En marzo de 2020, a días del inicio del juicio oral en su contra por homicidio culposo, la defensa de Iván Prein, el hombre acusado de atropellar y matar a Leticia Allo (29) en el barrio porteño de Palermo mientras conducía con 1,1 grados de alcohol en sangre y luego huyó sin asistir a la víctima, desplegó una estrategia judicial de último momento: ofreció declarase culpable un juicio abreviado.
Así, pactó tres años de cárcel sin cumplimiento efectivo y dinero como resarcimiento. Ante la propuesta, el juez suspendió el debate pero la familia de la joven rechazó el ofrecimiento. Y cuando el magistrado debía poner una nueva fecha, se desató la pandemia y el proceso se dilató otra vez.
Pasaron dos años. Finalmente, Prein se sentará en el banquillo de los acusados. Es que después de una larga espera, el Tribunal Oral en lo Criminal N°27 de la Capital Federal dispuso que el próximo lunes 30 de mayo comience el juicio en su contra por la muerte de Leticia, casi seis años exactos después de que la joven fuera embestida a más de 70 kilómetros por hora por el conductor borracho fuera de control.
Ahora, con la novedad de la fecha firme para el debate, la familia de la joven quiere que se cumpla el proceso pero miran la situación mucho escepticismo. Pelearon para llegar a este punto aunque los sentimientos antes del inicio del juicio -cuyo veredicto se conocerá el viernes 3 de junio- son contradictorios. Por un lado, lograron que el asesino al volante, quien es hijo del reconocido pastor evangélico Guillermo Prein, sea juzgado; pero de acuerdo con lo que les dijo su abogado, la pena no podría ser la que esperan y no se esperanzan mucho en ese sentido.
“Probablemente no va a ser tan dura como lo que él había ofrecido, pero en realidad lo que buscamos es que el juez diga cuál es la condena y no que él se haya acomodado a lo que le venía bien”, dijo Mónica Pueblas, la madre de Leticia, en diálogo con Infobae. En ese sentido, dijo que Prein podría llegar a ser condenado a hasta cinco años pero que lo más probable es que no vaya a prisión. “Yo no tengo tanta expectativa porque estoy con el grupo de Madres del Dolor y conociendo cómo es. No sé”, dijo.
La explicación de sus dudas también es jurídica. Como el hecho ocurrió en mayo de 2016, su caso quedó bajo la antigua ley de accidentes de tránsito (la nueva normativa entró en vigencia en diciembre de ese año) y a pesar de haber atropellado en estado de ebriedad y abandonar a la víctima, la máxima pena que le aplicarían es de 5 años y quedaría en suspenso.
El hecho ocurrió el 29 de mayo de 2016 cuando Leticia fue atropellada en la esquina de Córdoba y Bonpland por Prein, quien iba a bordo de un Fiat Punto, en estado de ebriedad. Pero no fue lo único. El conductor no se detuvo y escapó a toda velocidad hasta que a unas diez cuadras fue detenido por dos efectivos de la entonces Policía Metropolitana. El test de alcoholemia demostraría posteriormente que el joven tenía más del doble de lo permitido. Sin embargo, a las 12 horas fue liberado y dos días después recibió de vuelta el vehículo en un procesos muy cuestionado por parte de la familia.
Leticia quedó tendida en el asfalto. Sus amigos y su hermano Matías le pedían que se quedara inmóvil mientras llegaba la ambulancia del SAME, que minutos después la llevaría al hospital Tornú. Sufrió politraumatismos graves y heridas severas. Después fue trasladada al Sanatorio Los Arcos, donde permaneció 45 días internada peleando por su vida. Murió el 13 de julio, dos semanas después.
Hoy, a días del inicio del juicio, Mónica se muestra movilizada. “La verdad que tengo una mezcla de sensaciones. Es muy difícil. Fueron 6 años esperando que llegue el día, esa sensación que se va a ser ‘ese día’, que se va hacer justicia por mi hija. Pero por otro lado, vivo con el miedo a no poder soportarlo”, dijo la mujer.
Sostuvo que su objetivo es que el asesino de su hija “dé la cara” ante el juez, más allá del resultado final. “A mi hija no me la devuelve nada, pero no puede ser que él haya seguido su vida como si nada, que siga manejando como si nada”, lamentó.
Se esperan al menos 20 testigos en el debate. Entre los citados hay peritos del caso y amigos de Leticia que estuvieron presentes la madrugada de la tragedia.
A Mónica la moviliza también el hecho de que se encontrará con Prein. No será la primera vez que lo haga. La madre de la víctima asegura que fue a verlo a su negocio en el barrio de Once para que me le diera una explicación y le dijera por qué dejó su hija en el pavimento y se fue. “Quería saber por qué sigue negando que fue él el que la atropelló, para que me explique por qué sigue poniendo apelaciones en el juicio. Lo único que me dijo es que no tenia que decirme nada”, relató.
Cuando lo detuvieron a Prein, el subinspector J.L.B. y el oficial N.S.R., pertenecientes a la Comuna 15, notaron que hijo del pastor evangélico tenía un fuerte olor a alcohol. Quedó demorado y el vehículo fue retenido. La prueba de alcoholemia que se le practicó tres horas después al conductor indicó que tenía 1,1 grados de alcohol en sangre, más del doble de lo permitido.
Aquí surge la primera polémica del caso. Durante la investigación y por pedido de la familia, la Corte Suprema de Justicia intervino en la causa años después y calculó que al momento de embestir a Leticia, Prein tenía aproximadamente 1,55 grados. Es decir, estaba muy ebrio.
Los uniformados que lo detuvieron labraron un acta en la que señalaron que el auto presentaba el paragolpes derecho corrido, daño producido por la violencia del impacto contra Allo. Horas después, el joven fue puesto en libertad, mientras que a los dos días el Fiat le fue devuelto a su dueño aunque de manera sospechosa, bajo una nueva acta que indicaba que el vehículo no presentaba daño alguno.
Sin embargo, uno de los efectivos le tomó una foto al auto y eso sirvió como prueba en el expediente.
“Está tanto el informe de la policía como el de la comisaría. Se contradicen entre sí. Algo pasó dentro que aún no sabemos. Estamos en la justicia y lo que tenemos es esto para mostrarle al juez. Por lo menos es raro”, dijo Mónica en otro reportaje con Infobae en 2020, antes de saber que el proceso se dilatara por la pandemia.
Después de que en julio se confirmó la muerte de Lety, comenzó una batalla en la judicial de apelaciones, pedido de nulidades y negaciones para evitar que Prein respondiera por la muerte que había ocasionado. El joven fue acusado de homicidio culposo en una causa que estuvo a cargo del fiscal Pablo Recchini.
La defensa recurrió a distintas instancias para desestimar la acusación. Se valió obviamente de la segunda acta de la policía que decía que el auto no presentaba daños para sostener que Prein no había sido el causante de la muerte.
Sostuvieron que la joven se había caído sola o incluso que presentaba una enfermedad que le ocasionó la muerte. Todo desestimado por la Justicia hasta que finalmente la Cámara Nacional de Apelaciones ordenó que se iniciara el juicio oral y rechazó uno de los intentos de la defensa de echar por tierra el procesamiento.
Fue entonces que propuso declararse culpable en el abreviado, tres años de prisión sin cumplimiento efectivo, pagar 500.000 pesos en efectivo como compensación económica y tareas comunitarias. El juez Jorge Horacio Romeo del TOC N° 27 suspendió el juicio a la espera de la respuesta de la familia pero casi de inmediato Mónica rechazó la propuesta.
Ahora, comienza el juicio.
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