristian Ezequiel Becker, porteño, de 33 años, con domicilio en Villa Soldati- no quiso presentar los papeles. En ese momento, los agentes le pidieron que se bajara del auto. Él se resistió y empezó a forcejear con los agentes.
En las imágenes que exhibían los noticieros se ve cómo dos policías intentar sacarlo del coche mientras el joven hace fuerza para quedarse adentro. Luego, en un acto de furia, rompió los vidrios de un patrullero a patadas.
“Nosotros veníamos de un boliche. Y sí, habíamos tomado. Habíamos ido a un boliche a pasarla bien y a divertirnos. Después, mi pareja hizo una mala maniobra y chocamos contra un poste”, comentó Sol, la novia del joven, en declaraciones a C5N.
De acuerdo a la joven, su pareja se resistió a abandonar el auto debido al maltrato verbal recibido por los policías. “Le decían muchas cosas: para empezar lo trataron de ‘gil’ por haber chocado contra un poste de luz. También nos trataron de ‘negros’ por ser de Villa Soldati. Después lo agarraron, le quisieron pegar, yo tuve que gritar y pedirles que no hagan nada. Yo veía que un policía le ponía la pierna en el pecho y decía que no le hicieran nada porque él es asmático. Y viendo lo que pasó en Estados Unidos, me asusté”, afirmó Sol.
Una vez que la policía logró esposar a Cristian, se procedió a trasladarlo entre cuatro agentes a un patrullero. Allí se produjo un nuevo forcejeo, ya que el detenido se rehusaba a ingresar al vehículo. Como si fuera poco, una vez que los efectivos lograron meterlo a la fuerza, Cristian empezó a golpear los vidrios de las dos puertas traseras del patrullero a patadas.
“Él tiene todo un tema con la policía. Nosotros teníamos un amigo policía, Isaías, que se suicidó en el shopping de Caballito por la presión de la policía. Nuestro amigo nos informó tanto, pero tanto, sobre la presión que recibía y él les decía a los policías que nuestro amigo se suicidó por culpa de ellos, porque lo presionaban”, reveló Sol.
El caso parecía haberse terminado con la detención y el inminente traslado, pero una hora después de la detención inicial volvió a producirse un forcejeo. Cerca de las 7:40, el mismo patrullero con las ventanillas rotas se dispuso a trasladar a Cristian a una comisaría cercana. Sin embargo, apenas 30 metros después de iniciado el recorrido, el propio joven sacó su cuerpo por una ventanilla e intentó arrojarse al asfalto para intentar evitar ser trasladado.
Finalmente, cerca de las 8 de la mañana, Becker fue llevado a un destacamento policial cercano. Fue imputado por “atentado y resistencia a la autoridad y daños”, por la Unidad de Flagrancia Norte, a cargo del Dr. Branca.
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