“Lo hice porque abusó de mi hijo”.
Así fue como Gilda Rosalía Acosta Duarte justificó en 2019 ante los policías del destacamento del barrio Villa Rita, en Lomas de Zamora, el atroz crimen de su pareja, un hombre identificado como Richar Alejandro Sánchez Escobar, al que le dio al menos diez golpes en la cabeza y ahorcó con un cable hasta morir. Aunque eso no fue lo que más causó impacto: la mujer también le confesó a los uniformados que luego de matarlo, ocultó el cadáver dentro de un ropero y lo cubrió con cemento.
Ahora, a poco más de tres años de aquella macabra revelación, Acosta Duarte fue condenada a 11 años y medio de prisión por el Tribunal Oral en lo Criminal N° 6 de Lomas de Zamora, a cargo de la jueza Marianela Mazzola, quien dispuso que cumpla su pena en su domicilio, en el que deberá permanecer con una tobillera electrónica. La mujer -hoy de 50 años- había sido declarada culpable por un jurado popular tras un juicio que terminó el 8 de mayo. Sólo faltaba que el Tribunal estableciera el monto de la sentencia, según datos de Télam.
El asesinato fue descubierto en febrero de 2019 después de que Acosta se acercara hasta la comisaría de su barrio para relatar lo que había hecho. Además de admitir que escondió el cuerpo, detalló hasta cómo había matado al hombre, un albañil 19 años menor y nacido en Paraguay, al igual que ella. La versión que dio es que lo “mató a mazazos”.
Cuando la Policía Bonaerense fue a la casa ubicada en la calle Corbacho al 1500 de ese barrio se encontraron efectivamente con el escenario que había descripto la mujer: un ropero tirado en el piso que en el interior contenía un cadáver tapado con cemento y gran cantidad de moscas alrededor. La escena era pestilente, con líquidos que emanaban del cadáver en el suelo. Fue la propia Acosta quien entregó voluntariamente las llaves de su casa e incluso les indicó a los efectivos que el armario con el cuerpo estaba en el dormitorio principal.
La mujer quedó detenida de inmediato a disposición de la fiscal Claudia Postiglione, de la UFI N° 2 de Lomas de Zamora. Los resultados preliminares de la autopsia que dio a conocer por aquel entonces Infobae, revelaron la brutalidad del homicidio. Según el estudio, Sánchez Escobar murió a causa de un estrangulamiento a lazo, asfixiado por cinco vueltas de un cable blanco en su cuello que todavía estaba presente.
Por otra parte, la cabeza presentó al menos diez fuertes golpes. Sus manos estaban atadas con un trapo y el cemento cubrió totalmente el cadáver.
Durante los alegatos, la fiscal de juicio, Marcela Dimundo, había pedido que la acusada sea condenada a 13 años de prisión con arresto domiciliario, mientras que la defensa de Duarte solicitó que reciba 8 años de prisión, la pena mínima de ese delito. Acosta Duarte fue condenada por el jurado por el delito de homicidio mediando circunstancias extraordinarias de atenuación.
El debate comenzó el miércoles 4 de mayo. En la segunda audiencia, la imputada sufrió una descompensación mientras uno de sus hijos declaraba sobre los supuestos abusos sexuales que era sometido por su padre. Ante esa situación, la audiencia fue suspendida y se pasó a un cuarto intermedio para ese sábado por la mañana, cuando declararon los últimos testigos.
En una entrevista televisiva la mujer aseguró que el desencadenante cuando se enteró de que Sánchez Escobar había abusado sexualmente de sus dos hijos de 12 y 13 años. ”Me entero el mismo día de los dos abusos”, señaló Acosta Duarte, y agregó: “Actué como mamá y en ese momento me defendí de él y defendí a todos mis hijos”.
Con el avance de la investigación se determinó que el crimen se produjo la noche del lunes 18 de febrero de 2019, alrededor de las 11, cuando la mujer tomó un disco de una pesa de 10 kilos que usaban para trabar una puerta para golpear a su pareja y luego agarró el cable de un ventilador, lo cortó y lo estranguló.
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