A Pablo Damián Grottini, un chofer de una funeraria de San Nicolás y vecino de la zona de Ramallo, lo detuvieron a fines de abril pasado con la sospecha de que podría ser el primer asesino serial de la historia criminal reciente argentina. Está acusado de matar a su hermano Germán (32) en 2019, a su hija adoptiva Ailén (10) en 2021 y a su madre Teresita Di Martino (61) unos días antes de su arresto. Lo habría hecho con una misma mecánica: envenenándoles el suero en el hospital donde habían sido internados tras sentir un fuerte malestar.
El caso está en manos de la fiscal María Belén Baños, a cargo de la UFI N°12 de San Nicolás, y la investigación apunta a que Grottini planificó los crímenes, con búsquedas de Internet sobre cómo causar la muerte con diversos métodos, algo que surgió en las pericias a sus dispositivos.
En su historial online figuraba que buscó “cómo provocar un infarto”, “qué pasa si se inyecta aire en las venas”, “cuánto después de introducir aire se produce el infarto”, “los 10 venenos más letales” y otras averiguaciones similares.
Este martes, el acusado confirmó esas búsquedas, pero dio una insólita excusa: aseguró que las realizó con intención de suicidarse y no con el objetivo de matar gente, según pudo saber Infobae.
Grottini enfrentó a la fiscal Baños tras un pedido para ampliar su declaración indagatoria. Durante la audiencia se negó a responder preguntas y, como desde un comienzo, volvió a afirmar que no tuvo relación con las muertes de sus familiares. “Habló con normalidad, no lucía afligido”, confiaron las fuentes.
La investigación se inició luego de la muerte de Teresita Di Martino en el Hospital San Felipe de San Nicolás. Ella había sido llevada por Grottini tras sentir un mareo. Mientras estaba internada, el acusado alertó al personal médico que la sonda de suero “perdía”. Una enfermera de turno constató que estaba pinchado, atravesado de lado a lado, y observó que el hombre tenía sus prendas de vestir mojadas. Una hora y media después, Grottini volvió a llamar a los enfermeros: su madre ya había fallecido.
Luego, otra enfermera halló una ampolla de Diazepam junto al cuerpo de la mujer. Se trata de un poderoso psicofármaco no había sido prescripto para ningún paciente ese día. La sonda de suero, además, tenía signos de haber sido manipulada.
Mientras se investigaba este episodio, diferentes testimonios de allegados revelaron que un hermano de Grottini había fallecido en circunstancias similares, al igual que su hija de 10 años, quien padecía un retraso madurativo. Las sospechas se acrecentaron porque ninguno de los familiares tenía una patología previa. Germán, por ejemplo, era un deportista y guardavidas. Su madre, según dichos de sus amigos, días antes de ser internada estaba en perfecto estado de salud. Lo mismo Aylén.
Ante esa situación, la fiscal ordenó investigar e imputarle las tres muertes.
El acusado dio su versión de los hechos. Explicó que la supuesta crisis de salud de su madre comenzó el viernes por la noche cuando estaban “en la mesa de su casa”. Afirmó que Teresita estaba “con dolor de pecho, muy nerviosa y muy angustiada”. Así, contó que la llevó al hospital y que a su madre “le hacen unos chequeos, le colocan una vía y le van a hacer una tomografía”.
Finalmente, culpó a una enfermera: “Hay un problema en el suero y viene una enfermera de pantalón a cuadritos que le dice que se había tapado, entonces esta enfermera retuerce la manguera del suero y le inyecta algo porque aún no se había destapado, que seguidamente dice esta enfermera ‘ahí se destapó’”. Por su parte, Grottini nunca mencionó qué hacía en ese lugar el fármaco que no era del hospital.
Sobre Aylén, aseguró que fue víctima de una mala praxis. De su hermano Germán no habló: su cuerpo fue cremado cuando murió.
En los próximos días, Baños pedirá al Juzgado Garantías N°1 de San Nicolás que la detención de Grottini se convierta en prisión preventiva. Está acusado de “homicidio doblemente agravado por el vínculo y por alevosía” en perjuicio de su madre y de su hija, y de “homicidio agravado por alevosía” por la muerte de su hermano.
Mientras tanto, espera los resultados definitivos de los estudios el cuerpo de la niña exhumado que determinarán la mecánica de muerte y si el cadáver tiene algún rastro de psicofármacos.
Grottini, por su parte, permanece en una celda en la Comisaria Segunda de Ramallo.
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