Viaje a la mente criminal de un ciberacosador sexual infantil

La fiscalía Especializada en Delitos y Contravenciones Informáticas recibe cuatro denuncias por semana. Cuáles son los principales rasgos psicológicos de los “groomers”. Una problemática creciente que pone en riesgo a niños, niñas y adolescentes

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El gobierno alega que han aumentado los casos de pedofilia, a consecuencia de la velocidad de internet
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La última semana de mayo R.P. pactó un juicio abreviado con la fiscal Daniela Dupuy, quien encabeza la fiscalía Especializada en Delitos y Contravenciones Informáticas de la Ciudad de Buenos Aires, que se encarga de investigar-entre otros- los casos de grooming. R.P. (cuyo nombre no se revela porque aún el juicio abreviado no fue homologado) tiene 50 años, es casado y padre de dos hijos. Había sido descubierto en 2016 cuando acosaba de manera virtual a niños y niñas de un mismo grado de una escuela primaria privada de Belgrano. Mandaba fotos de sus genitales y pedía fotos íntimas de los menores. Ante una negativa los extorsionaba diciendo que si no mandaban más imágenes les iba a contar a los padres. Y si no les enviaban sus fotos debían enviar las de otros compañeros o chicas del grado. En 2018 fue condenado -por el mero hecho de contactarse con los menores- a una pena de un año de prisión en suspenso que cumplió. Fue condenado por grooming.

Google -como otras empresas de internet- tiene un convenio de colaboración con la organización denominada National Center for Missing & Exploited Children (NCMEC) que se dedica a combatir la explotación infantil. La fiscalía General de la Ciudad tiene a su vez un convenio con NCMEC para el intercambio de información. Las empresas -por Ley- deben monitorear el almacenamiento de imágenes que se vinculen con al abuso infantil. Y cuando las detectan tienen la obligación de avisar a NCMEC, que a su vez informa a las autoridades judiciales en diversos lugares del mundo.

En 2021 Google reportó una dirección de IP asociada a un mail en Argentina desde la que subieron a la nube varios videos de pornografía infantil. La investigación realizada por la fiscalía de Dupuy llevó nuevamente a R.P. Se produjo un allanamiento, lo detuvieron, le incautaron el celular y allí había alojados 120 videos pornográficos –que circulan por la web, no producidos por él- en los que los protagonistas eran niños. Entonces R.P., que ya había sido condenado por contactar a los niños y niñas de aquella escuela primaria, volvió a cometer delito. Esta vez tenía videos de explotación sexual infantil (que antes se denominaba pornografía infantil) para distribuir. Nuevamente pidió un juicio abreviado y la fiscalía y su defensa pactaron una condena de cumplimiento efectivo de un año y medio de prisión. Tendrá que ir a la cárcel 18 meses, ni un día más ni un día menos. Por reincidente. Había cometido el otro delito: el de la distribución de imágenes.

La de R.P. fue una de las muchas condenas judiciales por el delito de grooming. El grooming consiste en el acoso a un niño niña o adolescentes, a través de Internet u otros medios electrónicos de comunicación. El acosador o groomer tiene la intención de obtener algún tipo de gratificación sexual mediante conversaciones eróticas o envío de imágenes sexuales del niño, niña o adolescente. Pero el grooming no termina allí porque es fundamental mantener la situación en secreto es por eso que el acosador amenaza con difundir las imágenes privadas y muy íntimas de la víctima si no se accede a las demandas. Una situación de acoso virtual puede, en muchas ocasiones, concluir con un encuentro personal y llegar a conductas como el abuso sexual infantil. El grooming es un problema creciente a nivel mundial que pone a menores de edad en riesgo de abuso y explotación sexual.

El Código Penal en su título III, el de los delitos contra la integridad sexual, tiene un artículo que pena el grooming. Es el artículo 131 que esablece que. “Será penado con prisión de seis (6) meses a cuatro (4) años el que, por medio de comunicaciones electrónicas, telecomunicaciones o cualquier otra tecnología de transmisión de datos, contactare a una persona menor de edad, con el propósito de cometer cualquier delito contra la integridad sexual de la misma”. Para la legislación argentina solo alcanza con contactar a un menor con alguna intención vinculada a lo sexual para incurrir en el delito.

Suele suceder, aunque no siempre, que cuando se descubre la identidad de un groomer luego de la denuncia de la familia del acosado, se le encuentren imágenes de explotación sexual infantil. El artículo 128 del Código Penal contempla penas de tres a seis años para quien “produjere, financiare, ofreciere, comerciare, publicare, facilitare, divulgare o distribuyere, por cualquier medio, toda representación de un menor de dieciocho (18) años dedicado a actividades sexuales explícitas o toda representación de sus partes genitales con fines predominantemente sexuales, al igual que el que organizare espectáculos en vivo de representaciones sexuales explícitas en que participaren dichos menores “. En el mismo artículo se castiga con peneas más bajas a quien posea las imágenes, a quien las distribuyera o comercilazara a tres y a quien “facilitare el acceso a espectáculos pornográficos o suministrare material pornográfico a menores de catorce (14) años”. Todas las penas previstas en ese artículo aumentan en un tercio cuando la víctima fuera menor de 13 años.

La fiscal Daniel Dupuy
La fiscal Daniel Dupuy

¿Cómo es la mente criminal de un groomer? Tal vez una respuesta pueda hallarse en el libro Acosos en la red a niños, niñas y adolescentes, el primero de una colección que dirige la fiscal Dupuy. Allí se exponen varias aristas de una problemática creciente y tan traumatizante como lo es un abuso físico.

En el libro hay un capítulo entero para intentar descifrar cómo piensa y actúa el groomer. Esa persona que intercambia mensajes, fotos, videos de contenido sexual con menores y luego los distribuye-o no- y que termina hallada por las autoridades después de investigaciones profundas y muchas veces prolongadas.

El perfil psicológico del groomer fue realizado por Marcela Scarafia. Perito oficial del Poder Judicial de Córdoba desde 1989 a la actualidad, Sacarfia es licenciada en Psicología. Se graduó en la Universidad Nacional de Córdoba donde también obtuvo una maestría en Neurociencias. Para la especialista -una de las más reconocidas en la materia- el perfil psicológico del groomer se podría resumir en que son: “Pedófilos varones de entre 30 y 40 años, de familias desestructuradas y que vivían solos, se han dado casos con adolescentes de entre 16 y 17 años que acosan sexualmente a niñas, padres de familia con hijos con una vida aparentemente normal, personas de un nivel cultural y de vida alto, jubilados, gente de todas las profesiones, e incluso casos de mujeres que acosaban a menores”. Scarafia explica que no hace falta que el groomer se relacione personalmente con sus víctimas: “No es necesario, entonces, que se produzca contacto físico para que la impronta y el efecto de algunas acciones, entendidas así como abuso sexual, promuevan lesión psíquica y afecten por consiguiente el normal desarrollo psicosexual de un niño o adolescente”.

Del extenso trabajo de Sacarafia, Infobae seleccionó quince características y comportamientos que describen la mente criminal del ciberacosador sexual infantil o groomer.

1-“…Estas personas para procurar su anonimato, como comunidad, se asisten mutuamente, debido a que en sitios que no están al acceso de la mayoría de las personas, se puede encontrar manuales, guías y documentos que escriben aquellos con más conocimientos técnicos para cooperar con los consumidores de imágenes infantiles con contenido sexual y con groomers que no disponen de experticia técnica en cuestiones de seguridad y de acceso a sitios más anónimos. Pero, sin perjuicio de esto, el conocimiento que lleva a los groomers a contactar con los niños, niñas y adolescentes es el de las plataformas web, conocimiento que, finalmente, se encuentra al alcance de todos”.

2-“El acosador virtual aborda y viola la intimidad del cuerpo del niño o adolescente, en tanto atraviesa la pantalla e invade la privacidad de la víctima. Desde la distancia se apropia de un espacio personal que sustancialmente solo debe quedar en la esfera del control de su propietario. No accede al contacto físico, pero desde la mirada escrutante y lasciva puede lograr suprimir el sentido de intimidad y de propiedad del cuerpo en la víctima. Asimismo, es la pantalla y la distancia que ella propone lo que vuelve impersonal y a la vez violatorio e invasivo el acto de observar la desnudez, sea esta de la forma en que se produzca, parcial o total, simbólica o concreta. Digo simbólica, porque una vez que se ha penetrado en el espíritu mismo de su víctima, el groomer requisa y secuestra sentimientos, cogniciones, vulnerabilidades, temores, sueños y preocupaciones; los manipula y luego los destroza en un bochornoso intento de procurarse satisfacción”.

3- “El sujeto activo del grooming, parece tener pocas barreras tanto internas como externas; utiliza tecnología de primera línea, transgrede normas nacionales e internacionales vigentes sobre el consumo, producción y distribución de pornografía infantil, desarrolla acciones sistemáticamente violatorias de pautas ética y morales socialmente consensuadas, atenta contra el psiquismo de niños, niñas y adolescentes, se escurre de la mirada parental y social tanto de su víctima como del contexto personal”.

4-” … se caracteriza por el placer que siente ante la perspectiva de la cacería. Se alimenta de la adrenalina que implica captar víctimas y manipularlas. El groomer ha desarrollado un gusto especial por el desafío, anticipando en sus fantasías, los sucesos que se desencadenarán una vez captada la víctima. Tales anticipaciones operan como factores reforzadores de su conducta, ya que un éxito activa el deseo de la estrategia dirigida al siguiente grupo de potenciales víctimas. Se inclinará así a realizar reiteradas tentativas de captar la atención de algún otro niño, niña o adolescente. Las vías de satisfacción en este caso serán varias: el goce sexual, el disfrute de la pesca, el desafío de la manipulación, el control, el dominio, la aceptación de la víctima al contacto y luego a los actos de exhibición. Cada uno de estos pasos involucra un tipo diferente de placer. Todos ellos intrínsecamente relacionados y asociados emocional y neurobiológicamente. Considero que este puede ser uno de los motivos por los que el grooming ha crecido de manera exponencial en los últimos años. Es una promesa infinita de placer, mientras el groomer logre permanecer anónimo y en la oscuridad, tanto para la presa como para la justicia”.

Niños, niñas y adolescentes son acosados por groomers (Shutterstock)
Niños, niñas y adolescentes son acosados por groomers (Shutterstock)

5-“El groomer tiene pasión por salir de caza. Pero como todo buen cazador debe saber dónde y cómo buscar a la presa. Debe poder tener acceso a las páginas que exhiben pornografía infantil y necesita interiorizarse de los procedimientos que le permitirán subir el material del que se provea a través de las propias acciones de acoso y de extorsión. La búsqueda de la presa no es tarea menor en este proceso. Para ello deberá llevar a cabo diferentes tentativas de contacto con distintos niños, niñas o adolescentes; deberá detectar en sus potenciales presas vulnerabilidades y/o pequeñas rendijas por las que ingresar. Deberá realizar tanteos progresivos que le permitan avizorar un terreno fértil en el que sembrar, para luego, oportunamente y cuando la fruta esté madura, recolectar la preciada cosecha. Esta parece ser una de las conductas más reiterativas del groomer, considerando que las estadísticas dan cuenta de que uno de cada tres niños ha recibido una comunicación relativamente incómoda a través de las redes sociales”.

6- “La paciencia es una de las características del groomer, sin la cual no lograría obtener un avance progresivo del vínculo con el niño, niña o adolescente. La paciencia es clave en este proceso de captación y reblandecimiento de las defensas psíquicas de la víctima. El abusador convencional- no siempre necesita perseverancia ni paciencia. En algunos casos los abusadores se toman tiempo para seducir y manipular a la víctima. Muchos de ellos son los que luego corrompen al niño, niña o adolescente. No obstante, otro grupo solo atina a la fuerza física, a la coacción y a la amenaza para obtener lo que desea, tanto así como para procurar el silencio de su víctima. El abusador convencional, muchas veces se conforma con sencillas tretas que permiten el acceso al niño. No se requiere una estrategia demasiado sofisticada para lograr deshonrar el cuerpo de la víctima, y el abusador lo sabe. Eso lo distingue claramente del acosador virtual, ya que este no lograría obtener lo que desea si no logra primero estrechar el vínculo con su presa”

7-”(El groomer debe)…construir un personaje ad hoc requiere un proceso de ingeniería social que involucra tiempo y dedicación para recorrer las huellas que la víctima deja en los distintos espacios que habita, que recorre; es decir la evidencia que aporta en sus intercambios o posteos en las redes sociales. El groomer deberá interiorizarse y aprender los gustos, las tendencias, las fantasías, las ilusiones, los deseos, las preocupaciones y hasta los temores de su víctima designada. Las historias que cuentan a sus víctimas y las descripciones de sí mismos que los groomers hacen, tienen como objeto generar lástima o manipular para ganarse la confianza de aquella. Estas historias pueden desarrollarse sobre cualquier tema, pero suelen tener un “guion” que ya han probado y que si ha sido efectivo, van puliéndolo con el tiempo en las sucesivas aproximaciones a otras víctimas. La habilidad camaleónica abrirá paso para el fácil y rápido pasaje en el proceso de impostar entre diferentes estados de ánimo, distintas conclusiones y disímiles comportamientos. El groomer utiliza como una de sus estrategias básicas la simulación de emociones que no tiene, que a veces no puede sentir (amor, amistad sincera o sentimiento de culpa)”.

8-”El groomer expresa comportamientos que serían inapropiados para la mayor parte de la población adaptada a las normas morales y socialmente consensuadas. Sin embargo, ello no va en perjuicio de la capacidad del groomer para discriminar el valor púdico y ético de cada una de sus acciones extorsivas y manipuladoras. Es solo que apela a ellas para dirigirse hacia sus metas. Conoce y comprende la diferencia entre lo malo y lo bueno, lo justo y lo injusto y puede dar razones fundadas de la diferencia entre estos conceptos, sin embargo elige procedimientos y conductas que considera conducentes hacia la satisfacción de sus deseos y fantasías. El otro aspecto destacado, la fachada social, servirá para demostrar una performance social adaptativa y así encubrir sus subyacentes diligencias motivadas en inmorales vicios. Es capaz de organizar cada uno de los pasos que dará en el proceso de captación, manipulación, seducción y extorsión. Se propondrá metas y luego submetas o metas parciales que lo dirijan al objetivo final: obtener el control de la víctima a través de la manipulación, procurarse material visual de contenido sexual para consumo propio y/o para subirlo a las redes en las que navega y también, satisfacerse sexualmente”.

9- “… a diferencia del abusador convencional, el groomer debe contar con un complejo sistema estratégico para captar, sostener y afirmar la relación con la víctima. Por el contrario, el abusador convencional no lo necesita. Le es suficiente amedrentar para procurar el contacto físico y reasegurar el secreto. Claro está, que no podemos desconocer la existencia de abusadores muy sofisticados en sus estratagemas y en sus comportamientos de seducción, de modo tal que pueden llegar con el tiempo hasta a corromper a su víctima. Pero estos abusadores disponen de un patrón similar al del groomer, con rasgos obsesivos, excelente nivel intelectual, capacidad para la sistematización, paciencia y componentes psicopáticos abundantes y no son tan frecuentes dentro de la casuística judicial.

10-”(Los groomers) son avezados en teatralidad, saben manejar la palabrería fácil y el sentimentalismo falso como parte de su plan de acción. Saben qué y cómo tienen que expresarse, aunque no lo sientan. ¿Cómo consigue exponer una historia o circunstancias o emociones poco probables pero convincentes? Sin duda, la manipulación del lenguaje constituye el instrumento clásico e ineludible del groomer. El ciber acosador advierte paulatinamente lo que la víctima quiere y necesita oír, y por eso va a intentar regalar frases con un sinfín de halagos, al menos hasta que decida cambiar de estrategia, sea por el motivo que sea”.

Los groomers son pacientes y disfrutan de coleccionar imágenes de sus  víctimas
Los groomers son pacientes y disfrutan de coleccionar imágenes de sus víctimas

11-“El arma más poderosa del groomer, es el lenguaje, ya que constituye el principal y quizás único medio a través del cual se comunica con la víctima. El arte de la manipulación con palabras puede atribuírsele perfectamente a este sujeto Estos artistas del engaño saben o intuyen que la forma vale más que el contenido. De esto saben tanto los psicópatas como los políticos. “Una vez elegidas las palabras a emplear, ellos saben muy bien dónde colocarlas. El groomer conoce al dedillo estos mecanismos de manipulación, aunque no haya aprendido formalmente a utilizarlos. Lo hace sin esfuerzo y naturalmente. “Dar a entender” es otro mecanismo frecuente en psicópatas y groomers. Cuando el psicópata conoce a su víctima “da a entender” muchísimas cosas que el niño, niña o adolescente, en su ingenuidad e inexperiencia, toma como verdad concreta y, aprovechando esa situación, nuestro sujeto de análisis deja suponer que así son las cosas. Las falsas promesas, las propuestas a futuro, solo son palabras vacías que “dan a entender” que ello ocurrirá y ese es un perfecto anzuelo para mantener engañada a la víctima y para mantener activa su plena atención. La mentira opera en el groomer de manera constante. Miente para captar y sostener la atención de la víctima. Imposta roles, emociones y experiencias. Pero a diferencia de las demás personas, no necesita controlar el lenguaje gestual para ajustarlo a sus falsas palabras, ya que la comunicación que establece con su presa no requiere del contacto visual. Ello facilita grandemente el objetivo de este sujeto, ya que encubierto por la ausencia de miradas puede operar desde la sombra”.

12-”Otro de los aspectos más frecuentemente observados en los groomers y que es propio de las personalidades con rasgos o estructura psicopática es la comunión y coexistencia de una fachada exterior con un mundo interior subyacente. En lo que respecta a la fachada, su performance conductual no difiere de la una persona normal que lleva adelante su familia, su profesión o trabajo y sus redes de relación social. Incluso, algunos de estos sujetos se destacan y suelen generar admiración y aprecio en el resto del entorno en el que se desenvuelven, ya que desempeñan un rol social o profesional con corrección y dedicación. Por ello resulta difícil advertir desde la intercomunicación habitual y convencional el mundo oculto del groomer. La personalidad del groomer lo hace ser como es, excepto cuando tiene que cambiarse la máscara, pero su mundo interior, muchas veces, tarde o temprano acaba delatándolo.

13-“En el voyeurismo, es el acto de mirar (espiar) el que produce la excitación y no el hecho de mantener una relación sexual con la persona observada. Los voyeurs no buscan el contacto sexual con las personas observadas. Es por eso, considero, que muchos groomers se conforman con obtener imágenes de las víctimas, sin requerir encuentros. Cuando esto último sucede (la convocatoria presencial), la tendencia pedófila se hace presente en la necesidad de contacto físico para satisfacer la excitación sexual emergente de esta desviación”.

14-”Al groomer le gusta coleccionar imágenes y videos no solo de sus actividades con niños, niñas o adolescentes, sino también producciones de otros pedófilos. Gusta también de competir con otros sujetos por la cantidad, calidad y variedad del material subido a la web y del que dispone de manera privada. Coleccionar y competir por los mayores y mejores “ejemplares” forma parte de la performance conductual de este sujeto. La conducta coleccionista es una de las características de las personas con importantes elementos obsesivos en su psiquismo”.

15- ”El groomer debe ser ordenado en su proceder; para ello programa, anticipa, calcula, presume. Del mismo modo, no elige cualquier víctima, se acerca a la que detecta como vulnerable o a la que selecciona por un gusto particular, como lo podría ser una característica física o un estilo especial de realizar comentarios en las redes o por los gustos y tendencias detectados con los que más afinidad pueda sentir el groomer y, de ese modo, más fácilmente le resulte el acercamiento. Finalmente, el groomer, al igual que un coleccionista disfrutará de “mostrar” lo que tiene, lo que ha conseguido a través de sus ardides, a la vez que deseará, por ello, ponderación en la red de pedófilos. Es decir, el groomer puede ser un coleccionista, apasionado, ordenado y cuidadoso, con un punto de obsesión, constante y a quien le gusta exhibir el fruto de su trabajo”.

En la fiscalía que comanda Dupuy se presentan unas cuatro denuncias semanales por grooming y llegan unos 300 reportes de NCMEC. Hay en investigación unos 100 casos de grooming. En cada uno de ellos hay víctimas que –especialmente por ser niños, niñas y adolescentes- son acompañadas por especialistas en sicología desde el primer minuto. Las víctimas quedan muy afectadas y necesitan-además- de la contención de sus familias para lograr una recuperación del enorme trauma emocional que implica haber sido ciberacosado por un groomer.

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