Ayer por la tarde, David Zebul Ávila Pérez, nacido en Perú, fue arrestado por la división Búsqueda de Prófugos de la Policía Federal, que depende de la Superintendencia de Delitos Federales. Lo capturaron en la esquina de Tucumán y Uruguay luego de que se delatara a sí mismo por un simple trámite: pidió su DNI argentino, lo que impactó en el Registro de Reincidencia. Ya tenía uno, número 62 millones, el número que le corresponde a los documentos de presos, cuando había sido alojado en una dependencia del Servicio Penitenciario Federal. Esta vez, a Ávila Pérez lo detuvieron por la misma historia de siempre: ser un dealer de poca monta en la megaorganización narco que controla la Villa 1-11-14 del Bajo Flores, bajo el designio de su gran capo, el multicondenado “Marcos” Estrada González.
A David Zebul lo habían identificado por primera vez en la histórica causa contra “Marcos” llevada adelante por el Juzgado Federal N°12, documentos judiciales revelaron que había sido encontrado en los puntos de “bajada” de la cocaína en el asentamiento, el nodo básico de distribución.
En 2017, el fiscal Juan Pedro Zoni y la PROCUNAR pidieron su elevación a juicio junto a la de “Marcos” y su esposa, Silvana Salazar. Ávila Pérez era literalmente uno más en una lista de 40 imputados. Estrada resultó condenado en noviembre de 2020 a 24 años de cárcel. Sin embargo, David Zebul fue absuelto, uno de tres en el histórico proceso en el Tribunal Oral N°8.
Con el tiempo, reapareció. Lo detuvieron el 4 de mayo de 2021 a las 12:45 horas aproximadamente, en la intersección del pasaje El Sol y pasaje San Juan de la villa 1-11-14, con una causa de narcomenudeo de la Fiscalía Penal, Contravencional de Faltas número 24. En su poder se hallaron quince envoltorios de nylon con cinta de color roja y quince envoltorios de nylon con cinta de color negra, todos con cocaína. La marca de las cintas es histórica, la “alta” y la “baja” de la organización de los capos peruanos para diferenciar la calidad del producto.
Entonces, quedó su captura pendiente luego de que saliera, pedido por la UFEIDE, el área del MPF porteño dedicada a investigar delitos de narcotráfico a cargo de la fiscal Cecilia Amil Martín, en una causa conjunta con la PROCUNAR, que investiga a los altos mandos del Bajo Flores.
El problema es a quién reporta, o reportaba, David Zebul, algo que las autoridades desconocen, algo que el dealer podrá responder hoy en su declaración indagatoria, que se esperaba para horas del mediodía. Hoy, el Bajo Flores se encuentra en un estado de anarquía.
El último derrotero del poder narco en el lugar comenzó en septiembre pasado con la caída de Jhony Ray Arnao Quispe, alias “Pantro”, un ex discípulo y jugador de Estrada González. Con “Pantro” cayó todo su séquito de los llamados Chalecos, la primera línea de seguridad, encargados de palpar y chequear a los compradores de droga.
Tras su detención, los movimientos dentro del sitio se iniciaron de forma rápida. Pocos días después del arresto, viejos conocidos volvieron a tomar el poder y los investigadores comenzaron a llamarlos “Los Antiguos”. En una investigación de la PROCUNAR, el ala de la Procuración encargada de investigar delitos de narcotráfico con el fiscal Diego Iglesias, junto al fiscal federal Eduardo Taiano y bajo la firma del juez Ariel Lijo, se descubrió que “Piti”, hermano de Estrada, comenzó a controlar uno de los turnos de venta. El turno de “Pantro” habría quedado en manos de “Marcos” mismo.
Se cree que David Zebul se encontraba transando en la 1-11-14 durante el interregno de “Pantro”, hoy preso y procesado.
Mientras tanto, se espera que en los próximos días se materialice la expulsión del país de “Marcos” Estrada.
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