El jueves 7 de abril de este año, cerca de las 10.30 de la mañana, un hombre vestido con un jean y una campera oscura, entró a un lubricentro ubicado sobre la calle Gales en la ciudad de Puerto Madryn, se presentó como Marcelo Panella, ingeniero de una conocida empresa constructora de Trelew y pidió asesoramiento para la compra de 12 neumáticos.
La negociación del comercio “Marcelo” siguió por WhatsApp. Era una venta importante: más de $2,5 millones de pesos en cubiertas. El supuesto ingeniero pidió detalles del producto, volvió al local en otras tres o cuatro oportunidades más y hasta reclamó un descuento. Finalmente acordó la compra y pagó con cuatro cheques. Cuando el comerciante quiso cobrarlos, el banco no aprobó la operación porque eran falsos.
El estafador, Darío Marcelo Ferro, su verdadera identidad, de 49 años, fue detenido este miércoles por la tarde en la ciudad de Santa Lucía, provincia de San Juan, tras una investigación del fiscal jefe de Puerto Madrym, Alex Williams, mientras miraba por televisión la Finalissima entre Argentina e Italia. Cuando los efectivos de la fuerza provincial lo sorprendieron, el falso ingeniero no protestó ni se resistió al arresto.
Ahora está detenido en San Juan e imputado por los delitos de estafa y falsificación de instrumentos privados, por los que podría recibir una condena de hasta 10 años de prisión. La Justicia investiga además otros hechos: sospechan que con maniobras similares llevó a cabo un raid delictivo de fraudes en distintas partes del país.
El dueño del lubricentro, luego de descubrir que había sido engañado, se comunicó, como primera medida, con la constructora a la que el cliente había asegurado pertenecer. En la compañía le explicaron que “Marcelo” no solo no estaba empleado ahí sino que ya había hecho maniobras de este tipo bajo la firma de la empresa, por lo que ellos ya habían denunciado al banco la situación.
El comerciante presentó entonces la denuncia y relató con lujo de detalles cómo había sido toda la venta. La investigación quedó en manos del fiscal jefe de Puerto Madryn, Alex Williams, que se detuvo en otro detalle: el denunciante contó también que, luego de recibir los cheques, tres hombres de un servicio de fletes fueron hasta el lubricentro a retirar los neumáticos.
Los investigadores descubrieron que dos de ellos, salvo el tercero que era efectivamente fletero, se presentaron y firmaron las facturas comerciales con identidades falsas.
Este detalle se conectó rápidamente con otra causa en la que era investigado Ferro por un fraude cometido en la estación de servicio El Tenaz de la ciudad de Trelew en octubre del año pasado, cuando se hizo pasar por empleado de la Municipalidad de Puerto Madryn también para comprar cubiertas.
En una intercepción telefónica autorizada en ese momento el juez penal Horacio Yanguela, se escuchó una conversación entre Ferro y Luis Prudencio Torres, uno de los fleteros. Entre otras cosas, Ferro instruía a Torres sobre cómo actuar al momento de retirar los neumáticos.
La conversación dice:
“Si, ¿con el fletero? Bueno, ¿está todo preparado, todo listo? Lo primero que vas a tener que hacer es, bueno, pasá ahí por la oficina y decile ‘mire me manda Marcelo’. Le entregas el coso, corroborá todo y te va entregar. Lo que sí tráete el tiquecito, la factura y ahí cargas. Ah, si te llega a preguntar algún nombre, algo, mandale cualquier verdura”.
Con el registro de actividad telefónica que solicitó la fiscalía surgió que Ferro se movilizó en las últimas semanas por las ciudades chubutenses de Playa Unión, Rawson, Trelew y Puerto Madryn. En 20 días, también se desplazó por las provincias de San Juan, La Pampa, Mendoza, San Luis, Chubut, Río Negro, Santa Fe y Buenos Aires.
En ese rastreo, los investigadores descubrieron que Ferro habría suplantado la identidad de un muerto para obtener la titularidad de la línea telefónica que usaba para todas las estafas.
En mayo pasado, ya en la provincia de San Juan, de la que es oriundo, Ferro intentó un último fraude bajo el nombre falso de “Marcelo López”. Contactó a un comerciante y comenzó una negociación para la compra de un tractor y cubiertas, consultó por métodos de pago e hizo hincapié en que haría la compra con cheques. La operación finalmente no se concretó porque la policía ya lo estaba siguiendo.
Con las pruebas reunidas, el juez Yangüela ordenó allanamientos en las ciudades de Guaymallén en Mendoza, Santa Lucía en San Juan y Rawson en Chubut. Uno de los procedimientos fue en un local gastronómico llamado “Tentate”, que fue clausurado en el año 2020 en pandemia y está a nombre de Ferro. Los efectivos de la Policía de San Juan secuestraron cheques, dispositivos informáticos e impresoras y dos autos en los que se manejaba Ferro, un Fiat Argo y una Ford Ranger que pertenecía a su pareja.
“Si bien es habitual la utilización de cheques para la comisión de defraudaciones, no es usual que el instrumento en sí mismo sea apócrifo; por lo que a la calificación primigenia de estafa deberá necesariamente concursarse la figura de utilización de instrumento privado falso”, señaló el fiscal Alex Williams, que trabaja en la imputación y solicitó que Ferro quede detenido en prisión preventiva mientras avanza la causa judicial.
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