Un rugbier de 19 años fue baleado por agentes de la Bonaerense en la puerta de su casa en Moreno: hay dos policías investigados

Ocurrió esta madrugada, cuando el joven, que volvía de una fiesta, se detuvo frente al barrio privado donde vive. Recibió tres disparos: está internado y tiene una fractura

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Asi fue la secuencia en la que fue baleado el joven

Esta madrugada, un grupo policías Bonaerense protagonizó un confuso episodio en el ingreso a un barrio privado en el partido de Moreno: un rugbier de 19 años que regresaba a su casa de una fiesta recibió tres disparos por parte de los agentes, que están siendo investigados por el ataque.

La secuencia ocurrió minutos antes de la 1 del sábado, cuando Tomás Lautaro Kruger, de 19 años, jugador de rugby del Club Mariano Moreno, volvía a su casa a bordo de una camioneta Toyota Hilux negra, propiedad de su papá, después de una fiesta.

Todo comenzó cuando el Tomás circulaba por la Ruta Provincial Nº 7, que en ese tramo es la avenida General San Martín, en dirección al barrio privado Álvarez del Bosque, donde vive con su familia. Según las primeras informaciones, el rugbier habría pasado varios semáforos en rojo en el camino, por lo que un patrullero de la Policía Bonaerense comenzó a seguirlo para intentar detenerlo.

Ante la voz de alto, el conductor habría acelerado para huir del operativo y, cuando se detuvo frente al barrio cerrado y mientras aguardaba que el personal de seguridad le permitiera entrar, el patrullero que lo seguía se abalanzó sobre la camioneta y la embistió desde un costado.

Todo lo que ocurrió a partir de ese momento fue registrado por las cámaras del country.

Tomás decidió retroceder unos metros para intentar escapar del lugar, pero no lo logró porque en el choque se había dañado una de las ruedas delanteras, lo que provocó que a los pocos metros perdiera el control del vehículo y la camioneta se volcara hacia una zanja al costado de la ruta.

"Mi hijo nació de nuevo": el relato del padre del joven

Ahí fue cuando se sumaron a la persecución otros dos patrulleros que frenaron también junto a la Hilux, y de los cuales bajaron dos agentes que apuntaron con su arma reglamentaria a la camioneta y dispararon varias veces hacia el conductor.

Tomás, según confirmó a Infobae una fuente de la causa, recibió tres disparos: uno en su brazo derecho y los otros en sus piernas. Tras el ataque, fue trasladado de urgencia al Hospital Mariano y Luciano de la Vega de Moreno, donde continúa internado: tiene fractura de miembro superior por el choque y será intervenido quirúrgicamente en las próximas horas.

El ataque es investigado ahora por el fiscal Federico Soñora, titular de la UFI Nº4 de Moreno, que espera los resultados de la pericia balística de la Policía Federal. La PFA intervino desde esta madrugada en todos los procedimientos en el lugar dado que el accionar de la Policía Bonaerense está siendo investigado.

Por el episodio hay dos agentes de la Bonaerense investigados, que no están detenidos pero sí imputados por lesiones.

“Es una calificación muy provisoria”, señaló esta mañana un investigador. Los resultados del peritaje que determine dónde y cómo fueron los disparos y la gravedad de las lesiones del joven serán elementos clave en la investigación para determinar si esa calificación se sostiene o si se agrava.

“La verdad es que es una cosa que no se puede creer que venga un patrullero sin las luces de arriba corriéndolo. Lo chocan y mi hijo con el brazo quebrado se fue porque tenía miedo, llegó hasta acá a 50 metros, donde todavía la pueden ver con los impactos de bala y el golpe del choque”, dijo esta mañana Carlos, el padre de Tomás, en diálogo con Crónica. “Para mí, mi hijo nació de nuevo”.

“Le presté la camioneta para que no se tome el colectivo y no le pase nada y de repente me entero que la policía le mete tres tiros en la puerta de mi casa. Es una locura”, dijo. “Mi hijo se desmayó y lo tenían esposado en el barro con tres tiros en el cuerpo y con la hipotermia que tenía. Parecía una pesadilla, no parecía real”.

Y agregó: “El policía me dijo: ‘Va con una camioneta negra con los vidrios polarizados y no sabés si va una persona, dos o cuatro’. Y le digo sí, pero no es motivo para dispararle. Después me dicen que se agachó y por eso le dispararon y le digo ‘¡pero si me decís que no se veía por los vidrios oscuros!’”

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