Desde los 3 a los 12 años, María de los Ángeles Tobio, “Marita” relata haber vivido sometida en su hogar de Mar del Plata al silencio y naturalizando los abusos que padecía por parte de su papá, su tío y su abuelo. Denuncia que fue violada, torturada, amenazada de muerte y vulnerada psicológicamente durante 9 años de su infancia. Tenía terminantemente prohibido contarle a sus amiguitas y mucho menos a su madre.
“Si abrís la boca te morís vos, tus hermanos y tu mamá”, le reiteraba su padre cada vez que salían del “cuarto de los abusos”. Ese era el nombre que la menor le había puesto a la habitación de sus progenitores, donde tenían lugar la mayoría de las vejaciones.
“Me hacía arrodillar delante él con las manos hacia atrás, me gatillaba con su revólver descargado y hasta llegó a quemarme la cara con una plancha. No eran sólo los abusos sexuales. Todo lo hacía por diversión y yo por dentro le pedía a Dios que me llevara con él, que me dejara morir. No quería seguir viviendo así”, recordó Marita, quien todavía no puede borrar de su mente las situaciones de violencia de género que también tuvo que afrontar su madre. “Una vez intentó ahorcarla con el cable del teléfono y otra vez le puso la cabeza adentro del lavarropas mientras estaba andando”, recordó a Infobae, tras una historia adelantada por Clarín.
Así, Marita transitó su adolescencia y su adultez siguiendo al pie de la letra las instrucciones de su papá. Pero a los 35 años sintió que era el momento de sacar a la luz tanta oscuridad porque temía que la historia volviera a repetirse con su hija, que en ese momento tenía 17 años.
“El detonante fue que en 2017 él me pidió si podía instalarse en una pieza al lado de mi casa porque no tenía un lugar donde vivir. Juan Carlos (como llama a su padre) se la pasaba alquilando y cambiando de lugar frecuentemente. Ese año rompí el vínculo con él pero el silencio finalmente lo rompí en 2021 cuando me enteré de que estaba hostigando a mi hija por WhatsApp”, relató.
“Le mandaba audios e incesantes invitaciones para convencerla de que fuera a su casa. Se sintió tan avasallada que me contó todo. Incluso, le llegó a decir: ‘Si tu mamá no te deja, vení igual’. Seguía siendo el mismo perverso y a mí se me encendieron todas las señales de alarma”, recordó la mujer.
Así fue como el el 29 de enero de 2021 se presentó antes los Tribunales marplatenses para denunciar que padre, Juan Carlos Tobio -ex policía de la bonaerense-, su tío Guillermo y su abuelo Fidel (los dos últimos, ya fallecidos), abusaron de ella entre 1988 y 1997 y la compartían como objeto sexual.
Tres semanas después, el fiscal Alejandro Pellegrinelli decidió archivar las causas al considerar que el delito estaba prescripto y el juez de Garantías Saúl Errandonea lo avaló.
Pero Marita no se dio por vencida y, con asistida por el abogado César Sivo, recurrió a la Cámara de Apelaciones de Mar del Plata para revertir el fallo de primera instancia.
Finalmente, en mayo de este año, los jueces Marcelo Riquert y Esteban Viñas ordenaron revocar íntegramente la resolución de Garantías, que beneficiaba al padre de la víctima, y ordenaron la realización de “un juicio por la verdad”, un hecho inédito en Mar del Plata.
Los jueces atendieron el argumento del abogado querellante, basado en un artículo de la ley 27.206 que se sancionó en 2015 y se conoce como “de respeto a los tiempos de las víctima”, que establece plazos de prescripción, y uno de ellos, de 12 años, corre desde el momento en que la víctima formula la denuncia.
Más allá de este guiño que Marita recibió por parte de la Justicia, si finalmente se lleva adelante ese juicio su padre no irá preso en caso de ser hallado culpable. “Al ser un juicio reconstructivo histórico sólo admite sentencias declarativas. Será un fallo reparador y socialmente positivo aunque difícilmente sea suficiente para la víctima”, explicó Sivo a Infobae.
Ahora, la lucha de Marita y su abogado pasa porque ese abuso sexual ocurrido en la infancia no prescriba y el acusado sea juzgado con un juicio normal. “Sería una falta de respeto hacia mi persona si la justicia demuestra que es culpable pero le da una palmada en la espalda y lo mande a su casa. Sería reconocer que es un violador de menores pero sin castigarlo. Voy a hacer hasta lo imposible para que esto no suceda”, concluyó la mujer.
Hasta el momento, la fecha de inicio de proceso no fue confirmada.
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