Sin Marcelo Macarrón en el banquillo de los acusados ya que permanece internado, el juicio por el crimen de Nora Dalmasso continuó este martes con una encendida declaración de Miguel “El Francés” Rohrer, el empresario mencionado por los hijos de la víctima como sospechoso del crimen ocurrido en 2006 en la ciudad cordobesa de Río Cuarto. El testigo negó haber mantenido un romance con la víctima, apuntó contra el viudo, tildó de mentiroso a Facundo Macarrón y dijo que el imputado y su esposa tenían una relación “escandalosamente agresiva”.
En su testimonio ante el jurado popular y el tribunal técnico de enjuiciamiento, Rohrer calificó de “tremendo mentiroso” a Facundo, el hijo del imputado Marcelo Macarrón y de la víctima, por haberlo vinculado al femicidio y respecto al viudo señaló: “No tiene la conciencia limpia”.
La declaración de Rohrer fue la única que escuchó este martes, en la vigésima audiencia del debate que se realiza en los tribunales de Río Cuarto, y que tiene a Macarrón como único acusado de haber contratado sicarios para asesinar a su esposa. Según “El Francés”, el debate “va eliminando incógnitas y sin dudas cualquier camino va hacia el imputado Macarrón”, de quien dijo que “si tuviera la conciencia limpia no tendría la necesidad de mentir”.
Precisamente, el imputado no estuvo presente en la audiencia, ya que permanece desde el domingo internado en un centro asistencial de esa ciudad cordobesa por una dolencia cardíaca.
Rohrer, quien había sido señalado como sospechoso del crimen por Facundo y Valentina, hijos de Dalmasso y Macarrón, atacó al “clan familiar” por “culpar a personas que nada tienen que ver”, y calificó de “tremendo mentiroso” al hijo menor del matrimonio, al asegurar que merece “el premio al peor hijo que pueda tener Río Cuarto”.
El empresario era una persona muy allegada a la familia de la víctima y, según Facundo Macarrón, “los fiscales nunca lo investigaron”. También, el hijo de la víctima, abogado y funcionario diplomático de la Cancillería argentina; había dicho que “El Francés” había presentado “pruebas demasiadas precisas y muy bien armadas” que lo ubican en Buenos Aires al momento del crimen, aunque había personas amigas de la familia que “lo vieron en Río Cuarto”.
Por ello, fue categórico al señalar en el juicio que, con esas pruebas, “Rohrer es quien tendría que estar hoy en el banquillo de los acusados” y no su padre. Sin embargo, el empresario cerealero que hoy reside en Buenos Aires dijo que todo se trata de una “cortina de humo para cambiar la visión sobre lo que se está enjuiciando”.
Tres horas declarando
El fiscal Julio Rivero le preguntó al testigo si sabe qué tiene que ver Macarrón con la muerte de su esposa, a lo que respondió que cree que “tiene que ver con la división de bienes” porque “es una persona avara”, aunque aclaró que eso lo tiene que determinar el juicio.
También le preguntó por qué Macarrón decía que era su amigo: “Marcelo siempre quiso ser el típico ‘figureti’. Por eso decía que era mi amigo, para figurar”.
En otro tramo de su testimonio, que se extendió por tres horas, dijo que Nora era una persona “alegre, activa, que se ocupaba de sus hijos”, y que la relación con Macarrón “no era buena. Era una relación escandalosamente agresiva”. En ese contexto, recordó que un mes antes del crimen, en una reunión del Rotary Club, “Nora maltrató de una forma muy violenta a Marcelo. Eso de que estaban en una buena relación tampoco es cierto”, afirmó.
Sostuvo que cuando su nombre comenzó a instalarse en la sociedad como sospechoso del asesinato de Nora contrató peritos para realizarse estudios, y que todos los resultados resultaron incompatibles con las muestras de ADN que se recolectaron en el escenario del crimen.
Luego de escuchar el testimonio de Rohrer, el tribunal pasó a cuarto intermedio hasta el próximo martes a las 9. Macarrón es el único imputado en este proceso, quien responde por el delito de “homicidio calificado por el vínculo, por alevosía, y por precio o promesa remuneratoria en concurso ideal”, que contempla prisión perpetua.
Según el requerimiento fiscal de elevación a juicio, en fecha que no se puede establecer con exactitud, presumiblemente unos meses antes del 25 de noviembre de 2006, Macarrón, “en acuerdo delictivo con personas aún no identificadas por la instrucción, instigó el crimen de su mujer por desavenencias matrimoniales”. Añade que la intención fue de “obtener una ventaja, probablemente política y/o económica” y sostiene que, para eso, “planificó dar muerte a su esposa, Nora Dalmasso”.
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