Tomás Lautaro Krüguer, el rugbier de 19 años baleado por policías tras una persecución que finalizó en la puerta de un barrio cerrado “Álvarez del Bosque” de Moreno, donde vive junto a su familia; continuaba este miércoles internado en la Clínica Modelo de Morón. Mientras aguarda su recuperación para tomarle declaración, el fiscal Federico Soñora, titular de la UFI Nº4 de Moreno, recibió esta miércoles al portero del barrio, testigo clave del caso.
El domingo 29 de mayo pasado, minutos antes de la 1, el portero cumplía su horario en la garita ubicada detrás de la reja que habilita la entrada “Álvarez del Bosque”, sobre la Ruta Provincial N°7 en Francisco Álvarez, cuando el patrullero chocó contra la camioneta Toyota Hilux negra que manejaba Tomás.
Segundos después, tal como muestra el video de las cámaras de seguridad, el conductor dio marcha atrás y trató de escapar. Pero no llegó muy lejos. A pocos metros del ingreso al barrio, los dos policías le apuntaron con el arma y le dispararon tres veces. De esto fue testigo el portero.
Según supo Infobae, en su declaración, el testigo sostuvo que escuchó la voz de ‘Alto’ del personal policial y, acto seguido, los disparos.
Al aporte de este testigo, la fiscalía sumará la declaración de Tomás Lautaro Krüguer, una vez que el joven salga del estado de “shock” en el que se encuentra. Además, se esperan los resultados de distintos peritajes, como el del test de alcoholemia al rugbier, y la balística realizada por la Policía Federal para establecer desde qué arma partieron los disparos, la dirección, la distancia y la cantidad de tiros que se hicieron esa madrugada.
Lo que deberá resolver el fiscal, explicaron a este medio fuentes con acceso al caso, es si los disparos fueron excesivos o está justificada la reacción de los oficiales. Solo de esta manera se podrá calificar el hecho.
Una vez que disponga de los peritajes, el titular de la UFI N°4 llamará a indagatoria a los dos policías, un hombre y una mujer, acusados. De momento, ambos permanecen separados de sus funciones, con un sumario administrativo. Penalmente están acusados de “lesiones agravadas”.
Hasta el momento se dieron a conocer los videos del final de la secuencia de la madrugada del domingo pero, de acuerdo a lo que averiguó este medio, hay más material que está siendo analizado para ver cómo fue la secuencia previa.
Con respecto al accionar de los patrulleros, si bien el móvil que chocó a la camioneta en la puerta del barrio privado no tenía las balizas encendidas, los que venían atrás sí llevaban las luces encendidas. Así lo aseguraron fuentes del caso a este medio.
Incluso, el móvil que inició la persecución, luego de que el joven pasó el semáforo en rojo, también tenía las balizas prendidas. De ser así, aseguraron las mismas fuentes, es raro que el chico no se haya dado cuenta de que lo estaba persiguiendo la Policía.
Este martes, Carlos Krüguer, el papá de Tomás, aseguró en una entrevista televisiva con Canal 13 que allegados suyos que trabajan en la Policía le dijeron que, tras la detención del joven, los oficiales hablaban por radio y no dejaban de repetir la frase: “La cagamos, la cagamos”.
Para esclarecer este tema, el fiscal Federico Soñora mandó a pedir los ABL de los móviles policiales: una especie de radar que permite registrar de forma precisa todas las velocidades, recorridos y ubicaciones de los patrulleros.
La convocatoria de la familia
En comunicación con Infobae, la hermana mayor del rugbier, Bárbara Krüguer, dio detalles del estado de salud del joven de 19 años. “Tomi está postrado en una cama desde el domingo. No se puede levantar ni para ir al baño. Lo operaron una vez, para limpiarle la herida del brazo, sacarle restos de plomo y pedazos de hueso que le quedaron astillados por el impacto de la bala y, es probable, que vuelvan a operarlo porque todavía tiene una bala alojada en el cuerpo”, explicó.
Según Bárbara, además de una prótesis en el brazo derecho, Tomás podría necesitar una en la pierna izquierda ya que la tiene muy comprometida “porque la bala tocó el tendón”. El joven recibió un disparo en cada pierna y otro en el brazo.
Hijo de Carlos y Jorgelina, Tomás es el tercero de cinco hermanos (Juan Ignacio de 26; Bárbara; Tomás de 19; y dos adolescente de 15 y 12). Además de jugar al rugby desde los 6 años en el Club Mariano Moreno, está cursando el Profesorado de Educación Física en el Club Atlético Defensores De Moreno y trabaja en el taller de carpintería de su papá. Según su familia, desde que ocurrió todo esto, está preocupado porque teme perder la cursada y no poder volver a hacer deporte.
Este viernes 3 de junio, los Krüguer convocaron a una concentración frente a la UFI Nº4 de Moreno a las 11 para pedir “justicia”. “Quienes quieran participar son más que bienvenidos: sean amigos, familia, conocidos o personas que haya vivido una situación parecida. Todos van a ser bienvenidos. Mientras más seamos mejor. Con gusto brindo información por mensaje privado”, escribió Bárbara en su cuenta de Instagram.
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