El juicio por el crimen de Dalmasso transita sus últimos momentos antes de la definición. Con la lista de testigos presenciales prácticamente agotada, el jurado popular y el tribunal técnico podrían determinar antes de la feria judicial de julio si el viudo Marcelo Macarrón (62) es culpable o inocente de instigar el asesinato.
De esta manera, el crimen perpetrado en noviembre del 2006 en la ciudad cordobesa de Río Cuarto llegaría a una definición. Sin embargo aún restan determinar algunos detalles, ya que tanto la defensa del imputado como el fiscal acusador, solicitaron la renuncia de casi la totalidad de los testigos de la lista que se había consensuado para testimoniar en el juicio oral y público.
Daniel Vaudagna, uno de los integrantes del tribunal técnico de enjuiciamiento, confirmó cómo seguirá el proceso de ahora en más: “El tribunal ha resuelto diferir para la etapa procesal que corresponda el tratamiento y decisión sobre las renuncias solicitadas”. Además anticipó que mientras tanto en las próximas audiencias no habrá testigos presenciales y que, en principio, sólo se dará lectura toda la prueba informativa, documental y pericial para el conocimiento del tribunal y del jurado popular, tarea que va a llevar varias jornadas.
No obstante, el juez camarista aclaró que el tribunal está a disposición de las partes, porque “son quienes solicitan y proponen las pruebas”, por lo tanto, de ellos depende si requieren la presencia de algún testigo.
Desde que comenzó el juicio, el 14 de marzo, son 71 los testigos que declararon ante el jurado popular y el tribunal de enjuiciamiento. Afuera quedaron los nombres de una larga lista que las partes habían elaborado. En total fueron más de 300 testigos, de los cuales más del 50 por ciento (166) finalmente no declaró por las renuncias solicitadas entre el abogado Marcelo Brito, defensor de Macarrón, y el fiscal del juicio Julio Rivero.
“No tiene sentido convocar a quienes no hacen al objeto del juicio, caso contrario se dilata y no terminamos más”, dijo el fiscal en declaraciones a la prensa, aunque dejó en claro que si de la prueba documental surge la posibilidad de citar a testigos, lo va a hacer, pero que por ahora muchos van a ser incorporado por lectura.
Mientras tanto, Macarrón, único imputado en este proceso, queda a la espera de la resolución. Tal como viene haciendo desde hace cinco audiencias, el acusado no estará presente en la sala para seguir la continuidad del juicio. Estuvo para la apertura de la audiencia y luego solicitó permiso para retirarse por sugerencia médica por un problema coronario que lo afecta y, según sus abogados, en los próximos días será sometido a una cirugía para implantarle un stent.
El viudo está acusado por el delito de “homicidio calificado por el vínculo, por alevosía, y por precio o promesa remuneratoria en concurso ideal”, que contempla prisión perpetua.
Según el requerimiento fiscal de elevación a juicio, en fecha que no se puede establecer con exactitud, presumiblemente unos meses antes del 25 de noviembre de 2006, Macarrón, “en acuerdo delictivo con personas aún no identificadas por la instrucción, instigó el crimen de su mujer por desavenencias matrimoniales”.
Añade que la intención fue de “obtener una ventaja, probablemente política y/o económica” y sostiene que, para eso, “planificó dar muerte a su esposa, Nora Dalmasso”.
Últimas pruebas para determinar el hecho
Hace unas horas, un ex compañero de la víctima dio un inesperado testimonio. Miguel Angel Rosales (58), quien trabajó con Nora en el Banco de Córdoba, apuntó contra Macarrón pero también contra los hijos: “Cada aniversario la siguen matando”.
Además calificó como “pésima” la investigación del caso: “Cada paso que se ha dado en la investigación fue para encubrir. Todos han encubierto... la Policía y el círculo íntimo. El juicio es un circo”.
En la otra vereda de la defensa, un especialista apuntó contra un tercero como culpable del asesinato. Un médico forense declaró que la víctima tuvo “sexo consentido, probablemente con una persona conocida” antes de morir, con lo que volvió a descartar la hipótesis de un homicidio cometido por un sicario.
Se trata de Mario Vignolo, quien ya había declarado como testigo el 10 de mayo, y que fue nuevamente citado ante el jurado popular y el tribunal técnico por pedido del fiscal Julio Rivero a los efectos de abundar algunos detalles que ya había manifestado en su exposición anterior.
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