Ayer jueves por la madrugada, personal de la Comisaría 12A de la Policía de la Ciudad arrestó a cuatro jóvenes de entre 13 y 15 años por robarle el celular con una pistola de juguete a una mujer de 19 años en la esquina de Ruiz Huidobro y Tronador, zona de Saavedra.
Tras una persecución, fueron detenidos en la avenida Balbín al 3700, de la misma zona. Allí, tras ser fichados, se descubrieron sus edades. Tres de ellos son oriundos del barrio Mitre en Saavedra, el restante proviene de Villa Martelli. La pistola de juguete, a simple vista, era creíble, una réplica de una Beretta 9 milímetros con cachas negras. Según fuentes policiales, uno de los acusados tenía el teléfono: dijo que lo había comprado poco antes en el Barrio Mitre. Irónicamente, llevaba también la réplica, la cual ni siquiera descartó en su fuga.
La víctima luego reconoció el aparato como propio. Tenía una foto de su ahijada como fondo de pantalla.
Así, quedaron a cargo del Juzgado de Menores N°6, que ordenó que sean trasladados al Instituto de Menores Inchausti y que sus huellas sean fichadas, así como un informe médico legal y que se tome contacto con sus padres para acreditar su vínculo y su edad mediante documentación. Se descubrió que no tenían pedidos de captura vigentes. Sin embargo, sus edades los vuelven inimputables.
Al menos uno de ellos ya recobró la libertad. Estuvo apenas diez horas detenido.
El ministro de Justicia y Seguridad, Marcelo D’Alessandro, planteó tras el hecho “una reforma urgente del Régimen Penal Juvenil y, sobre todo, una discusión honesta y sin imposturas sobre qué herramientas necesita la Justicia para pelear contra la violencia y la inseguridad”. Las estadísticas detalladas sobre menores y delito, así como la reincidencia en grupos familiares, informes sobre delincuentes de segunda generación o con otros imputados en sus árboles familiares, son una deuda histórica del sistema penal argentino para analizar el problema.
El ministro también aportó un dato significativo: del total de detenidos en la Ciudad de Buenos Aires por robos y hurtos, el 12% es menor de 17 años. Hubo 44.825 casos de robo en general en 2021: 5379 casos correspondieron a menores de edad.
En Rosario, los delitos presuntamente cometidos por chicos tienen un cariz más extremo.
Las estadísticas oficiales marcan que en lo que va de 2021 fueron asesinados quince menores de edad, en un semestre récord de casi 130 crímenes violentos. Tres de ellos fueron bebés. La última en la lista fue Geraldine Mora Gómez, muerta a tiros el lunes por la noche en Villa Gobernador Gálvez, una víctima tal vez accidental de un ataque claramente dirigido a su familia.
Los sospechosos de matarla son una banda de adolescentes, chicos con DNI número 53 millones, sicarios, pistoleros por encargo, aseguran fuentes en los organismos de seguridad. “Los Picudos”, se hacen llamar, como los Peaky Blinders de la ficción de Netflix, en medio de la marginalidad de la periferia de una de las jurisdicciones más violentas de la Argentina. De acuerdo a varias investigaciones por balaceras y crímenes, serían la mano de obra barata de una subestructura de Los Monos.
Según datos que se desprenden de investigaciones provinciales a los que accedió Infobae, la presunta banda opera en Villa Gobernador Gálvez, donde fue asesinada Geraldine, y en los barrios Tablada y La Granada de Rosario. Algunos de los miembros incluso se jactan de las armas que manipulan con historias de Instagram o estados de WhatsApp.
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