Tras una investigación de la Brigada de Control Ambiental (BCA), el Ministerio de Ambiente y Desarrollo Sostenible de la Nación allanó esta semana un local de indumentaria de la ciudad de Buenos Aires y secuestró accesorios y abrigos elaborados con la piel de animales, en especial de felinos y reptiles.
La inspección se concretó luego de un relevamiento previo en redes sociales, en el que personal de la cartera que conduce Juan Cabandié detectó la oferta de productos y subproductos de la fauna silvestre amparados por la Ley de Conservación de la Fauna Silvestre y su Decreto Reglamentario 666/1997.
En consecuencia, agentes de la BCA, acompañados de efectivos del departamento de Delitos Ambientales de la Policía Federal Argentina, se dirigieron hasta el comercio ubicado sobre la calle Marcelo Torcuato de Alvear. Allí, se encontraron con prendas confeccionadas con pieles de zorro, mono, visón, leopardo, chita y ocelote.
También se hallaron varios tapados de piel de yaguareté (Panthera onca), una especie categorizada “en peligro crítico”, contemplada por la ley N° 22344, y amparada por la Convención sobre el Comercio Internacional de Especies Amenazadas de Fauna y Flora Silvestres.
Durante el operativo, además, se detectaron carteras y botas elaboradas a partir de cueros de yacaré, cocodrilo y pitón. Los productos se vendían a precios elevados: uno de los abrigos estaba a la venta por un millón de pesos.
Cabe destacar que la comercialización de este tipo de productos debe contar con documentos que acrediten el legal origen y el tránsito hasta el lugar de venta. Sin embargo, en este caso los dueños del local no poseían esas autorizaciones correspondientes por lo que se llevó a cabo su incautación.
La sospecha habitual que surge en este tipo de casos es que estos lugares esconden detrás una red de cazadores furtivos y tráfico de animales de especies protegidas que operan en un mercado negro que mueve millones y que se expandió, con el paso del tiempo, a través de la comercialización online.
Un caso de comercio ilícito de fauna silvestre fue descubierto en septiembre del año pasado, cuando Ambiente encabezó allanamientos en talleres clandestinos de San Justo y Florencio Varela donde secuestraron una gran cantidad de productos como pieles y taxidermias de animales.
Entre el material secuestrado en esos operativos ordenados por el Juzgado Federal de Quilmes había cabezas y pieles de ciervos y antílopes de distintas especies, león africano, gato tirica, pumas y cueros de elefante africano.
Además, en uno de los talleres allanados hallaron un hipopótamo en proceso de curtido. Algunas piezas estaban taxidermizadas y otras congeladas, listas para ser sometidas a este proceso.
En aquella ocasión, el material secuestrado fue llevado para su custodia al Museo de Ciencias Naturales Bernardino Rivadavia por disposición del juzgado interventor, en el marco de la causa por infracción a la Ley de Conservación de la Fauna Silvestre.
Como resultado de los operativos hubo dos imputados por no contar con toda la documentación que avale la legítima tenencia de las piezas.
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