Gustavo Ojeda tenía 37 años y era padre de dos chicos de 2 y 6. Oriundo de San Antonio de Areco, trabajaba como herrero en distintas haras pero, además, para tener unos ingresos extras, oficiaba de remisero con su Volkswagen Gol Trend blanco. Justamente, el fin de semana pasado había salido de su casa en el pueblo rural de Vagues para realizar un viaje. Sin embargo, nunca regresó. Su esposa realizó la denuncia y la búsqueda finalizó este lunes por la noche de la peor manera: fue hallado asesinado en un descampado. Su cuerpo presentaba, al menos, un impacto de bala y había sido incinerado.
Por el crimen, el mismo lunes fueron detenidos dos sospechosos, vecinos de la localidad de Villa Lía. Uno de ellos, un joven de 20 años, confesó el asesinato ante los policías: aseguró que le había disparado a la víctima y la había prendido fuego, señaló el lugar donde se encontraba el cadáver y hasta reveló cómo había descartado el revólver utilizado.
Todo comenzó el domingo cuando la pareja de Ojeda se presentó en una comisaría para denunciar la desaparición. Según contó la mujer, cerca de la medianoche del sábado, su marido fue a llevar en su vehículo a un conocido al trabajo, en Villa Lía. Era algo habitual que hacía la víctima, siempre con personas de su confianza. Los trasladaba hacia distintos campos cercanos. Desde entonces, ella no supo más nada de él.
Preocupada, durante varias horas, la mujer intentó comunicarse por teléfono, pero nadie atendía los llamados. Entonces, decidió a dar aviso a la Policía. Allí dijo que su marido nunca se había ausentado de su casa y que no tenía problemas con nadie. Describió las características físicas de la víctima, la ropa que llevaba puesta y que tenía consigo su billetera con su DNI, el registro de conducir y unos seis mil pesos en efectivo.
La causa comenzó a ser investigada como “averiguación de paradero” por la Unidad Funcional de Instrucción (UFI) 6 de Mercedes, a cargo del fiscal Luis Baraldo Victorica, y, ya durante el lunes, un vecino de Villa Lía alertó que había visto el coche abandonado, abierto y sin llaves, en una de las calles de esa localidad. El fiscal, en consecuencia, dispuso que la Policía Científica realice las pericias, que comenzaron a revelar el crimen: se hallaron manchas de sangre en el asiento del conductor y en el trasero. No estaba el celular de la víctima, ni su billetera.
Posteriormente, distintas divisiones policiales se sumaron a los rastrillajes. Con la ayuda de canes especializados, recorrieron adyacencias rurales y caminos vecinales.
Mientras, a los efectivos policiales les llegó la información de que al menos un joven había sido visto cerca del auto de Ojeda el día de la desaparición. La Policía halló el lunes en un campo de la zona donde estaba el sospechoso, identificado como Alexis Mauricio Prado (20). Cuando le preguntaron si había visto al herrero en los últimos días, confesó haberlo asesinado de al menos un disparo y que el revólver utilizado lo tiró en el río Areco, a la altura del Paraje Castex. Quedó inmediatamente detenido.
También apuntó que el cuerpo de Ojeda se encontraba a la vera de la Ruta Nacional 9, en el kilómetro 111 y el camino rural. Los investigadores se dirigieron a la zona y finalmente hallaron el cadáver calcinado en horas de la noche. El informe preliminar de la autopsia reveló este martes la presencia de un elemento metálico compatible con proyectil de arma de fuego en la zona del cráneo, a la altura del maxilar izquierdo.
Durante la madrugada de este martes, la fiscalía dispuso el allanamiento al domicilio del presunto autor material del crimen. En el procedimiento fue aprehendido otro sospechoso, un hombre de 35 años. Ambos serán indagados este miércoles por el fiscal Baraldo Victorica.
La principal hipótesis es que se trató de un homicidio en ocasión de robo, aunque por el momento no se descarta como móvil una disputa previa entre los involucrados.
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