La fiscal Daniela Torres de la ciudad puntana de Villa Mercedes investiga la violenta muerte de Derlis González, un joven de 28 años que presuntamente se quitó la vida tras ser víctima de un intento de estafa sexual a través de internet. Este tipo de extorsión son cada vez más comunes, donde las víctimas enfrentan un “cuento del tío” en donde delincuentes les aseguran que les montarán una causa por abuso de menores si no acceden a las intimidaciones.
El hecho ocurrió en Buena Esperanza, una pequeña localidad de poco más de 3000 habitantes, ubicada a 230 kilómetros al sur de la capital de San Luis. Según informaron medios locales, el cuerpo de González fue encontrado completamente calcinado en el patio de su casa, aunque las señales de que estaba por ocurrir algo trágico comenzaron el día anterior después de que Derlis escapara de su casa con una soga y sin su celular. Fue en ese momento, al revisar el teléfono, que su familia se enteró de que era víctima de una extorsión sexual y por eso llamó a la Policía. Tras un rápido operativo el joven fue encontrado sano y salvo. Lo que no imaginaron es que apenas 24 horas después terminaría de la manera que lo hizo.
Con la declaración de la familia, la fiscal Torres comenzó ayer a investigar el caso. Por lo pronto, según dijo la funcionaria en diálogo con varios medios puntanos, secuestró el celular del joven para someterlo pericias y saber si efectivamente fue extorsionado. La fiscal cree que González cayó en el engaño después de entablar una relación con una supuesta mujer a través de Facebook.
En ese sentido, los investigadores pudieron saber que la supuesta pareja comenzó a enviarle fotos desnuda, con lo que logró ganarse su confianza. Ese fue el comienzo del engaño pero luego de un tiempo, la situación cambió completamente.
Según la denuncia, Derlis recibió un llamado de un hombre que supuestamente era el padre de su novia virtual, en el que lo increpó, le advirtió que la chica era menor de edad y amenazó con denunciarlo ante las autoridades por el delito de tráfico pornografía infantil. Lo único que podría salvarlo era si le daba una suma de dinero. A partir de entonces comenzó a recibir más llamados, pero esta vez era más intimidante. En las nuevas comunicaciones le habló un supuesto comisario y un efectivo de Gendarmería, que le advertían que lo estaban buscando para detenerlo.
Agobiado por tantas amenazas y aprietes, -creen- el joven tomó la decisión de quitarse la vida. “Todavía no tengo el teléfono en mi poder. Por los dichos de los familiares, él habría decidido irse de la casa y habría manifestado que quería quitarse la vida porque lo estarían extorsionando por unas imágenes de menores de edad y con una detención”, describió la fiscal, en declaraciones a Radio Ciudad de San Luis.
También remarcó que todavía no se determinó si la familia dormía al momento de la tragedia. Si bien los resultados de la autopsia aun no fueron remitidos, Torres adelantó que el cuerpo estaba totalmente calcinado, tenía “olor fuerte a combustible” y había indicios de inhalación de humo, aunque aclaró que no se encontró evidencia que haya bebido nafta, como trascendió entre los vecinos.
“La familia se enteró cuando él deja el teléfono, en la noche del lunes 30 de mayo”, relató la funcionaria judicial, quien señaló que, para avanzar en la investigación “primero hay que saber que estas comunicaciones existían”. “Quiero saber cómo es que esto se origina, y si el desenlace es fruto de estas comunicaciones. En el teléfono está la clave”, agregó.
En ese sentido, la fiscal dijo que si bien esas ciber extorsiones son cada vez más frecuentes hay muchos casos que no llegan a la Justicia por la vergüenza que genera en las víctimas hacer la denuncia. “Todos estos hechos le suceden a hombres de mediana edad con un nivel económico alto. Empiezan a chatear, una chica envía y pide fotos de desnudez. Al otro día, llama el padre y dice que la chica estaba perturbada porque la habían incitado a sacarse esas fotografías y pedía dinero para pagar el tratamiento psicológico”, explicó Torres.
Después -indicó la fiscal- continúa el plan de engaño con el llamado de los falsos policías y con el envío de un supuesto oficio en el que se exponen los datos de las denuncia. “En general, los primeros contactos se realizan por Facebook, aunque Instagram también comenzó a ser una red utilizada por los extorsionadores para abordar a los menores de 30 años”, añadió.
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