Un médico forense declaró este jueves por segunda vez en el juicio por el crimen de Nora Dalmasso que la víctima tuvo “sexo consentido, probablemente con una persona conocida” antes de morir, con lo que volvió a descartar la hipótesis de un homicidio cometido por un sicario.
Se trata de Mario Vignolo, quien ya había declarado como testigo el 10 de mayo, y que fue nuevamente citado ante el jurado popular y el tribunal técnico por pedido del fiscal Julio Rivero a los efectos de abundar algunos detalles que ya había manifestado en su exposición anterior.
Luego del breve testimonio en el juicio, Vignolo dialogó con la prensa local y dijo que fue convocado para ampliar sobre los resultados científicos que había obtenido durante los estudios forenses.
En ese sentido, el médico forense contó que le preguntaron si tenía experiencias sobre muertes por encargo y que respondió que estuvo en muchos trabajos realizados en El Salvador, Honduras y México, donde los casos suelen ser “más crueles”, al tiempo que en los hechos de “acá” en los que intervino fueron “por disparo de arma de fuego”.
Al ser consultado sobre el perfil del presunto asesino, Vignolo esgrimió que “es probable que haya sido un conocido” de la víctima porque “para tener una relación consentida tiene que ser un conocido”.
Asimismo, el testigo descartó que se haya tratado de un crimen por encargo cometido po
r un sicario al manifestar que “no había lesiones paragenitales ni extragenitales que por lo general suceden con la violación, con sexo violento”; y que las lesiones que tenía Nora era propio de un acto sexual “brusco”.
La persona que cometió el crimen era “temperamental, con fuerza física, agresiva, personalidad fuerte y poseedora”, precisó y agregó y que un sicario no usa una bata para asesinar ni mucho menos la deja en la escena del hecho.
“En ese caso fue improvisado”, por lo tanto “no premeditado”, afirmó Vignolo, quien trabajó en el análisis del protocolo de autopsia realizado sobre el cuerpo de la víctima.
En su testimonio anterior también había sostenido que “el homicidio no estuvo preparado” y que “no hubo premeditación”; sino que pudo haber ocurrido “por algún conflicto que surgió durante la relación” sexual y que el asesino la estranguló mediante una “mecánica mixta con manos y estrangulamiento a lazo”.
También dijo que el hecho de que el asesino haya tapado el cuerpo antes de huir pudo haber sido un acto de “respeto” o “reparador”, y que eso no coincide con el accionar de un sicario o un crimen por encargo.
Vignolo fue el único testigo de la 32ª audiencia del debate que comenzó el 14 de marzo último y que, por tercer día consecutivo, Marcelo Macarrón (62) se retiró luego de la apertura debido a los problemas de salud que viene padeciendo por una afección coronaria. Hay que recordar que el vuido es el único acusado sometido a proceso como presunto instigador. La audiencia pasó a cuarto intermedio hasta el próximo martes.
Macarrón, médico traumatólogo, está acusado del delito de “homicidio calificado por el vínculo, por alevosía y por precio o promesa remuneratoria en concurso ideal”, calificación legal que contempla la prisión perpetua.
Según la imputación del fiscal Luis Pizarro, en una fecha que no se puede establecer con exactitud, presumiblemente unos meses antes del 25 de noviembre de 2006, Macarrón “en acuerdo delictivo con personas aún no identificadas por la instrucción, instigó el crimen de su mujer por desavenencias matrimoniales”.
Mientras Macarrón se encontraba en la ciudad de Punta del Este participando de un torneo de golf, entre las 20 del 24 de noviembre de 2006 y las 3.15 del 25, al menos una persona ingresó en la casa de Nora (51), en barrio Villa Golf de la ciudad de Río Cuarto, describe la acusación.
SEGUIR LEYENDO