A toda velocidad, chocando autos durante el recorrido y con más de 15 patrulleros detrás, así fue la dramática persecución que protagonizaron tres delincuentes en el Gran Buenos Aires. Como si se tratara de una escena cinematográfica, robaron un colectivo y manejaron casi 21 kilómetros hasta que la policía logró detenerlos. Afortunadamente no hubo heridos graves.
Caía la noche en la localidad de Mataderos cuando tres hombres decidieron entrar al depósito de una empresa de transporte y robar uno de los vehículos estacionados. Inmediatamente el dueño del lugar, que se encontraba paseando a su perro por las afueras del establecimiento, se dio cuenta de la situación y decidió perseguirlos, sin antes dar aviso a la policía.
“Que me robaran el micro fue una casualidad, saqué a pasear al perro y veo que se me están llevando el micro. Yo vi tres delincuentes, no les vi la cara. Empecé a seguirlos porque justo pasó un amigo mío con el auto. Le di el perro a mi pareja, llamé al 911 y los perseguimos. Después durante la persecución los perdimos, pero seguía comunicado con la policía″, dijo el dueño de la empresa de transporte.
Así comenzaba una extensa persecución que iba a desarrollarse a lo largo de la General Paz. Con el correr de los minutos, más y más patrulleros eran alertados por la situación y se sumaban a la difícil tarea de detener a los ladrones. De un carril al otro, por todo lo ancho, el conductor del gigante vehículo buscaba la forma de librarse de los efectivos. Incluso comenzó a chocar autos, a la altura de Camino Negro, para hacerse lugar. Autos, camionetas y hasta ambulancias, el delincuente al volante no tenía escrúpulos y decidía abrirse paso de cualquier forma.
Minuto a minuto, la violencia de la persecución iba aumentando y hasta los propios delincuentes que iban a bordo lo sentían, a punto tal que decidieron arrojarse del vehículo y abandonar a su compañero.
Con la situación en un punto cúlmine, uno de los policías intentó atravesarle una de las patrullas, la cual no fue suficiente y terminó destrozada ante el avance del colectivo. El conductor del colectivo comenzó a disparar contra los efectivos que lo seguían. Enseguida, la policía respondió disparando a las ruedas del vehículo.
De esta manera, luego de casi 21 kilómetros, los efectivos lograron frenar el rodado y así detener al delincuente. Después del hecho, el dueño del mismo llegó al lugar y dio detalles de la situación. “Estoy muy agradecido a ese efectivo que los siguió y a la gente de la provincia que se expuso cómo cruzó la camioneta, esto es un desastre, podría haber sido peor. El conductor la tenía muy clara manejando, no sé si estaba drogado o no, pero la tenía clarísima manejando. No es un improvisado este tipo. Me aconsejaron que no me acercara porque estaban armados. Le pido disculpas a toda la gente que estuvo en el accidente. No pude ver el daño que hizo en el camino, sé que hizo bastante. Ya era un micro viejo, había dos más nuevos estacionados adelante, no sé por qué este, quizás lo querían para repuesto, encima a las 8 de la noche”, dijo el hombre al llegar al lugar en diálogo con TodoNoticias.
Sin embargo, luego de tal persecución, el vehículo quedó en un estado deplorable. Su dueño, afectado por perder una importante herramienta de trabajo, se mostró muy enojado: “Es una empresa familiar, ya estoy grande. Estas cosas nos afectan mucho, duelen, después de dos años de pandemia que nadie nos ayudó. Duele mucho que esta gente impunemente haga esto, es terrible. Yo me levanto todos los días 4.30 de la mañana, sábado y domingo, con todo el grupo que tenemos que es una familia, duele. No entiendo semejante desastre. Este micro, por el valor que tiene, ya no se justifica arreglarlo, con lo que cuesta comprar los micros no tiene sentido, gracias a dios no es el único micro que tengo. Es terrible, siento impotencia”.
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