Con 14 miembros de la Policía de la Ciudad imputados por “homicidio agravado” o “encubrimiento”, la jueza Paula Verónica González elevó a juicio oral la causa por el crimen de Lucas González, el adolescente de 17 años asesinado de un balazo durante un procedimiento policial irregular en el barrio porteño de Barracas en noviembre de 2021.
La magistrada, interinamente a cargo del Juzgado Nacional en lo Criminal y Correccional 7, rechazó todos los planteos de oposición que habían presentado las defensas de los policías implicados y avaló así el requerimiento de elevación a juicio presentado en marzo pasado por el fiscal de la causa, Leonel Gómez Barbella.
El abogado Gregorio Dalbón, quien representa a los padres de la víctima como querellantes, aseguró hoy a Télam que “la familia solo espera justicia y rápida” y destacó que se está en condiciones “de iniciar un juicio histórico, por la cantidad de involucrados y la perversidad de los encubridores”.
Los tres principales imputados son el inspector Gabriel Alejandro Issasi (41), el oficial mayor Fabián Andrés López (47) y el oficial Juan José Nieva (36), todos ellos de la División Brigadas y Sumarios de la Comuna 4 de la Policía de la Ciudad, quienes irán a juicio como presuntos coautores de los delitos de “homicidio agravado por haber sido cometido con alevosía, por placer, por odio racial, por el concurso premeditado de dos o más personas y por cometerse abusando de su función o cargo por un miembro de una fuerza policial”.
Además, fueron acusados de “tres tentativas de homicidio agravado por las mismas causales; falsedad ideológica y privación ilegal de la libertad agravada por abuso funcional y sin previsión de la ley”.
De los otros 11 imputados, los que ostentaban mayor jerarquía son el comisario inspector del Departamento Comunal Vecinal 4 Daniel Alberto Santana (42); el comisario de la Comuna Vecinal 4A, Rodolfo Alejandro Ozán (53); el comisario de la Comisaría Vecinal 4D, Fabián Alberto Du Santos (51); y el comisario de la Comuna 4D, Ramón Jesús Chocobar (47).
Además, están el comisario Juan Horacio Romero (50) y el subcomisario Roberto Orlando Inca (46), ambos de la División Sumarios y Brigadas de la Comuna 4; el principal de la Comuna 4D, Héctor Claudio Cuevas (49); y los oficiales de la Comisaría Vecinal 4D Sebastián Jorge Baidón (27), Jonathan Alexis Martínez (34), Ángel Darío Arévalos (33) y Daniel Rubén Espinosa (32).
Todos ellos como presuntos coautores de los delitos de “falsedad ideológica, privación ilegal de la libertad agravada por abuso funcional y sin previsión de la ley, encubrimiento agravado por la condición de funcionarios públicos y por ser el delito precedente especialmente grave e imposición de torturas”.
Cueva e Inca también fueron acusados como coautores de “falso testimonio agravado por haber sido cometido en una causa penal y en perjuicio de los imputados”.
La jueza González también resolvió mantener delegada la instrucción de la causa en el fiscal Gómez Barbella, para que siga investigando la posible participación de más implicados en el hecho o de aquellos que fueron acusados pero están con falta de mérito o cuyas detenciones fueron rechazadas.
“Más allá de dejar en claro que la Fiscalía podrá continuar en este mismo legajo con la investigación tendiente a dilucidar la intervención de otros eventuales partícipes, corresponde declarar la clausura de la instrucción y elevar la causa digitalmente al Tribunal Oral en lo Criminal y Correccional que resulte sorteado”, indicó González en su resolución.
El hecho sucedió cerca de las 9.30 del 17 de noviembre. La víctima y tres amigos de su misma edad salieron de entrenar del club Barracas Central a bordo del Volkswagen Suran del padre de uno de ellos y fueron interceptados por un auto Nissan Tiida de la Brigada de Investigaciones de la Policía de la Ciudad sin patente ni signos de ser policial, del que bajaron tres efectivos armados y sin identificar.
De acuerdo con las pruebas recabadas, los adolescentes creyeron que eran ladrones que iban a robarles, por lo que huyeron del lugar, momento en que los policías les dispararon desde distintos ángulos.
Al menos cinco tiros dieron en el auto y uno de ellos impactó en la cabeza de Lucas. Horas más tarde murió.
SEGUIR LEYENDO